GRAVES CONSECUENCIAS
¿Qué es el síndrome alcohólico fetal? La enfermedad que sufre el hermano de Paula Gonu
La influencer siempre ha hablado claro del síndrome que padece su hermano, con la intención de normalizar y concienciar a sus seguidores de sus efectos e implicaciones. Recientemente, se ha referido al síndrome alcohólico fetal (SAF) a través de sus historias. Pero, ¿qué es exactamente?
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Paula Gonu empezó sus andaduras en el mundo de las redes como youtuber, pero cesó la actividad en la plataforma hace dos años para centrarse en crear contenido en otras redes como Instagram, aplicación en la que reúne 2 millones de seguidores, convirtiéndose en una de las influencers españolas más seguidas.
A lo largo de su trayectoria, nos ha hecho partícipes de su relación y ruptura con el influencer Alex Chiner, además de presentarnos a otros miembros de su familia como su hermano Víctor, con el que se lleva cerca de 9 años. Sus padres lo adoptaron en un orfanato de Ucrania con 16 meses.
Hace unos años, Teresa Núñez, la madre de los hermanos, concedió una entrevista a un medio de comunicación español en la que explicaba la historia de su hijo y la de muchas otras familias. Mientras sus hijos crecían, se percataron de que algo no iba bien en su desarrollo. En el caso de la familia de Gonu, los padres se dieron cuenta en el lugar de adopción de que a Víctor le ocurría algo, pero fue tras 7 años cuando los médicos le diagnosticaron síndrome alcohólico fetal (SAF).
Qué es el síndrome alcohólico fetal o SAF
El síndrome alcohólico fetal o trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) es un trastorno que afecta a los hijos de aquellas madres que han consumido y abusado del alcohol durante el embarazo y que genera serios problemas en el feto de por vida.
Según la Asociación de Familias Afectadas por el Síndrome Alcohólico Fetal (AFASAF), este síndrome se incluye dentro de los síndromes de "influencia prenatal" al producirse durante la gestación del embrión, sin que tengan implicación los genes, ya que la sustancia traspasa la placenta y llegar al feto.
El Hospital Clínic de Barcelona cifra en un 0,1% la prevalencia del TEAF en recién nacidos de la población en general, aunque algunos estudios elevan la cifra a un 4-7% de las mujeres, por lo que anualmente se dan a luz a más de 100.000 bebés con este trastorno, especialmente en embarazadas de lugares de Europa del Este -entre otros-, lugar de nacimiento de Víctor Gonu.
Cómo se manifiesta el TEAF en una persona
A pesar de poder afectar en mayor o menor grado al feto, llevar a cabo este mal hábito durante el embarazo provoca daños cerebrales, problemas neurológicos y defectos físicos, todos ellos de carácter irreversible.
A nivel físico, el niño puede presentar rasgos faciales característicos de los que lo padecen, como ojos pequeños, un labio superior más delgado y falta de pliegues nasolabiales. También pueden tener deformaciones en algunas articulaciones, problemas de visión y audición o una variación en la velocidad del crecimiento del niño. Con mayor gravedad, pueden padecer problemas cardíacos, renales y óseos.
En el desarrollo neurológico, los que padecen TEAF pueden presentar discapacidad intelectual, problemas de aprendizaje, de atención y de conducta; hiperactividad, dificultad para razonar, mala memoria o incluso retrasos en el habla y el lenguaje, entre otros aspectos.
El síndrome también tiene consecuencias sociales y de comportamiento, pues no suelen socializar con el resto y hacer amigos es muy difícil para ellos, así como desarrollarse a nivel social en otros campos. Además, son ingenuos e impulsivos y las etapas de cambio se les hacen especialmente difíciles al tener problemas para adaptarse.
¿Se puede tratar el TEAF?
Este trastorno no tiene tratamiento, por lo que las consecuencias de llevar un mal embarazo seguirán para siempre presentes en la persona. A pesar de ello, se ha constatado que si se recurre a los servicios de intervención temprana -herramientas para bebés y niños pequeños con discapacidad- se pueden reducir algunas de las consecuencias.
El Ministerio de Sanidad apunta que "el 80% de los niños que padecen TEAF son dependientes toda su vida" y aunque no existe cura, "es 100% evitable" si se prohíbe por completo la ingesta durante la gestación.
En los que la padecen, se recomienda optar por educación especial enfocada a sus necesidades y sus capacidades y tener un control de la salud, acudiendo a especialistas médicos, como psicólogos, neurólogos o logopedas para tratar el habla, e incluso fisioterapeutas para su capacidad física.
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