PELEAS
Peleas entre hermanos: Cuándo debemos intervenir y cómo debemos hacerlo
Como asesora familiar y educadora emocional, te comparto algunas técnicas prácticas para resolver de forma efectiva los conflictos entre hermanos y que logremos cultivar una relación saludable entre ellos.
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La convivencia entre hermanos puede ser una de las experiencias más enriquecedoras en la vida y, al mismo tiempo, una de las más desafiantes dentro de la familia.
Ante las peleas y conflictos de los hijos, nosotros como padres podemos cambiar la mirada y ver esos enfrentamientos como oportunidades para enseñarles habilidades valiosas y fomentar una relación más profunda y armoniosa.
No te posiciones y escucha a cada hijo por igual
Uno de los pasos más importantes en la resolución de conflictos es asegurarse de que cada hijo sienta que su perspectiva es escuchada y valorada. Cuando surgen desacuerdos, es esencial que cada hermano tenga la oportunidad de expresar sus sentimientos y puntos de vista sin interrupciones.
Ejemplo: Imagina que tus hijos, Ana y Pedro, están discutiendo sobre quién puede usar el juguete o consola primero. En lugar de intervenir inmediatamente, siéntate con ellos y dales un espacio para que ambos expliquen cómo se están sintiendo.
Podremos plantearles preguntes para que reflexionen: "Ana, cuéntame qué sientes cuando Pedro usa tu juguete. Pedro, ¿cómo te sientes cuando Ana quiere usarlo?" Esta práctica les ayuda a entender la perspectiva del otro y a desarrollar empatía.
Fomenta la resolución conjunta de problemas
En lugar de imponer una solución, anima a tus hijos a trabajar juntos para encontrar una solución que funcione para ambos. Esto no solo les va a enseñar a negociar y comprometerse, sino que también les dará un sentido de "control" sobre la resolución de aquella situación.
Ejemplo: Si Ana y Pedro no logran decidir quién debe elegir el juego para la tarde, propón una solución en la que ambos puedan participar en la decisión.
Podemos hacerles preguntas como: "¿Cómo creéis que podríamos resolver esto de manera justa para que ambos estéis contentos?"
Podemos sugerir hacer turnos o buscar un juego que les guste a los dos. Este enfoque les ayudará a desarrollar habilidades de colaboració, además de fomentar la equidad.
Dar ejemplo y enseñar habilidades de comunicación
Los hermanos a menudo replican la forma en que los adultos manejan los conflictos. Modelar una comunicación respetuosa y enseñarles cómo expresar sus sentimientos de manera constructiva es clave para ayudarles a desarrollar habilidades de resolución de conflictos.
Ejemplo: Si tienes un desacuerdo con tu pareja frente a tus hijos, vamos a intentar ser conscientes de cómo lo resolvemos con calma y respeto.
Podemos decir: "Estoy un poco molesta porque no estamos de acuerdo, pero vamos a hablar sobre esto para encontrar una solución que funcione para ambos".
Luego, apliquemos esta misma técnica cuando los hijos tengan un conflicto: "Cuando estás molesto, es importante que uses palabras para expresar tus sentimientos en lugar de gritar".
Reforzar el comportamiento positivo y las buenas acciones
En lugar de centrarte únicamente en los conflictos, es fundamental reforzar y reconocer las interacciones positivas entre tus hijos. Esto no solo mejora el ambiente familiar, sino que también va a motivar a nuestros hijos a continuar comportándose de manera constructiva.
Ejemplo: Si Ana y Pedro colaboran en la limpieza de su habitación sin discutir, podremos reconocer y elogiar su esfuerzo.
Podemos decir: "Estoy muy orgullosa de cómo habéis trabajado juntos para limpiar vuestra habitación. Eso demuestra que podéis lograr grandes cosas cuando se os ayudáis mutuamente”. Este refuerzo positivo ayudará a solidificar este comportamiento cooperativo.
Establecer reglas claras y consistentes
Tener reglas claras y consistentes sobre cómo manejar los conflictos puede ayudar a prevenir malentendidos y fomentar un ambiente de respeto. Asegúrate de que todos los miembros de la familia comprendan y conozcan estas reglas.
Ejemplo: Puedes establecer una regla que diga: "En nuestra casa, no se permiten faltas de respeto. Si hay un desacuerdo, debemos sentarnos y hablar de ello".
Si algún conflicto surge, siempre podremos recordar a nuestros hijos las reglas de la casa y ayudarles a seguirlas.
Por lo tanto, resolver conflictos entre hermanos es una oportunidad para enseñarles habilidades valiosas que les servirán toda la vida. Escuchar activamente, fomentar la resolución conjunta, dar ejemplo con buenas habilidades de comunicación, reforzar lo positivo o establecer reglas claras son técnicas efectivas que nos pueden ayudar a construir una relación fraternal saludable y duradera.
Recordemos que cada familia es única, así que ajustemos estas estrategias a las necesidades específicas de nuestros hijos y a nuestra dinámica familiar. Con paciencia y amor, podemos guiar a nuestros hijos hacia una relación armoniosa y enriquecedora.
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