SOLUCIÓN PARA UN CLÁSICO
¿Sabías que el secreto para unas puertas silenciosas está en tu neceser? Descubre el inesperado uso de este producto
¡Adiós a los chirridos! Esos ruidos molestos de las bisagras de las puertas pueden desaparecer con un truco sencillo y económico que tiene como protagonista a la vaselina, un producto que probablemente ya tienes en casa.
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Aunque normalmente asociamos la vaselina al cuidado de los labios y la piel, puede convertirse en tu aliada perfecta para solucionar este problema sin necesidad de productos especializados.
El truco paso a paso:
1.Prepárate: Ponte unos guantes para evitar mancharte las manos.
2.Desencaja la puerta: Levanta ligeramente la puerta de las bisagras tirando hacia arriba. No es necesario retirarla del todo, solo elevarla unos centímetros.
3.Aplica la vaselina: Con un paño o tus dedos, coloca una pequeña cantidad en el pasador y en las zonas de contacto entre los metales de la bisagra.
4.Reinstala la puerta: Baja la puerta a su posición original y muévela un par de veces para que la vaselina se distribuya uniformemente.
Gracias a sus propiedades lubricantes, la vaselina reduce la fricción y asegura que el ruido no vuelva. Además, es resistente y permanece en su lugar durante mucho tiempo, haciendo que este truco sea práctico y duradero.
No necesitas ser un experto en bricolaje para ponerlo en práctica. La próxima vez que una puerta chirríe, ¡ve directo a tu neceser y deja que la magia de la vaselina haga el resto!
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