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Niños, piscinas y otitis: esto es lo que debes saber (y hacer)
Con los chapuzones en piscinas y playas se hacen más frecuentes los dolores de oído. ¿Qué es una otitis externa? ¿Por qué se producen? ¿Qué tratamiento necesitan? ¿Se podrá bañar estos días?
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Vamos a intentar dar respuesta a todas tus preguntas.
¿Qué es una otitis externa?
La palabra otitis no significa otra cosa más que inflamación del oído. Como es externa, será sólo inflamación de la parte que queda por fuera del tímpano. La mayoría de las veces esta inflamación se debe a infección. Pero, ¿por qué?
Cuando nos bañamos en el agua de la piscina o del mar, tanto niños como mayores nos metemos para un buen rato, nos dedicamos a capuzarnos una y mil veces, a bucear todo lo posible... Todo esto hace que entre agua en la parte externa del oído. Esa humedad es un maravilloso caldo de cultivo para los gérmenes. No pienses que depende de cuánto de cuidada esté la piscina o si el mar está más o menos sucio. Da igual. Puede pasar igualmente en una piscina con el agua súpercuidada. Es por esto que estas otitis se conocen como "otitis de la piscina" u "otitis del nadador".
Hay factores favorecedores de las otitis externas, como pequeñas heridas que pueden ser la puerta de entrada de un germen por la piel. Evitar los bastoncillos de las orejas, que estamos hartos de recomendar que no los uses más que para hacer manualidades.
¿Qué le notaremos al niño?
Lo principal que le vas a notas es dolor, habitualmente un dolor intenso. Los oídos son de las cosas que más duelen. Si tiras del pabellón auricular de tu hijo, el dolor suele ser más intenso. Eso se conoce como signo de trago positivo. La aparición de fiebre o supuración no son habituales, ya que piensa que es una infección de la parte externa del oído. Si apareciese alguno de los dos síntomas, pensaríamos en otro tipo de otitis.
Estate tranquila, la otitis externa no es contagiosa. Así que tu hijo puede hacer vida normal en el momento en que se encuentra bien.
¿Cómo tratamos una otitis externa?
Como ya habrás pensado, al tratarse de una infección bacteriana, usaremos gotas de antibiótico. Tu pediatra te indicará cuáles son las más adecuadas para tu hijo. No acudas a la farmacia directamente, son gotas con antibiótico y precisan prescripción médica. Normalmente el tratamiento tiene una duración de 7-10 días. Mucho más infrecuentes son las otitis externas causadas por hongos, por eso es importante ver del tipo que son, ya que el tratamiento es completamente diferente.
¿Y para el dolor? No hace falta que tengas al niño sufriendo. Lo primero, si el niño tiene dolor, dale un analgésico. Los que usamos en pediatría ya sabes que son el ibuprofeno y el paracetamol. La puedes dar alguno de ellos si comienza con dolor en mitad de la noche o si tu pediatra no tiene cita hasta dentro de unas horas o el día siguiente. No hay que salir corriendo y no va a modificar en nada la exploración. Seguro que tu pediatra agradece que vaya más tranquilo y se deje explorar mejor.
¿Qué hacemos con el baño?
Pues durante los días de tratamiento es fundamental que el oído esté seco. ¿Se puede duchar? Perfectamente, llevando cuidado, no hay problema. Chapuzones y chapuzones en la piscina, no.
¿Podemos prevenir?
Sí, claro. Parece obvio, pero es importante recordarlo: el oído bien seco. O bien puedes secar la zona bien con una toalla después del baño o bien usando tapones, gorros o cintas para evitar que entre agua en el oído. ¿Cuál es mejor? No está claro, así que usa lo que mejor te venga. Te recordamos lo de evitar el uso de bastoncillos, por mucho tope que lleven.
Recuerda otros "problemillas" típicos de las piscinas
Palmas de piscina u hongos en los pies. También lleva cuidado con las niñas que se quedan con el bañador mojado con el agua clorada, vulvovaginitis al canto. Pero, sin duda, lo más importante y lo más peligroso son los ahogamientos. No quites un ojo del mar o la piscina cuando tus hijos estén dentro.
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