AMANTES DE LOS ANIMALES
Regalar mascotas: Esta es la visión de una veterinaria
En este artículo vamos a comentar cuáles son los escenarios más frecuentes en los que se decide regalar un perro o gato en Navidad y por qué suele salir mal.
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Ya sea por amor o por querer acertar con el regalo más deseado, regalar un cachorrito se convierte en una opción muy común año tras año. Pero por desgracia, entre los casos de abandono animal antes de los 3 años, la causa más frecuente es ser una mascota fruto de un regalo.
Como ya hemos comentado en numerosas ocasiones, el añadir un nuevo miembro a la familia es una decisión que ha de ser consensuada por todos los miembros adultos de la misma, ya que es una responsabilidad y una obligación por los próximos 15 años, aproximadamente.
Vamos a ver en qué casos es común regalar una mascota y por qué suele ser una mala idea, sobre todo para el animal:
Regalar a tu pareja una mascota
Cada vez es más frecuente que parejas jóvenes no tengan prisa por tener descendencia y se ocupa ese lugar por un cachorrito. Sin embargo, la vida de pareja soltera es muy diferente a lo que implica tener un perro.
Los horarios, las rutinas y las obligaciones, que a priori parecen sencillas, hacen que esa libertad de la que se disfruta en la vida de adulto desaparezca de un plumazo. El pensar en un fiel compañero tumbado a nuestro lado mientras vemos una serie es una imagen muy idílica que tarda bastantes años en llegar, ya que en los primeros años, las prioridades de nuestro nuevo compañero es jugar, llamar la atención, salir a la calle y comer.
Hemos de ser conscientes que, al menos durante 1 año vamos a tener que invertir mucho tiempo de pareja en ese nuevo miembro.
Según la veterana terapeuta de parejas, Almudena Sos, si la decisión es consensuada entre ambos miembros de la pareja y se tienen ya unas rutinas establecidas, la llegada de una mascota puede afianzar la pareja. Sin embargo, si la decisión es tomada por un miembro de esta, suele dar lugar a situaciones de confrontamiento y pelea.
¿Es bueno regalar mascotas a los niños por Navidad?
Es muy común que los niños quieran un cachorrito, ese peluche gracioso con vida propia. Por desgracia, muchos padres hoy en día creen que para hacer felices a sus hijos deben darles todo lo que desean.
Simplemente con el razonamiento de "porque puedo y este año se lo ha ganado", deciden adentrarse en la aventura de meter un animal en casa.
Se escudan en que como son sus hijos los que lo quieren, tienen que hacerse responsables y ocuparse del perro, y creen que los padres con pagar las necesidades cumplen.
Quizás si lo ven escrito, sean capaces de entender el enorme error que cometen. No les corresponde a los niños la enorme responsabilidad que implica tener a su cargo una nueva vida. No podemos exigir que en su desarrollo y crecimiento sean capaces de mantener la exigencia en rutinas y cuidados que un animal requiere. No señores, no es justo ni posible.
La responsabilidad es siempre tarea de los adultos. A los niños debemos exigirles que sean educados, obedezcan, estudien, ordenen su cuarto… es decir, aprender y equivocarse muchas veces, pero nunca con las consecuencias que pueden acarrear los errores cuando se cometen con un ser vivo.
Si se decide regalar un cachorro a nuestro hijo, debemos ser lo suficientemente adultos para entender que es un miembro más de la familia, una nueva responsabilidad para los adultos y que será un compañero para nuestros hijos, pero nunca su responsabilidad.
Sin duda un gatito juguetón o un cachorrito alegre son un compañero ideal en la vida de un niño. Les aporta valores, sentimientos, les aparta del ciber mundo en el que se hayan a ver hoy en día inmersos y les obliga a relacionarse con el entorno, llamando su atención.
En otros artículos ya hemos comentado las ventajas que suponen las mascotas en el desarrollo infantil y en la tercera edad. Solo el que ha tenido mascota es capaz de entender el enorme regalo que nos brindan ellas a nosotros tan solo con su compañía y lealtad.
Los animales son un regalo en sí porque enriquecen nuestras vidas, tan llenas de materialismo y estrés, haciéndonos frenar y reconectar con nuestros orígenes, y solo cuando tengamos este pensamiento claro y seamos capaces de sacrificar mínimamente nuestras costumbres para adaptarlas a sus necesidades, estaremos preparados para recibir como regalo una mascota.
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