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Tampones de crochet: la última tendencia para librarse de los tóxicos (y de la seguridad sanitaria)

El síndrome de shock tóxico nos ha llevado a buscar alternativas más respetuosas y saludables, pero no siempre las ideas que surgen en Internet lo son tanto como parecen. La última moda de tampones reutilizables han hecho saltar todas las alarmas.

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Lo hemos tenido que leer bien. Dos y tres veces. Repasar cada paso, cada cruce de hilo, cada vuelta y cada nudo. No es que no terminemos de ver cómo coser nuestro propio tampón de crochet, ganchillo o de tela, sino que nos surgen muchas dudas de si realmente es bueno para nuestra salud vaginal introducirnos un tampón hecho con materiales de este tipo. Y sin haber pasado ningún certificado.

La doctora Jen Gunter, una reconocida obstetra y ginecóloga canadiense con tres décadas de experiencia a sus espaldas, está igual de estupefacta. En su libro La Biblia de la Vagina habla muy detenidamente de cómo el síndrome de shock tóxico ha generado tanto miedo y ha sido utilizado para amedrentarnos en torno a nuestra salud menstrual, que ha acabado por derivar en esto. Una fiebre por la búsqueda de lo más natural y artesano. El mensaje bien podría ser, en mi vagina no entra nada que no haya hecho yo misma. Así lo afirma Gunter en su capítulo dedicado a la verdad sobre el síndrome de shock tóxico. Con “Los tabúes culturales sobre la menstruación y los ridículos escrúpulos sociales entorno al periodo (...) tenemos el terreno abonado para la desinformación” sostiene.. Sin embargo, esto no es del todo malo. Usar productos higiénicos respetuosos y ecológicos es el camino que todas debemos ir tomando, pero hay unos límites que por pura salud no debemos rebasar.

Tampones reutilizables y lavables

Estamos en un momento en el que casi nos vale todo para no dañar, más aún, el planeta y nuestros cuerpos. En esta lucha por devolver el equilibrio vamos haciendo cambios importantes en nuestro día a día y esos cambios también afectan a la vida íntima y menstrual. En los últimos meses en Internet han proliferado creadoras que apuestan por el uso de telas para confeccionar tampones ya sean de tela o de crochet. Estos tampones prometen ser menos tóxicos y contaminantes, lo cual puede ser en cierto modo verdad si la tela no contiene ningún tipo de sustancia, lo cual ya es bastante complicado. Por supuesto que contaminaríamos menos ya que, según las personas que los venden, son reutilizables. Es decir, basta con lavarlos, secarlos bien y volverlos a introducir.

Existen dos tipos de tampones reutilizables

Las opciones que encontramos en este nuevo, aunque un poco viejuno, mercado son dos. Por un lado, los hechos con tela y por otro, los ya confeccionados o el patrón para su costura.

Los de tela son simplemente un rectángulo hecho con una tela de algodón rematada en sus bordes que se enrolla y se introduce en la vagina. Lleva al final una cuerdita u otro trozo de tela para facilitar su extracción.

Los cosidos son tampones hechos con técnicas de costura como el crochet o ganchillo. Y la verdad es que son tal cual te los puedes estar imaginando. Como el tapete sobre los brazos del sillón que preside la casa de tu abuela en el pueblo, pero con forma de tampón.

¿Cómo son los tampones de crochet?

“Estos tampones suelen estar hechos de algodón” afirma la doctora Gunter. En apariencia parecen inofensivos e incluso para algunas más atractivos que los tradicionales. Pero el problema no radica en la estética, sino en que “Nadie ha presentado esos productos a la FDA (las siglas en inglés para el Organismo para el Control de Alimentos y Medicamentos que controla este tipo de productos) para su aprobación y no se poseen datos para saber en qué medida irritan los tejidos vaginales o si afectan a la proliferación de bacterias o a la producción de la toxina que genera el síndrome de shock tóxico” puntualiza la doctora.

Además, el material del que están hechos es muy importante. La mayoría de ellos dicen estar fabricados en algodón cien por cien. Pero su aspecto, la verdad, no da mucha confianza ni se parece a los tampones de algodón orgánico que suelen comercializarse. La doctora Gunter realizó varias pruebas para comprobar su eficacia y para salir de dudas sobre la fiabilidad de los tampones de crochet que tanto furor estaban generando en las plataformas de venta online. Cuenta que compró tres y le sorprendió la laxitud del tejido. Con esa laxitud una gran cantidad de aire podría colarse en la vagina, lo cual favorece la toxina que provoca el síndrome del shock tóxico.

Otro tema de gran importancia es la limpieza. Como sabemos la higiene para prevenir infecciones es muy importante y por ello debemos asegurarnos de que los productos que usemos sean fáciles de limpiar y no generen bacterias que alteren nuestra flora vaginal. “No está claro cómo sería la limpieza y cómo eliminar y neutralizar la toxina” manifiesta Gunter. Si leemos las descripciones de los anuncios donde se venden estos tampones de crochet afirman que con lavarlos a mano o a máquina a no más de 40 grados es suficiente. Sería como la limpieza de los salvaslips y compresas de tela. Pero claro, no es lo mismo un producto de uso externo que uno interno.

Y para acabar, la ginecóloga apunta que otra de las problemáticas clave es la absorción. En La biblia de la Vagina, deja bien claro que cuanto mayor absorción mayor peligro. Y en este caso no es diferente. “Ninguno de los tres que examiné absorbía más de 5 ml, menos que un tampón comercial regular” y acaba advirtiendo que es mejor prescindir de este tipo de tampones.

Dónde se compran los tampones de crochet

Como te habrás imaginado, son accesibles pero hasta cierto punto. Vamos, que en Internet es relativamente fácil encontrarlos, pero no los veremos expuestos en el supermercado (ni nosotros vamos a fomentar su consumo poniendo links). Hay vendedoras que los publican en sus perfiles de Etsy. Son creadoras que no dan puntada sin hilo y viendo que se han convertido en una demanda, se han lanzado a crear diseños variados. Es importante diferenciar entre las que los venden como producto de higiene menstrual y las que crean estos mismos diseños pero son objetos decorativos como reivindicación de la falta de educación menstrual. Para asegurarnos hay que leer bien la descripción del producto.

YouTube también se ha contagiado del boom y en la plataforma de vídeos han empezado a salir tutoriales sobre cómo coser tus propios tampones de tela y de crochet. Esta opción, dentro de lo que cabe, es la más acertada para las pro tampones de tela y ganchillo, porque ellas solo muestran el patrón. Transmiten el cómo hacerlo, no venden directamente el producto. Y es que al no contar con ningún certificado si lo hicieran estarían infringiendo una grave norma de seguridad para la salud de las consumidoras. Por ello, las más listas sólo promueven el cómo pero no el producto como tal. Ya tenemos otro artículo para el Do It Yourself y este va acompañado de y ya tú te haces cargo de tus y ya tú te haces cargo de tus posibles infecciones.

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