ESTA ES LA REALIDAD
Por qué nos vemos de forma diferente en la cámara y en el espejo
Posiblemente te veas genial en el espejo y al tomarte una foto el resultado no es el que esperabas, no te preocupes e intenta que no se convierta en un complejo, a continuación, te explicamos los motivos.
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Seguro que en muchas ocasiones te has visto genial en el espejo y has decidido hacerte una foto. Sin embargo, te sacas un par de fotos y cuando vas a ver el resultado no te ves bien en ellas, por lo que sigues con tu sesión fotográfica, pero continúas sin salir igual que en tu espejo y te acabas preguntando varias veces ¿cómo soy en realidad? ¿soy como salgo en la fotografía o lo que veo en el espejo? A continuación, te damos la respuesta.
Cuando nos sacamos una foto con nuestros amigos es muy difícil ponerse de acuerdo en cuál salimos todos bien. A cada uno le parece que sale genial en una y los demás no notan que salgamos mal en la que no nos gusta, sin embargo, para nosotros está claro porque nos vemos bastante raros.
Esto se debe a que la imagen que toma la cámara no es la misma que vemos en el espejo. No podemos vernos igual en los dos sitios porque la imagen que tenemos de nosotros mismos se crea por observarnos en espejos, y por eso no es real.
El espejo siempre invierte nuestra imagen y solemos ver la simetría opuesta a la que realmente tenemos. Además, al mirarnos en el espejo lo hacemos con la misma perspectiva, es decir, a la altura de nuestros ojos y siempre buscamos nuestro lado más favorecedor.
En cambio, la lente de una cámara no está invertida, por lo que nos muestra tal y como somos, pero no estamos acostumbrados a ver esa imagen, ya que nos vemos extraños. Cuando decidimos hacernos una foto tanto la altura como el ángulo cambian, por lo que no se perciben los volúmenes de nuestro rostro como si sucede cuando estamos delante de un espejo.
No debes preocuparte si no sales bien en la foto con tus amigos, ya que los rostros nunca son totalmente simétricos. Estas variaciones se perciben en la cámara y en el espejo. De hecho, si tuviésemos una simetría perfecta, no notaríamos la diferencia entre ambos elementos. Por ello, deja de lado esta preocupación y cuando te hagas una foto con tus amigos guárdala como recuerdo y disfruta del momento.
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