VERANO SEGURO

Niños y vacaciones: ¿Cuáles son las recomendaciones de los pediatras?

Aunque el verano suele ser la estación favorita de los niños, las altas temperaturas y los peligros del agua pueden convertir un maravilloso día de verano en un accidente de consecuencias fatales.

Niño en la playa

Niño en la playaPexels

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En este artículo os cuento 10 consejos para padres que pueden evitar accidentes en época estival, desde mi experiencia como pediatra.

1. Un niño que está en el agua debe estar supervisado continuamente por un adulto.

No importa que sepa nadar, que use algún método de flotación o que el agua no le cubra. Un ahogamiento puede suceder en pocos segundos, por lo que se debe permanecer cerca y evitar distracciones mientras los niños están en el agua: ni leer, ni mirar el móvil, ni hablar con otros adultos.

2. Asegurar el perímetro de las piscinas particulares con una valla.

La principal amenaza de ahogamiento que enfrentan las familias con niños pequeños es el acceso al agua inesperado y sin supervisión (momentos no dedicados al baño) por lo que esta medida evitaría el acceso al agua ante un mínimo despiste.

3. Ofrecer agua continuamente para hidratar los días más calurosos.

Es preciso insistir en una adecuada ingesta hídrica y en una vigilancia continua del estado de hidratación sobre todo en los niños más pequeños (menores de 6 meses con tomas de pecho frecuentes) para evitar la deshidratación y los golpes de calor.

4. Evitar el ejercicio intenso en las horas más calurosas del día (entre las 12 y las 17 h).

Exponerse al sol en las horas más intensas puede ocasionar un golpe de calor y provocar mareos, vómitos, fiebre superior a 40 ºC, cefalea o debilidad muscular.

5. Refrescar frecuentemente ante las altas temperaturas.

Mantener a los niños a la sombra, con aire acondicionado o ventiladores, si es posible. Es aconsejable que se bañen o se mojen con cierta frecuencia. Utilizar ropa transpirable, ligera, holgada y de colores claros. Incorporar un sombrero o gorra para proteger la cabeza.

6. No dejar a los niños solos en el coche bajo ningún concepto.

Los vehículos pueden alcanzar en su interior temperaturas altísimas y son causas de golpes de calor fatales todos los veranos.

7. Aplicar protección solar adecuada frecuentemente para evitar quemaduras.

En los niños entre los 6 meses y los 3 años se aconseja aplicar filtros físicos/minerales con factor de protección 50 y de amplio espectro, es decir que protejan frente a UVB y también frente a UVA.

En los mayores de 3 años se pueden utilizar filtros químicos, más fáciles de aplicar. Han de tener una protección alta, preferiblemente 50 y ser infantiles. La crema hay que aplicarla cada hora y media o dos horas, tras el baño y cuando exista un exceso de sudoración.

8. Los niños menores de 6 meses no deben exponerse directamente al sol ni tampoco utilizar fotoprotector solar.

Lo recomendable es protegerlos con ropa fresquita, sombreros y/o sombrillas y evitar paseos a las horas centrales del día. Los niños tan pequeños son muy sensibles a la radiación solar y además corren el riesgo de deshidratarse.

9. Evitar inmersiones bruscas en el agua inmediatamente después de una comida copiosa.

El temido corte de digestión existe por lo que es recomendable esperar un tiempo prudencial después de comer (1 hora y media) antes de meterse en el agua. Se puede optar por probar el baño de forma paulatina mojando las zonas más vascularizadas (muñecas, cuello e ingles) o darse una ducha de agua templada antes de introducirse en el agua.

10. Fijar un punto de encuentro si el niño se despista en la playa o llevar pulsera identificativa con número de teléfono.

Para un niño, perderse o desorientarse en un sitio con gran aglomeración de personas es sumamente fácil pero saber cómo actuar o dónde dirigirse en el caso de despiste hará que tanto él como nosotros estemos más seguros.

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