Navidad con niños pequeños: Consejos de una asesora familiar para disfrutar sin perder los nervios

Entre la decoración, los regalos, las reuniones familiares y las expectativas que nos ponemos, es fácil terminar cansados, estresados y con la sensación de que la Navidad pasó sin disfrutarse realmente. Si tienes niños pequeños, sabes que lo inesperado sucede cada momento: manchas de chocolate en la ropa de fiesta, berrinches justo antes de la cena, decoraciones que terminan rotas y regalos que comprar a última hora… Así que te pregunto: ¿Y si este año nos damos permiso de soltar un poco, relajarnos y enfocarnos en lo que de verdad importa?

Consejos para disfrutar la Navidad

Aquí te comparto consejos reales y prácticos para disfrutar la Navidad sin perder los nervios.

• La perfección no existe, olvídate de ella

Seamos sinceros, las decoraciones perfectas y planes impecables solo existen en las fotos de Instagram o Pinterest… En la vida real, los niños desordenan, manchan, gritan y ríen fuerte. Aceptar esto, es el primer paso para disfrutar.

Imagina que estás decorando el árbol de Navidad y tu hijo pone todos los adornos en una sola rama. En lugar de corregirlo inmediatamente, mejor di: "¡Wow! Parece que esa rama será la favorita de todos, vamos a intentar que las demás queden igual de bonitas".

Consideremos que los recuerdos más bonitos nacen cuando dejamos de intentar que todo salga perfecto.

• Los mejores momentos son los más sencillos

Los niños no necesitan actividades complicadas ni costosas para sentir la magia de la Navidad. Les encanta lo que se repite año tras año porque se convierte en un recuerdo especial.

Te comparto algunas ideas:

1. Noche de luces navideñas: Salid en pijama y abrigo a ver luces navideñas por el vecindario… una gran idea es llevar chocolate caliente si vas a pie, o ir escuchando música navideña si váis en coche.

2. Día de galletas imperfectas: Hacer galletas sin preocuparse por el resultado... dejemos que se llenen de chispas, grageas o azúcar de colores.

3. Historias antes de dormir: Cada noche, lean un cuento de Navidad. Si no tenemos libros navideños, podemos inventar una historia: "Había una vez un duende que olvidó su gorro…"

"Recuerda que los regalos más valiosos no se envuelven, se viven", Olivia Rodríguez, asesora educativa familiar.

• Menos regalos, más experiencias

A veces nos sentimos presionados a comprar muchos regalos para hacer feliz a nuestros hijos. Pero los niños recordarán más lo que hicieron con nosotros que lo que abrieron bajo el árbol.

Regalemos momentos, por ejemplo un cupón que diga: "Vale por una tarde de cine en casa con palomitas y mantas", o "Día de juegos en el parque con mamá y papá".

Si tus hijos son pequeños, envuelve estos cupones en una caja grande y verás cómo les encanta la sorpresa. Recuerda que los regalos más valiosos no se envuelven, se viven.

• Incluir a los hijos (aunque todo sea más lento)

Sí, hacer las cosas con niños significa más desorden y más tiempo. Pero también significa más risas, más creatividad y más recuerdos bonitos.

Por ejemplo, que nos ayuden a poner la mesa, si quieren acomodar las servilletas de alguna manera creativa o especial, podemos permitirlo, incluirlos significa hacerlos sentir parte de momentos especiales y parte importante de la familia.

Este año, vamos a darnos permiso de vivir una Navidad más real, más humana y menos cargada de expectativas. Lo que nuestros hijos recordarán será cómo se sintieron amados, aceptados y parte importante de la historia familiar.

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