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Un preparador físico alerta sobre el riesgo del ejercicio de alta intensidad para personas con diabetes

Las personas con diabetes pueden realizar ejercicio físico pero no es recomendable que lo hagan a alta intensidad. Te cuento los riesgos y cómo adaptar el entrenamiento para favorecer tu salud.

Una mujer realiza un ejercicio de alta intensidad.

Una mujer realiza un ejercicio de alta intensidad.iStock

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Es una verdad más que demostrada que el ejercicio físico ayuda a controlar la diabetes. La Fundación Española del Corazón recomienda a las personas con azúcar alto tener un estilo de vida activo, puesto que el deporte mejora la sensibilidad a la insulina y la tolerancia a la glucosa.

Sin embargo, no vale cualquier ejercicio ni hacerlo de cualquier forma. El efecto podría ser el contrario al deseado. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué tipo de ejercicio es el recomendable?

¿Por qué augmenta el nivel de azúcar?

Los ejercicios que aumentan el nivel de azúcar en sangre son aquellos que requieren una intensidad alta, ya sean ejercicios cardiovasculares realizados a alta intensidad, o ejercicios de fuerza con cargas pesadas.

Para entender el porqué es necesario conocer un poco cómo funciona nuestro cuerpo al hacer ejercicio. Pero lo vamos a ver de forma sencilla:

El ejercicio físico requiere gastar energía para poder realizar los movimientos necesarios. Esta energía se consigue gracias a los hidratos de carbono, grasas y proteínas. Los hidratos de carbono son una las principales fuentes de energía, porque se almacenan en nuestro cuerpo en forma de glucógeno. Es el modo en que nuestro organismo guarda la glucosa.

Cuando el ejercicio sube de intensidad, nuestro cuerpo necesita utilizar los depósitos de glucógeno y, en consecuencia, se libera la glucosa a la sangre para ser utilizada como fuente de energía. Por lo tanto, se eleva su nivel en sangre.

Para verlo de forma más precisa, en este estudio de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) se concreta que el ejercicio de intensidad baja requiere oxidar un 10-15% de hidratos de carbono, y con intensidades altas puede llegar hasta un 70-80% o incluso un 100%.

Esta respuesta de nuestro organismo no es negativa, sino completamente natural y positiva para atender las necesidades del entrenamiento. En cambio, este tipo de entrenamiento con intensidad elevada no es recomendable para personas con diabetes.

Una mujer entrena con ejercicios de alta intensidad.
Una mujer entrena con ejercicios de alta intensidad. | Pexels

Ejercicios que augmentan los niveles de azúcar

Todos los ejercicios pueden aumentar el azúcar en sangre en situaciones extremas. Evidentemente, hay ejercicios que por su naturaleza ya son intensos, y es muy fácil que requieran una intensidad alta. Por ejemplo, hacer burpees o sentadillas con salto. Pero si tienes un nivel mínimo de entrenamiento y haces pocas repeticiones de cualquiera de estos ejercicios no se va a producir tal subida.

Por ello, no hay ejercicios prohibidos para personas con diabetes o para personas que quieran controlar su azúcar en sangre. Se puede hacer bicicleta, carrera, remo, pesas… Pero siempre bien pautado y acorde a tus patologías y necesidades.

¿Es negativo hacer ejercicios de alta intensidad?

Si no sufres ninguna patología, a priori no es negativo. El ejercicio de alta intensidad ha demostrado tener múltiples beneficios incluso en personas con poca experiencia, con ciertas patologías o en personas con obesidad.

Elevar el azúcar en sangre durante el entrenamiento no es negativo en sí mismo, porque es la respuesta para abastecer las necesidades de nuestro organismo. Una vez terminado el entrenamiento nuestro organismo recupera su equilibrio, es decir, la glucosa no se queda en la sangre elevando nuestro azúcar para todo el día. No obstante, las personas con diabetes deben evitar esos picos tan diferenciados.

Si tienes sospechas de padecer diabetes o una patología relacionada con la sensibilidad a la insulina o tolerancia a la glucosa, evita ejercicio de intensidad elevada. Acude a un médico para que puedan valorarlo y realizar el diagnóstico oportuno. En el caso de que tengas ya el diagnóstico en el que te lo confirmen, ponte en manos de un preparador físico o entrenador personal para que te guíe en aquello que más te conviene.

Un buen consejo es medirte la glucosa antes y después del entrenamiento para que puedas ver qué respuesta ha tenido el ejercicio en tu organismo. Pero ten cuidado y no juegues con tu salud. No hay que tener miedo al ejercicio físico ni al entrenamiento, pero tampoco hacer cualquier cosa ni de cualquier forma.

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