SEGURIDAD DOMÉSTICA

¿Por qué no debemos consumir agua caliente del grifo?

Aunque después se hierva, su ingestión puede tener graves consecuencias para la salud.

Agua del grifo

Agua del grifoPexel

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Una solución para acelerar el cocinado cuando vamos con prisas es utilizar agua del grifo caliente para agilizar el proceso de ebullición. De igual manera, cuando queremos hacernos un té o infusión, puede que optemos por utilizar agua caliente directamente del grifo, en vez de calentarla al fuego o al microondas. Pero, ¿sabías que todas estas prácticas pueden ser perjudiciales para tu salud? En este artículo te explicamos las razones.

Los peligros del agua caliente del grifo

Como decíamos, este tipo de agua no puede utilizarse para el consumo en general, ni mucho menos para beber. La explicación es sencilla, aunque con algunos matices. Sabemos que el agua caliente es mucho más eficaz para diluir y despegar materiales adheridos. Y así es como actúa también cuando pasa por las tuberías hasta salir por nuestro grifo.

Es decir, cuando el agua caliente pasa por las tuberías, arrastra partículas que no se destruyen, aunque la hirvamos. Por lo tanto, son materiales que acabaremos ingiriendo. Obviamente, las instalaciones de las casas difieren entre unas y otras, así que, los materiales de las tuberías pueden ser más o menos dañinos para la salud. En este punto es cuando hablamos de los matices.

Tipos de tuberías

Las que están hechas de plomo son las más peligrosas. Estas las solemos encontrar en las instalaciones de casas antiguas. Por lo tanto, con este tipo de tuberías debemos tener un especial cuidado, ya que el plomo se disuelve con mucha más facilidad en agua caliente que en fría.

Las tuberías de las casas de construcción más reciente están hechas de otros materiales, habitualmente de monocapa (PVC), un material más flexible y cómodo para hacer la instalación. Además, es más económico que el plomo.

Este material tampoco está fabricado con elementos que sean buenos para la salud y también se pueden ir diluyendo con el contacto con agua caliente. Pero, al menos, no son tan perjudiciales como el plomo. Por la contra, las tuberías de cobre, por ejemplo, resultan mucho más resistentes.

Efectos del plomo sobre la salud

La Agencia de Protección de Medio Ambiente (EPA) fijó el máximo de consumo humano de plomo a 10 microgramos por litro. Esto se ha convertido en una normativa que siguen muchos estados. El problema en las casas con tuberías de plomo es que no es difícil alcanzar o superar este nivel.

El plomo puede suponer graves problemas de salud. Si el grado de consumo es elevado puede atacar al cerebro y al sistema nervioso central, provocando convulsiones, coma o incluso la muerte. En caso de una intoxicación grave por plomo las secuelas pueden ser discapacidad intelectual o trastornos del comportamiento, especialmente en niños.

¿Qué pasa con las duchas de agua caliente?

En este sentido, no existe peligro alguno. El plomo es un metal pesado que entra en el cuerpo a través de la ingestión, no por la absorción de la piel. Por lo tanto, es seguro utilizar el agua caliente del grifo para asearnos.

En conclusión, el agua caliente del grifo puede perjudicar a tu salud en función de cómo sea la instalación de las tuberías. Si es una casa antigua, es más posible que sean de plomo, si es moderna las posibilidades son ínfimas. Ante la duda, siempre es mejor utilizar agua fría y calentarla en un recipiente preparado para ello, como las ollas, que disuelven poco los metales.

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