CONSEJO TÉRMICO

Qué es mejor para el calor: ¿ducha de agua fría o caliente?

Lo normal cuando hace calor es darse una buena ducha fría, pero la realidad es que hacer esto no solo puede no hacer sentir frescor, sino que puede provocar que tengamos más calor.

Una persona duchándose

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El calor intenso que caracteriza al verano español invita a darse una ducha fría para sentirnos más frescos. Y es que, esta costumbre tan común en estos momentos del año, a pesar de ser la más fácil y la que mayor sensación de frescor puede darnos en menos tiempo, también puede no ser la mejor forma de reducir la sensación de calor.

Como es lógico, en un primer momento sí se tiene una sensación más ligera de frescor, pero según el tiempo avanza, la situación cambia. Lo que el agua fría consigue es que, los termorreceptores de la piel, es decir, los que procesan el calor exterior, dejen de hacerlo.

Pero en cambio, si el agua está muy fría, el cuerpo no llega a activar los mecanismos que le ayudan a refrescarse, sino que esto acaba consiguiendo que ayuden a mantener el calor. Esto se debe a que la regulación de la temperatura corporal no es un proceso instantáneo, sino que necesita un rato para adaptarse. Es por esto que el agua fría no es la mejor solución para reducir la temperatura corporal.

Aunque no es lo que más apetece cuando hace calor, si nos damos una ducha caliente, los termorreceptores actuarán en consecuencia, evitando esa sensación térmica. Lo ideal en estos casos, realmente sería rebajar progresivamente la temperatura del agua, de manera que el cuerpo consiga aclimatarse. Aunque sea complicado, este cambio de costumbre hará más fácil convivir con el calor

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