¿Por qué las personas mayores huelen distinto?

Aunque a menudo se asocia con los hogares de nuestros abuelos, el característico "olor a personas mayores" no es un mito. Según la comunidad científica, este fenómeno tiene una base química concreta y comienza mucho antes de lo que se piensa, a partir de los 30 años. La principal responsable de esto es una molécula llamada 2-nonenal, cuya producción está relacionada con los cambios naturales que ocurren en nuestro cuerpo a medida que envejecemos.

¿Qué es el 2-nonenal?

Es una molécula orgánica que se forma debido a la descomposición de ciertos ácidos grasos insaturados que se encuentran en nuestra piel. Con el paso del tiempo, el metabolismo y las hormonas provocan un aumento en la producción de estos ácidos grasos, lo que intensifica la generación del 2-nonenal. Esta sustancia, se caracteriza por su aroma penetrante con toques herbáceos y grasos, que tiene la capacidad de adherirse fácilmente a la ropa, tejidos y muebles, permaneciendo en el ambiente por largos períodos.

De acuerdo con la doctora Ena Mondragón, experta en bioquímica dermatológica, "a partir de los 30 años, la capacidad antioxidante de la piel comienza a disminuir, lo que facilita la acumulación de compuestos que generan este olor".

Factores que influyen

Aunque el 2-nonenal es natural y no puede evitarse por completo, ciertos factores pueden potenciar su presencia. Cambios hormonales, el estilo de vida y la dieta son variables que influyen en la intensidad del olor. Por ejemplo, una alimentación rica en antioxidantes podría ayudar a mitigar el impacto de esta molécula al reducir la oxidación de los ácidos grasos en la piel.

Además, el estrés y otros cambios emocionales relacionados con este aroma han sido documentados en estudios bioquímicos. Olores intensos pueden generar respuestas de incomodidad o incluso alteraciones en el estado de ánimo, lo que refuerza la importancia de tomar medidas preventivas para manejarlo.

¿Cómo minimizar su impacto?

Aunque el 2-nonenal no desaparece con la higiene, mantener una rutina de cuidado personal puede ser clave para controlar el aroma que desprende. La limpieza diaria ayuda a eliminar bacterias que potencian otros olores corporales y, combinada con el uso de lociones o desodorantes específicos, puede reducir significativamente la percepción del olor.

La doctora Mondragón también recomienda incluir alimentos antioxidantes en la dieta, como frutas cítricas, frutos secos y vegetales de hoja verde, así como adoptar hábitos saludables que promuevan el bienestar general de la piel.

La realidad es que el "olor a personas mayores" no es un defecto ni un signo de descuido. Más bien, es una característica natural del envejecimiento que todos experimentamos. En lugar de verlo como un problema, la clave está en entenderlo, manejarlo y adoptar medidas sencillas para sentirse cómodo y seguro. Porque, al final, el envejecimiento es algo que no podemos detener y que a todos nos llegara en algún momento, por eso es importante ser consciente de ello y de todo lo que lo envuelve.

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