ANOREXIA Y BULIMIA
Niñas y trastornos de la conducta alimentaria, ¿qué debes vigilar?
Cuando llega la adolescencia, muchos chicos, pero sobre todo chicas, se preocupan por su imagen corporal y podemos encontrarnos con adolescentes haciendo dietas restrictivas porque piensen que tienen las caderas más anchas o por cualquier otro comentario de sus iguales.
Publicidad
Vamos a referirnos principalmente a ellas, ya que suponen un 90% de los casos, aunque no debemos confiarnos si tenemos hijos varones. Es muy importante que, como madres, sepamos detectar signos de alarma de trastornos de la conducta alimentaria para poder ayudarles.
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Son unos trastornos de origen mental que se caracterizan por una excesiva preocupación por la comida. El objetivo suele ser perder peso y esto hace a importantes cambios en los hábitos alimentarios que pueden llevar incluso a la desnutrición. Sin embargo, nunca debemos olvidar que son trastornos mentales.
¿Qué tipos de trastornos de la conducta alimentaria existen?
1. La anorexia nerviosa es un trastorno en el que dejan de comer o comen alimentos con pocas calorías con el objetivo de perder peso, ya que tienen distorsionada su imagen corporal. Otras formas de conseguir su objetivo es con un aumento en la práctica de actividad física que llega a ser excesiva y a conductas como auto provocarse el vómito o la toma de laxantes o medicación diurética.
2. La bulimia nerviosa, en cambio, se caracteriza por la presencia de “atracones” de comer mucho en poco tiempo, tras los cuales hay conductas compensatorias.
3. Hay otros trastornos de conducta alimentaria no especificados, que son variantes de los otros dos trastornos descritos anteriormente.
La principal misión de este artículo es que conozcas qué signos te deben poner bajo sospecha si los presenta tu hija. Toma nota:
1. Con respecto a su alimentación: Sospecha si tu hija hace un uso injustificado (es decir, siempre a no ser que haya una prescripción médica) de dietas restrictivas. Tampoco es normal una preocupación constante por la comida o un interés exagerado por recetas de cocina que antes no tenía, sobre todo si son recetas hipocalóricas. Estate muy pendiente si comienza a manifestar un sentimiento de culpa por haber comido, evita las comidas en familia o la ves con comportamientos extraños con respecto a la alimentación (como comer excesivamente rápido o comer derecha). Otros signos de sospecha son que se pase mucho tiempo encerrada en el baño o que vaya muy frecuentemente, mucho más si es justo después de las comidas. Obviamente debemos respetar la intimidad de los niños y los adolescentes, pero si encontramos por casualidad comida escondida o grandes cantidades de restos de comida escondidos o en la basura, es algo que debe preocuparnos.
2. En relación a su peso, sospecha si hay una pérdida de peso importante de manera no justificada, pero también si tiene un miedo exagerado o rechaza a las personas con exceso de peso. No es normal una práctica compulsiva de ejercicio físico con el único objetivo de adelgazar o consumir laxantes o diuréticos si no se los ha indicado ningún médico. El controlar el tiempo que pasan en el baño es porque, en ocasiones, esa conducta purgativa tras la comida viene en forma de vómito que se autoinducen. Como ya hemos dicho previamente, a veces los trastornos de la conducta alimentaria llevan asociado que se quedan en amenorrea (dejan de tener la regla durante al menos 3 meses consecutivos) debido a la desnutrición. También podemos encontrar otros síntomas físicos como la frialdad de manos o pies, el estreñimiento, palidez o mareos o la caída exagerada de cabello.
3. Con respecto a su imagen corporal, son chicas que suelen tener su imagen distorsionada, por lo que ven su cuerpo graso y con exceso de peso a pesar de estar desnutridas. En ocasiones, intentan esconder su cuerpo con ropa ancha para que los demás no les vean.
4. Por último, su comportamiento también suele verse afectado: Hay una alteración en el rendimiento académico, con un aislamiento progresivo de su grupo de amigos. Pueden asociar síntomas depresivos y/o ansiedad o encontrarse más irritables o agresivos, con comportamientos manipuladores o diciendo mentiras.
Ojo que todos estos signos nos avisan de lo que puede estar pasando, pero no son criterios para diagnosticar o confirmar el problema. Para diagnosticar si tu hija o hijo tienen un trastorno de la conducta alimentaria, lo primero es pedir cita con su pediatra, que os entreviste tanto al chico o a la chica como a los padres. Si también hay una alta sospecha se remitirá al chico a salud mental, donde hay un equipo de profesionales que confirmarán a no el diagnóstico e indicarán el tratamiento a seguir.
Publicidad