QUEMADURAS EN NIÑOS
¿Qué hago si mi hijo se ha quemado?
Las quemaduras son una de las lesiones más comunes en la infancia y constituyen la tercera causa de muerte por accidente en menores de 14 años (por detrás de los accidentes de tráfico y los ahogamientos). Si quieres saber cómo actuar inicialmente en domicilio ante una quemadura accidental, te doy las claves en este artículo.
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Las quemaduras son una de las lesiones más comunes en la infancia y constituyen la tercera causa de muerte por accidente en menores de 14 años (por detrás de los accidentes de tráfico y los ahogamientos). Aunque en la mayoría de casos las quemaduras son superficiales y de poca extensión corporal, en otras ocasiones pueden afectar a mucosas y tejidos más profundos, provocando importantes daños a nivel funcional, estético y psicológico. Si quieres saber cómo actuar inicialmente en domicilio ante una quemadura accidental, te doy las claves en este artículo.
Tipos de quemaduras
- Quemaduras térmicas: son las más frecuentes (85% de los casos) y se producen por contacto con un sólido caliente o un líquido caliente. De entre estas últimas destaca la escaldadura (quemadura por contacto con líquido caliente) en menores de 5 años por andar curioseando en la zona de cocinado.
- Quemaduras eléctricas: Se producen por el paso de corriente a través del organismo. Son casi siempre lesiones profundas en las que la superficie corporal quemada no es indicativa del daño real existente. Son infrecuentes, pero presentan una gravedad mayor. Se pueden producir por contacto con enchufes, cables pelados o electrodomésticos en mal estado.
- Quemaduras químicas: Existen gran cantidad de caústicos (ácidos) y álcalis (sosa cáustica, amoniaco…) que pueden producir quemaduras. Estos productos están presentes en algunos productos de limpieza y ocasionan quemaduras más profundas y progresivas.
- Quemaduras por radiación: Producidas fundamentalmente por los rayos ultravioleta tras la exposición solar directa y prolongada.
Cómo actuar según el tipo de quemadura
Ante una quemadura hay que tener en cuenta dos factores esenciales: la gravedad de la lesión, la cual está determinada por grados, y la zona afectada, ya que no es lo mismo tratar una quemadura en las extremidades que en zonas de mayor riesgo, como la cara (por proximidad con los ojos o las vías respiratorias).
- Quemaduras de primer grado: son las más superficiales y, por lo tanto, las más leves. Este tipo de lesiones se reconocen porque la epidermis (la capa más superficial de la piel) de la parte afectada está enrojecida. Cuando el niño presente una quemadura de primer grado, el primer paso es bajar la temperatura de la zona con agua fría (por ejemplo, bajo el grifo), procurando que el líquido sirva de arrastre, es decir, no echar el agua directamente sobre la lesión. La temperatura del agua no debe ser inferior a 8ºC y nunca debe aplicarse hielo, ya que se corre el riesgo de provocar quemaduras debido al frío. Una vez bajada la temperatura, es conveniente hidratar la zona aplicando una crema hidratante; en el caso de que se trate de una quemadura solar, una crema after sun ayudará a hidratar la piel y favorecerá su curación. Las quemaduras de primer grado suelen tardar entre 3 y 7 días en curarse y no dejan cicatriz.
- Quemaduras de segundo grado: Se caracterizan porque, además de una destrucción de la epidermis, la quemadura también afecta a la dermis. La zona afectada por este tipo de lesiones presentan un color rojo brillante y su característica más identificativa es la formación de ampollas.
Para tratar una quemadura de segundo grado también es necesario bajar la temperatura de la lesión, echando agua fría a la vez que se procura no verter el líquido directamente sobre la quemadura y las ampollas. Así mismo se retirará la ropa quemada (a menos que esté muy adherida) y las joyas. Es muy importante no manipular ni reventar las ampollas, ya que puede aumentar el riesgo de infección.
Las quemaduras de segundo grado deben limpiarse, desinfectarse y cubrirse, como en el caso de una herida. No deben aplicarse remedios no pautados por un profesional sanitario (ni ungüentos, ni mantequilla, ni pasta de dientes...). Se precisan entre dos y tres semanas para curar este tipo de lesiones y puede ser necesario realizar injertos de piel.
- Quemaduras de tercer grado: Suelen estar producidas por sustancias químicas, electricidad y contacto prolongado con líquidos calientes. En este caso, todas las capas de la piel están afectadas y también pueden sufrir daños el músculo y el hueso. Se caracterizan porque la zona afectada tiene una apariencia carbonizada y no presentan ampollas ni dolor. En estas situaciones, se debe trasladar con urgencia al niño a un centro hospitalario para su tratamiento. Estas lesiones necesitan cuidados especiales, ya que tienen un riesgo importante de empeoramiento y sobreinfección y casi siempre precisan de injertos.
¿Cuándo es necesario consultar con el médico?
- Si hay dudas sobre el tratamiento que debemos aplicar para curar una quemadura.
- Si la quemadura ha sido sufrida por un bebé o niño de corta edad.
- Si la quemadura es profunda (segundo grado o superior).
- Si la zona afectada abarca entre 5 y 7 centímetros o supone más del 5% de superficie corporal.
- Si la quemadura se ha producido en zonas sensibles como la cara, las manos y pies, la zona genital, grandes articulaciones o alrededor de los orificios naturales (boca, nariz, ano, ojos, oídos…).
- Cualquier quemadura producida por electricidad o productos químicos.
- Si el dolor o el enrojecimiento persisten o empeoran durante las siguientes horas tras haberse producido la quemadura, o si aparece supuración o sangre en la zona afectada. Podrían indicar infección.
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