Moscas de la fruta: por qué salen y qué hacer para que se vayan

¿Entras en tu cocina y revolotean a tu alrededor mosquitas diminutas? ¿Se posan en el mármol, vuelan en torno el cubo de basura y su lugar predilecto es el frutero? Pues lamentamos comunicarte que tienes moscas de la fruta, o como se llaman científicamente, Drosophila melanogaster.

Se trata de un insecto díptero de tamaño pequeño -los adultos miden 3 o 4 milímetros-, de manera que pueden entrar en nuestros hogares a través de las grietas más pequeñas, aunque haya mosquiteras.

Esta mosca tan pequeña tiene la cabeza y el tórax de un color marrón claro y el abdomen más oscuro. Su característica principal son sus ojos, de un color rojo brillante.

No es un problema estacional

A veces nos pensamos que son propias del verano, que vienen con la subida de temperaturas, pero en realidad no es cierto, solo aparecen atraídas por el olor de la fruta madura, la comida en proceso de descomposición y la humedad. Por ello suelen establecerse en la cocina; sin embargo, pueden viajar a otras partes de la casa seducidas por otros olores como perfumes o ambientadores.

El problema de estos insectos es que, como tales, se alimentan, ponen huevos y se multiplican. Para evitar que se conviertan en una plaga hay que combatirlas cuanto antes.

Primer paso: encontrar el origen

Si hemos detectado algún ejemplar de esta especie en nuestra casa, lo primero que debemos hacer es localizar la causa de su aparición. Puede que nos hayamos olvidado de tirar la basura el día que tocaba y que algún desperdicio haya iniciado un proceso de descomposición; también es posible que la fruta esté fuera de la nevera y ya un poco pasada; es plausible que hayan quedado restos de comida en el sumidero del fregadero y no te hayas dado cuenta, e incluso puede que se te haya acumulado un poco de agua en el escurridor de los platos o que la bayeta esté demasiado húmeda.

Lo importante es que, una vez que hayas identificado el origen,le pongas remedio. Tira la basura con mayor asiduidad, introduce el frutero en el frigorífico, mantén limpio el fregadero, seca inmediatamente la vajilla y destierra la bayeta de la cocina y cámbiate al papel de cocina desechable.

Acto seguido, limpia con algún desinfectante todas las superficies en las que hayan podido descansar las mosquitas de la fruta y tendrás de nuevo un espacio impoluto.

Qué hacer para que las mosquitas desaparezcan

Lo primordial es llevar una higiene excepcional, sobre todo en rincones y áreas difíciles de acceder como fregaderos, lavaplatos, zonas con pérdidas de agua y basuras.

Pero si quieres tener una actitud proactiva para evitar que se instalen en tu casa, puedes distribuir macetas con plantas aromáticas como la albahaca o la menta -estas dos son las que menos les gustan por su fuerte olor- aunque también te pueden resultar útiles la lavanda, la citronela o la caléndula-.

También existen diversos consejos que extraemos de la cultura popular que nos pueden ayudar a repeler la aparición de estas mosquitas, como colocar en un recipiente hojas de laurel troceadas, incrustar media docena de clavos aromáticos en medio limón o hacer una mezcla de bicarbonato, vinagre de limpieza y un chorrito de jabón.

Aunque si no te importa acumular cadáveres de mosquitas por tu casa, hay otra serie de productos que puedes utilizar, como los sprays químicos antiinsectos -encontrarás múltiples versiones en el mercado- o trampas mortales, como recipientes con mezclas que les resulten atractivas -vinagre de manzana, zumos de frutas o combinaciones con azúcar- cubiertas con un embudo de film transparente para que las moscas pueden entrar pero no salir.

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