ENTREVISTA

Ortorexia: ¿Qué es y cuáles son los principales síntomas?

Hablamos con la psicóloga María Lerín sobre este trastorno obsesivo relacionado con la alimentación.

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Se nos repite por activa y por pasiva que debemos cuidar nuestro cuerpo comiendo sano y haciendo ejercicio. De hecho, las redes sociales secundan este estilo de vida con conceptos como 'that girl', que buscan viralizar una rutina diaria basada en el bienestar físico y mental desde un punto de vista bello.

Pero, ¿qué pasa cuando este estilo de vida se convierte en una obsesión? ¿En qué momento comer sano y hacer ejercicio se puede volver en nuestra contra?

Cuando esto ocurre hablamos de ortorexia, un trastorno de alimentación poco conocido que deberíamos tener en cuenta. Pero eso, en NovaMás hemos hablado con la psicóloga experta en trastornos de conducta alimentaria (TCA) María Lerín (en Instagram, @simplementesiente), para que nos cuente su visión sobre este problema.

¿Qué es la ortorexia?

La ortorexia es una alteración alimentaria en la que la persona funciona de forma obsesiva hacia la comida sana. No obstante, a día de hoy, no está reconocida como Trastorno de la Conducta Alimentaria en el manual diagnóstico (DSM-V).

¿Puede ser peligrosa? ¿Por qué?

Puede ser peligrosa dado que, al igual que los trastornos alimentarios, conlleva restricción en cuanto a las necesidades nutricionales de la persona. Esta restricción tendrá como consecuencia ciertas carencias que pueden afectar, gravemente, a su salud.

Además de las carencias nutricionales y físicas, también puede conllevar problemas en la salud mental de la persona, ya que muy probablemente se activen patrones de exigencia, rigidez y/o aislamiento que no facilitarán un funcionamiento saludable.

¿Cómo podemos detectar que alguien padece este trastorno?

La ortorexia se verá reflejada de una forma objetiva en la forma en la que la persona se relaciona con la comida, pudiendo darnos cuenta de que su patrón alimentario no es saludable si observamos: restricción constante, elección únicamente de alimentos considerados como sanos, culpa si en algún momento come alguna cosa que se salga de lo "sano", rechazo a planes sociales que impliquen comer, etcétera.

Sin embargo, creo conveniente recalcar que esto solo es la punta del iceberg: lo que se ve. Debajo de todo esto puede haber muchas circunstancias que estén llevando a la persona a esa necesidad de control. Circunstancias que nada tienen que ver con comida, sino con su experiencia vital.

A nivel profesional, ¿cómo se diagnostica?

Como comento anteriormente, la ortorexia no está definida como un trastorno dentro del manual diagnóstico, por lo que no podríamos acogernos a ello. Sin embargo, podemos observar criterios que nos ayuden a ver ese patrón obsesivo-compulsivo para poder poner en marcha un trabajo terapéutico.

¿Cómo se trata?

Bajo mi forma de trabajo, lo importante no es el diagnóstico, sino lo que está llevando a la persona a funcionar de determinado modo. Por lo tanto, la manera en la que lo trabajo pasa por darle un significado a la historia de la persona para que pueda entender por qué está utilizando la comida, es decir, qué función está teniendo.

El trabajo irá muy orientado a la historia vital, sin perder de vista el control, ya que será de gran importancia entender de dónde viene esa necesidad de control que está poniendo en los alimentos.

Una vez podamos elaborar ese significado, se dotará a la persona de herramientas que puedan suplir esa función de una forma más sana, así como de estrategias de regulación emocional.

¿Qué tipo de personas son más propensas a sufrir este trastorno?

Al igual que los trastornos de la conducta alimentaria, serán más propensas las mujeres. También aquellas personas muy adentradas en el mundo del deporte, personas muy exigentes, con alto grado de control y de perfeccionismo.

¿Las redes sociales y sus contenidos de estilo de vida saludable pueden favorecer la aparición de este tipo de trastornos?

Totalmente. Este tipo de contenido puede llevar a una persona más vulnerable a pensar que eso es lo correcto para tener éxito, para ser aceptada o para ser reconocida, haciendo así que ponga en marcha conductas restrictivas con la comida.

Las redes sociales deberían inundarse de personas que normalizan el acto de comer desde la apetencia y la escucha al cuerpo, es decir, atendiendo a las necesidades que tengamos en cada momento.

Si nos damos el permiso incondicional de comer lo que queramos, nuestro cuerpo -que es muy sabio- sabrá decidir lo que es mejor para él en cada momento.

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