APPS DE CITAS Y SALUD MENTAL

¿Por qué Tinder es tan adictivo?

Cada vez es más habitual consultar el teléfono móvil de forma constante se ha llegado una notificación de whatsapp, de Instagram, de Twitter e, incluso, de Tinder. La adicción a estas aplicaciones tiene una razón científica: su diseño está pensado para recibir una gratificación intermitente que refuerce ese comportamiento. En este artículo te lo explicamos en detalle.

Mujer consultando el teléfono móvil

Mujer consultando el teléfono móvilPexels

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Muchas de las aplicaciones que tenemos en el teléfono móvil se convierten en la vía de escape de nuestro cerebro en los ratos muertos. Tenemos en nuestra mano una infinidad de vídeos en plataformas audiovisuales; opiniones de autoridades e insensatos explicadas en pocos caracteres, y galerías de imágenes de conocidos y desconocidos compartiendo su vida íntima, sus outfits y analizando las tendencias actuales de moda, belleza, decoración…

Tienen un funcionamiento muy estudiado, y si analizamos las aplicaciones que se utilizan para encontrar pareja o conseguir citas por internet, más todavía, porque ofrecen un beneficio directo: conocer gente de forma rápida y sin invertir grandes esfuerzos.

No obstante, los expertos detectan cada vez más adicciones a este tipo de aplicaciones, un uso abusivo que causa malas praxis y que puede llegar a afectar a la salud mental de los usuarios y a desestabilizar la forma de relacionarse con el resto de la sociedad. Deslizar los perfiles, o swipe infinito, es una manera de pasar el rato -en el mejor de los casos- y, en el peor, miedo a quedarse fuera de tendencia, a perderse algo -FOMO (Fear Of Missing Out)-.

Por qué las apps de citas crean adicción

No hay que olvidar que el objetivo de todas estas aplicaciones que prometen encontrar la pareja perfecta es la monetarización, por lo que están diseñadas para generar la necesidad de acceder a todas las funcionalidades -utilizando técnicas de gamificación, propias de videojuegos- y conseguir que los usuarios se suscriban a las de pago.

Según la OCU, uno de cada tres usuarios de las aplicaciones de citas se considera adicto a este tipo de servicios.

La consulta de este tipo de aplicaciones de citas engancha por algo: segrega dopamina generando un efecto en nuestro cerebro similar al de las tragaperras, las apuestas y algunas drogas.

¿Qué es el refuerzo intermitente?

Los psicólogos James Olds y Peter Milner realizaron un experimento científico conocido como "La caja Skinner" tras el que concluyeron que un sistema de recompensa variable, o lo que es lo mismo, una gratificación o refuerzo intermitente -a veces obtienes placer y a veces no- es más adictivo que la certidumbre de obtener siempre un premio.

Este mecanismo responde a un comportamiento primario de nuestro cerebro en el que tendemos a repetir un estímulo que nos produce placer. A nivel fisiológico, cuando un usuario desliza los diferentes perfiles de citas y hace match con uno de ellos o cuando recibe un mensaje de alguien a quien ha gustado, el cerebro segrega dopamina.

Perfil de usuario que puede tener adicción

Según cuenta la doctora Sandra Bravo Herrero, especialista en Psiquiatría en Mentalia Arévalo, a la plataforma TopDoctors, hay dos tipos de perfiles potencialmente adictivos en las aplicaciones de citas. Por un lado, está la gente con rasgos narcisistas, antisociales o maquiavélicos. A esas personas les gusta aumentar su ego y este es un buen lugar para conseguirlo, ya que usan las apps para encontrar sexo casual o para lograr ese subidón de ego.

Por otro lado, encontramos personas, especialmente mujeres, aunque también hombres en menor medida, huyendo de la soledad, con apego ansioso, y que usan las apps para conectar emocionalmente.

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