San Solterín: planes que deberías hacer en solitario una vez en la vida

Habitualmente se dice que “la vida está hecha para parejas” y, en muchos casos, es así. En los supermercados la mayoría de productos se venden en packs de dos, las ofertas de las aplicaciones de comida son 2x1, las viviendas son tan caras que se tienen que compartir… Y esto solo son algunos ejemplos.

Pero hoy es San Solterín y en NovaMás hemos decidido reivindicar este estilo de vida, a veces tan estigmatizado. Ser soltera tiene muchas ventajas y la primera, y la más importante, es poder dedicar todo tu amor a ti misma.

Para tener una vida plena -ya sea en solitario o en pareja- conocerse y aceptarse a una misma es la clave. Y, para conseguirlo, existen una serie de planes que todas las personas deberían hacer en solitario una vez en la vida.

Los mejores planes para una

Viajar

Ir de viaje en solitario es una de esas experiencias que te cambian y te marcan para siempre. Pasear solo por las calles de una ciudad desconocida te da la oportunidad de reflexionar o, simplemente, de dejar la mente en blanco y dejar actuar los sentidos.

Por otro lado, viajar sin acompañante también te obliga a socializar, a conocer tanto a personas locales como a otros viajeros. Al no tener a nadie más con quien hablar, la conexión con estas personas será mayor y, quién sabe, quizás te aportan conversaciones o anécdotas que jamás olvidarás.

Por último, hay que destacar la libertad que tienes al viajar sola. No tienes que esperar a nadie, ni decidir la ruta del día poniéndote de acuerdo con tu acompañante. Todo es más ágil y sencillo.

Ir a un buen restaurante

Comer sola es algo que pocas personas aprecian, pero que tiene mucha más magia de lo que parece. Cuando vas acompañada a un restaurante, es habitual entablar una conversación y dejar el sentido del gusto en un segundo plano. En cambio, si vas sola, toda tu atención se centrará en los platos que te sirven y disfrutarás aún más de ese manjar.

Además, te animamos a hacerlo sin llevar el móvil encima. De primeras puede resultar violento, ya que mientras esperas a que te traigan la comida no sabrás dónde mirar, pero a los pocos minutos descubrirás qué recursos tiene tu mente para distraerte sin usar tu querido smartphone.

Visitar un museo

Los grandes museos, como el Prado, el Louvre o el MET, son muy difíciles de ver en su totalidad en tan solo un día y aún menos si vas acompañada. Cada persona tiene sus gustos y, por eso, si vas sola, podrás disfrutar de cada obra de arte que te llame la atención el rato que desees.

Ir a ver una puesta de sol (o un amanecer)

Ir con una persona amada a ver una puesta de sol es uno de los planes más emotivos y románticos que existen. Los colores rosados y violetas del cielo, la luz naranja reflejada en la piel… Pero realmente se trata de una experiencia que vale la pena vivir una vez sin acompañante, pues incita a la introspección y puede llegar a ser muy sanador para la mente. Solos tú y el sol, cara a cara.

Si un día te encuentras demasiado estresada, ve a despejarte viendo una puesta de sol y verás que a la noche estás más relajada.

Un largo viaje en coche (o no tan largo)

Tener un par o tres de horas de carretera para poner tu música favorita a todo volumen y cantar a pleno pulmón, sin que nadie te juzgue, es una experiencia fantástica. Por más que compartas gustos musicales con una persona, será difícil que os vuelvan locas exactamente las mismas canciones, pero si no tienes a nadie en tu vehículo, la DJ serás únicamente tú y podrás hacer un repaso de todos esos hits que te remueven algo por dentro.

Ir a una fiesta

Este plan no es apto para todas las personalidades, solo para aquellas que sean más extrovertidas. Si sales sola a tomar una copa en un bar o a bailar en una discoteca -sí, esto puede parecer raro, por eso hemos hablado de personas más atrevidas- seguramente atraigas las miradas de mucha gente y alguien se acabará interesando en ti. Acabarás la noche entablando más de una conversación y conociendo a gente de todo tipo.

¿Por cuál vas a empezar?

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