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PELIGROS PARA PERROS

Perros y orugas: ¿sabes qué hacer si tu mascota entra en contacto con ellas?

Es muy importante fijarnos bien mientras paseamos con nuestro perro si por la zona vemos esas masas blanquecinas entre las ramas.

Perrete

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Llega febrero y todo el mundo piensa en el mes del amor. Comienza la primavera, vemos las primeras flores en los almendros y parece que los pájaros vuelven a animar nuestras mañanas con sus cánticos. Por desgracia, los primeros signos del cambio de estación tae consigo otros despertares menos agradables: las temidas orugas.

Cada año, a mediados de febrero, comienza el ciclo de la oruga procesionaria del pino piñonero ( Traumetopoea pityocampa). Este letal insecto hace nidos con forma de bolsas algodonosas en las copas de los pinos, muy frecuentes en la comunidad de Madrid, ya sea en el extrarradio o en el núcleo urbano.

Es muy importante fijarnos bien mientras paseamos con nuestro perro si por la zona vemos esas masas blanquecinas entre las ramas, ya que en el transcurso de unas semanas aparecerán auténticas filas de gusanos grisáceos con franjas amarillas y con el cuerpo plagado de pelos muy urticantes, como si de una procesión de semana santa se tratase, de ahí su característico apelativo.

Esta plaga es muy peligrosa para los humanos también. En parques infantiles y guarderías hay cada año bastantes casos de niños con lesiones importantes en las manos y cara por haber entrado en contacto con ellas.

El mayor problema se produce cuando entran en contacto con la zona de mucosas, ya sea en la boca, nariz o los ojos, donde producen úlceras e inflamaciones muy graves.

Orugas
Orugas | iStock

Nuestros queridos compañeros caninos son muy curiosos. Cunado en mitad del paseo ven esas filas móviles acompañándoles durante metros, se acercan a olisquearlas o incluso a chuparlas y es ahí donde comienza el proceso. En cuanto los pelos urticantes entran en contacto con la lengua provocan gran inflamación y enrojecimiento, aumentando el tamaño de la misma hasta dos veces el que tiene normalmente. El perro entra en estado de ansiedad, intentando frotarse y rascarse con cualquier objeto y notamos gran cantidad de saliva saliendo de la boca.

Según lo profundo que haya sido el contacto, la urgencia puede acabar peor, ya que si la inflamación es en la zona final de la garganta, puede cerrarse la glotis e impedir la entrada de aire.

Si nos encontramos con esta situación, lo más importante es buscar agua y, sin tocar nosotros ni la lengua ni la saliva, lavar abundantemente toda la cavidad bucal.

Debemos acudir lo antes posible a un centro veterinario ya que necesitan inyectarle antiinflamatorios esteroideos a dosis altas para intentar frenar la cascada inflamatoria, ya que de lo contrario, puede llegar a necrosarse parte de los tejidos y perder un trozo de la lengua.

Nuestro perro necesitará terapia antibiótica, analgésica, antiinflamatoria y ungüentos locales durante varios días y dieta semisólida para evitar el dolor por el roce cada vez que algo entra en su boca.

Esta desagradable experiencia, por desgracia, es muy frecuente en este mes y depende solo de nosotros el poder evitárselo.

Más que nunca debemos ir con mil ojos a la hora del paseo y buscar, si es posible, una nueva ruta hasta que la indeseable oruga finalice su ciclo.

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