VACACIONES DE VERANO
¿Qué es el test de vuelo y en qué casos se debe realizar a los niños antes de volar?
¿Sabías que existe una prueba para simular las condiciones de un vuelo en avión y así valorar posibles complicaciones respiratorias en los más pequeños? Aunque su uso aún no está extendido y se realiza en pocos hospitales, especialistas en neumología infantil recomiendan su realización en determinados casos. Si quieres saber en qué consiste y su utilidad, te doy las claves en este artículo.
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La presión en una cabina de avión en pleno vuelo es similar a la que se puede experimentar subiendo a una montaña a 2.500 metros de altura. La concentración de oxígeno disminuye desde el 21% (que es lo que respiramos normalmente en aire ambiente) al 15%. Esto produce una respuesta adaptativa fisiológica en la respiración de personas sanas que hacen que el vuelo transcurra sin notar ningún síntoma. Sin embargo, si existe alguna enfermedad respiratoria o cardiológica relevante, esta disminución en la concentración de oxígeno puede suponer un riesgo importante para la salud de esos pacientes.
Enfermedades a tener en cuenta antes de volar
Las enfermedades en niños con más riesgo de complicarse durante un vuelo son:
- Displasia broncopulmonar crónica del prematuro
- Lactantes menores de 6 meses con infección respiratoria aguda de origen vírico (neumonia, bronquiolitis…)
- Fibrosis quística
- Neumopatías intersticiales
- Enfermedades neuromusculares y cifoescoliosis
- Pacientes con enfermedad pulmonar y anemia grave
- Infecciones como la tuberculosis
- Pacientes sometidos a cirugía torácica reciente
- Cardiopatías con hipertensión pulmonar
- Arritmias no controladas
¿En qué consiste el test de vuelo?
Los pediatras debemos ser capaces de proporcionar información acerca de los riesgos de un viaje en avión, determinar las enfermedades que pueden complicarse durante el mismo y recomendar medidas preventivas que puedan minimizar estos riesgos potenciales.
Por ello, en estos pacientes se debería realizar un test de vuelo (o prueba de simulación hipóxica) previo al viaje que consiste en simular las condiciones ambientales de una cabina de avión durante 15-20 minutos para ver la respuesta del paciente. Para conseguir esto, se hace respirar al paciente mediante una mascarilla una mezcla de gases con una concentración de oxígeno más baja de lo habitual mientras se miden las constantes y la concentración de oxígeno en su sangre.
Si al hacer la prueba se detecta una bajada importante en la concentración de oxígeno en sangre del paciente, sabremos que va a necesitar un suplemento de oxígeno durante el vuelo para que no haya riesgo.
Cómo conseguir un suplemento de oxígeno para volar
Este test se ha empezado a realizar de forma más generalizada en hospitales cuyas poblaciones viajan en avión más frecuentemente (Baleares, Canarias…) pero resulta poco común a nivel general por el desconocimiento de los riesgos que puede conllevar un viaje en altura y la poca información que hay acerca de esta prueba.
En caso de determinar médicamente que el paciente precisará de oxígeno suplementario para viajar, hay que saber que no está permitido viajar con una bombona de oxígeno en el avión por ser considerado mercancía peligrosa. La solución dependerá de cada aerolínea, por lo que habrá que comunicar con anterioridad la condición médica del paciente.
La mayoría de compañías aéreas pueden proporcionar oxígeno a los pasajeros durante el vuelo. El coste de este servicio extraordinario es variable, debido a la ausencia de regulaciones en este sentido.
Otra opción son los concentradores portátiles de oxígeno, de poco peso y volumen, que están permitidos en cabina y funcionan con baterías recargables o conectados a la red eléctrica. Estos últimos son facilitados por el Sistema Nacional de Salud mediante prescripción médica.
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