SOMNOLENCIA POSTPRANDIAL

¿Por qué nos entra sueño después de comer? Trucos para evitarlo

Si justo después de comer te invade una sensación terrible de cansancio y sientes fatiga nada más levantarte de la mesa, es más que probable que se deba a los alimentos que acabas de ingerir. En este artículo te explicamos algunos trucos para evitar el sueño de después de comer.

Modorra.

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Ocurre durante los 365 días del año. Es muy habitual que después de comer, sobre todo si has ingerido una comida copiosa, tengas la sensación de cansancio o fatiga. Una percepción por la que queremos echarnos una siesta o estirarnos en el sofá para descansar. Sin embargo, durante la temporada de verano, a causa de las altas temperaturas, es más frecuente que experimentemos esta incómoda sensación.

Técnicamente, nos referimos a este momento como somnolencia posprandial, pero en el argot popular se conoce como modorra. Aunque también es muy habitual escuchar la palabra "morriña" para referirnos a ello. Se trata de la disminución de los niveles de energía de nuestro cuerpo tras ingesta de comida, sobre todo si es abundante en hidratos de carbono y grasas.

¿Qué debo saber?

Esta somnolencia se produce porque el cerebro recibe menor cantidad de sangre y provoca esta sensación. Sucede cuando la sangre se dirige al tracto gastrointestinal después de comer para facilitar la digestión y el transporte de nutrientes absorbidos a las células y tejidos.

Tras la ingesta de comidas copiosas, los alimentos llegan al estómago y al intestino para iniciar la digestión y se liberan hormonas gastrointestinales que regulan el vaciado gástrico y provocan el aumento del triptófano en sangre. Esta subida conlleva que el cerebro disponga de más serotonina y melatonina, hormonas que generan la sensación de cansancio.

Con la llegada de comida al estómago e intestino delgado se activa el sistema nervioso parasimpático y se inhibe el sistema nervioso simpático. El balance entre los dos se inclina predominantemente hacia el parasimpático y genera un estado de baja energía y deseo de descanso. Por su parte, esta sensación nada tiene que ver con la edad o el sexo. Afecta de la misma forma en todos los casos, sean niños, adultos o ancianos.

Lo cierto es que en temporada de vacaciones, no viene mal experimentar la sensación y tomar una siesta estirados en la toalla de la piscina. Sin embargo, si trabajas durante esta época, es uno de los peores instantes de la jornada laboral. Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar esta situación?

Combatir el sueño

  • Pescados y verduras: Debemos ingerir alimentos como el pescado y la verdura en la cena. Especialmente, si la comida ha sido rica en hidratos de carbono y grasas, lo ideal sería compensar las dos comidas con estos nutrientes.
  • Priorizar algunos hidratos de carbono: Para evitar la modorra sería suficiente con ajustar la ingesta de hidratos y proteínas para mantener los niveles de glucosa estables. Además, tenemos que tener en cuenta que no todos los hidratos de carbono contienen los mismos nutrientes ni son lo mismo, por lo que debemos priorizar cuáles consumimos. Por ejemplo, dar importancia a tubérculos, frutas o legumbres en nuestra dieta diaria.
  • Controla el orden: Quizás parece insignificante, pero una de las claves para el buen funcionamiento de nuestro organismo es la organización de la ingesta de algunos alimentos.
  • El café puede ser tu mejor amigo: El consumo de este producto va a activar nuestro sistema nervioso y evitará este estado de fatiga gracias a la cafeína que contiene, que funciona como un potente estimulante.
  • Una cabezada: Si no aguantamos, una pequeña siesta puede ayudar a reponer nuestra energía. Eso sí, siempre teniendo cuidado con la duración. No debe superar los 30 minutos para lograr despertarte con más energías que antes de la ingesta de alimentos.
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