Por qué nos pican a veces las palmas de las manos

A veces nuestra piel puede irritarse provocándonos picazón en distintas partes del cuerpo. Una de las zonas que más nos suele picar en determinadas ocasiones son las palmas de las manos. En algunas ocasiones, incluso llega a ser molesto, porque por más que nos intentemos rascar no conseguimos aliviar la sensación de picor.

El picor en las palmas de las manos puede deberse, por lo general, a dos causas: Dermatitis o alergia y también por colestasis en el embarazo. Pero, ¿Qué diferencia existe entre cada una de ellas? Aunque puedes encontrar la explicación en el vídeo de arriba, aquí también te lo vamos a contar.

Picor en las manos por dermatitis o alergia

El picor en las manos causado por dermatitis, puede deberse al contacto con productos compuestos por sustancias irritantes, como puede suceder con aquellos que se utilizan para limpiar los baños, cocina...

A su vez, el picor en las manos causado por una reacción alérgica, se produce cuando entramos en contacto con un agente específico al que un individuo es alérgico, como determinadas plantas, elementos e incluso esmalte de uñas.

La alergia en las manos, puede darse de inmediato o hasta 12 horas más tarde, por lo que si notamos un picor repentino y no sabemos a qué se debe, tenemos que pensar si hemos podido tocar algo que nos haya afectado.

Picor por colestasis en el embarazo

Como su nombre indica, es frecuente que este tipo de picor se presente en mujeres embarazadas causado por colestasis. La colestasis es una afección que no solo provoca picor en las manos, sino también en las plantas de los pies, sobre todo por las noches.

Otras causas que provocan picor en las manos

Aunque las causas anteriormente mencionadas suelen ser las más frecuentes o comunes, también pueden picarnos las manos por tener la piel reseca, por lo que es necesario mantenerlas siempre hidratadas, para evitar irritaciones y la aparición de grietas.

También puede ser por hongos, ya que entre los dedos de las manos se acumula humedad, una condición perfecta para el crecimiento de hongos.

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