Ronquidos: ¿Cuándo debemos preocuparnos?

Intentas seguir los pasos para cumplir todas las rutinas que se desprenden de las indicaciones para conseguir una buena higiene del sueño y lograr un descanso reparador y un sueño de calidad.

Cuando llega el anochecer, bajas las persianas de casa para limitar la entrada de luz, sumerges tu hogar en la penumbra para indicarle al cuerpo que llega la hora de acostarse, disfrutas de un baño relajante, escuchas música tranquila, limitas el consumo de pantallas y luz azul justo antes de irte a dormir y tratas de conciliar el sueño.

Pero, de repente, la persona que tienes a tu lado en la cama; tu hijo, en la habitación de al lado; o, lo que es peor, el vecino de detrás de la pared, empieza a roncar de forma escandalosa y te desvela.

Si solo se trata de un ruido ensordecedor que no te deja pegar ojo, es un problema que se puede solucionar con unos tapones, pero ¿qué ocurre si detrás del ronquido hay algo más?

¿Qué es un ronquido?

El ronquido es la vibración de los tejidos blandos de la garganta cuando pasa el aire mientras respiramos. Casi todas las personas roncan de ve en cuando, pero si no se trata de un comportamiento ocasional, lejos de normalizarlo, hemos de pensar que lo más saludable es no roncar.

Roncamos cuando hay algún problema en las vías respiratorias superiores, cuando hay una disminución de la vía aérea, cuando alguna estructura de la orofaringe -parte de la garganta justo detrás de la boca que incluye la lengua, el paladar blando, las amígdalas y las paredes laterales y posteriores de la garganta- queda colapsada y no permite la libre circulación del aire, comienza a vibrar y produce un sonido.

¿Por qué roncamos?

Las causas que llevan a una persona a roncar pueden ser diversas, pero las más comunes son:

• La estructura ósea: una mandíbula más pequeña, una base de la lengua más grande o una campanilla grande significan menos espacio para pasar el aire y, por tanto, es más fácil que causen una obstrucción y la consiguiente vibración.
• El sobrepeso favorece la acumulación de grasa alrededor de la garganta y el cuello, reduciendo el espacio de circulación del aire.
• Las alergias pueden inflamar estructuras de la vía aérea superior -nariz, faringe, laringe, cornetes o campanilla-.
• El consumo de alcohol o la ingesta de determinados medicamentos -como los ansiolíticos-, porque relajan los tejidos y facilitan que vibren.
• El consumo de tabaco irrita las mucosas y las inflama.
• La forma de dormir: si descansamos boca arriba, la lengua cae más atrás y, si tenemos la base grande, ocupa más espacio y obstruye la vía aérea.
• La edad: con el paso del tiempo los tejidos se vuelven más laxos e, irremediablemente, tienen mayor facilidad para vibrar.
• La apnea: las vías respiratorias superiores se bloquean totalmente e impiden la circulación del flujo del aire durante unos segundos.

Signos de alerta ante los ronquidos

El ronquido por sí mismo no es causa de ninguna patología, se consideran normales cuando los ronquidos ocurren de forma ocasional, causados por el consumo de alcohol o tabaco, una gran comilona o una reacción alérgica.

No obstante, cuando hay síndrome de pies inquietos, bruxismo o apneas, es necesario recurrir a un médico, sobre todo cuando identificas los síntomas más comunes de la apnea:

• Pausas de respiración presenciadas durante el sueño.
• Somnolencia excesiva durante el día.
• Dificultad para concentrarse.
• Dolores de cabeza por la mañana.
• Dolor de garganta al despertar.
• Sueño intranquilo.
• Jadeo o ahogo por la noche.
• Presión arterial alta.
• Dolor en el pecho por la noche.
• Ronquido es tan fuerte que interrumpe el sueño de otras personas.

Qué es la apnea obstructiva del sueño

Según la Unidad de Transtornos del Sueño de la Quirón, la AOS es una enfermedad caracterizada por múltiples paradas respiratorias durante el sueño, asociadas con episodios repetitivos de ronquidos y excesiva somnolencia diurna. Las paradas respiratorias (apneas) conllevan una pobre oxigenación durante la noche y una desestructuración del sueño que se manifestará con unos signos y síntomas propios de la enfermedad.

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