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HIJOS PELUDOS

¿Que razas de perros son mejores para la convivencia con gatos?

Hasta los perros de caza, que son nerviosos e impulsivos, pueden ser perfectos anfitriones si están correctamente educados.

Perro y gato conviviendo felices

Perro y gato conviviendo felicesiStock

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"¿Qué tipo de perro es mejor para que conviva con mi gato?". Muchas veces nos hacen esta pregunta, como si de una combinación mágica se tratara. Dado el ritmo vertiginoso de nuestras vidas, queremos conseguir que nos den una solución directa e infalible. Una respuesta sencilla que nos facilite la vida. Pero, lamentablemente, no existe tal solución.

Cada caso es único y depende de multitud de factores. Con mucho gusto vamos a intentar simplificarlos lo más posible y que los que os enfrentéis a esta situación, os sea un poco más llevadero.

¿Adutos o cachorros?

El factor más importante es la edad a la que les enfrentamos a esa convivencia. Cuanto más jóvenes sean ambos, menos recelos tendrán. Las experiencias que hayan vivido previamente también pueden interferir, por lo que, si ambos tienen una corta edad, es más fácil que graben nuevos recuerdos.

Convivencia previa con la otra especie

Si nuestro animal ya ha convivido anteriormente con un animal de la otra especie, es más sencillo que acepte al nuevo miembro de la familia. Por eso, cuando adoptamos en un albergue, es fundamental que preguntemos si han tenido contacto previo y cómo ha sido la reacción.

Cuando adoptamos un gato callejero es difícil que acepte la convivencia con perros siendo ya adulto, ya que, por desgracia, suelen tener malos recuerdos de peleas y persecuciones. Esos traumas dejan una impronta muy fuerte en su cerebro y no es tarea fácil cambiarlas.

Elección de perro

Aunque ya hemos explicado que no existen razas específicas que acepten gatos, sí que es cierto que hay razas más tranquilas y, por lo tanto, más fácilmente adaptables.

Razas dóciles

Los Cavalier King Charles, los Malteses y los Bichones Habaneros son muy caseros y sociables.

Dentro de las razas grandes, los Golden Retrivers y los Labradores son los “niñeros” por excelencia, dada su paciencia y amor por la familia.

Siempre es mejor optar por perro hembra, ya que son más sociables y menos territoriales.

Dentro de los mestizos, cualquier animal que sea tranquilo, esté educado o haya convivido previamente con gatos, estará igualmente preparado para adoptar un minino en su hogar.

Elección del gato

Los felinos suelen ser los más complicados a la hora de adaptarse a la nueva familia, por lo que os ofrecemos una serie de trucos para facilitarlo.

Gatos dóciles

Los machos suelen ser menos agresivos en la especie felina y sin duda, más sociables.

Si cogemos un gatito bebé, hay un truco para prever cuál será su carácter. Al alzarlo por el pliegue nucal debemos apreciar que se queda recogido, en forma de saco, sin balancearse ni lanzar zarpazos o vocalizar. Cuanto más sumiso se muestre, menos agresividad presentara de adulto.

Educación previa

No nos cansaremos de recordar que es fundamental una correcta educación de nuestro perro desde el momento que llega a casa. Establecer unas buenas bases de convivencia sin caer en humanizarles ni mimarles como a niños pequeños o en ser permisivos y premiarles con ser un igual al resto de la familia. Esto solo trae problemas tanto de cara a la convivencia con nosotros como a la hora de introducir un nuevo miembro en nuestra familia, ya sea gato, perro, ave o incluso bebé humano.

De nada nos va a servir leer doscientos artículos con alabanzas sobre determinadas razas compatibles con gatos si nuestro Bichon Habanero se convierte en una piraña cada vez que se le lleva la contraria.

Por otro lado, hasta los perros de caza, que son nerviosos e impulsivos, pueden ser perfectos anfitriones si están correctamente educados y saben que los miembros de la familia y los seres que hay dentro de la casa se respetan por igual.

Toma de contacto entre perro y gato
Toma de contacto entre perro y gato | Pexels

Toma de contacto

Una vez que hemos llegamos a este paso, debemos tener paciencia y darle a cada miembro del binomio su tiempo de adaptación.

No debemos dejarles solos en estos primeros días, ya que debemos observar de cerca su lenguaje corporal. Si notamos que se erizan o que la postura que adoptan es agresiva, levantando el belfo o lanzando zarpazos con vocalizaciones, debemos darle a cada uno su espacio y volver a intentar la aproximación nuevamente al día siguiente.

Este proceso no siempre es sencillo y puede dilatarse durante semanas o incluso meses.

La estampa del gatito durmiendo entre las patas del perro es adorable y pudiera parecer sencilla y atrayente, pero debemos ser consciente de que esa adaptación puede requerir esfuerzo y paciencia por parte de todos los miembros de la familia y que no siempre sale bien.

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