RELACIONES
¿La terapia de pareja puede salvar una relación?
La terapia de pareja suele utilizarse como último recurso para evitar la ruptura. Veamos en este artículo cuánto de eficaz puede ser la terapia de pareja.
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Para poder hablar de terapia de pareja, el profesional que la lleva a cabo debe de ser un psicólogo, es decir, una persona que ha estudiado la licencatira de Psicología y está habilitada para ejercer. Además, este profesional debe de estar especializado en pareja.
Qué es la terapia de pareja
La terapia de pareja es el tratamiento psicológico destinado a abordar los conflictos que parten de una relación de pareja. Teniendo en cuenta que cada pareja es diferente y tiene necesidades diferentes, son importantes varias sesiones para comprender las necesidades de cada uno y encontrar soluciones adaptadas al caso (igual que en cualquier tratamiento psicológico).
Con respecto al método utilizado en la terapia de pareja, depende del psicólogo y de su orientación terapéutica. Es importante estar informados desde el principio de cuál es esa orientación y cómo va a ser la planificación del tratamiento en base a esto.
¿Para qué sirve la terapia de pareja?
La terapia de pareja tiene un buen pronóstico, ya que entre el 70 y el 90% de las parejas que acuden resuelven su problema. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que el objetivo último de la terapia de pareja no tiene por qué ser evitar a toda costa la separación.
El objetivo es que ambas partes identifiquen lo que necesiten, se exploren soluciones y exista una implicación de ambos para esas soluciones. Muchas veces lo que se identifica al explorar las necesidades es que ya no existen ganas o razones para continuar con la relación por una de las partes, o por ambas, y en esos casos la terapia de pareja sirve para finalizar de una forma amistosa.
¿Cuáles son las causas más frecuentes para acudir a terapia de pareja?
Algunas de las causas más frecuentes son las siguientes:
- Desgaste emocional: cuando se lleva arrastrando un problema durante mucho tiempo, las personas nos sensibilizamos y no solo se enquista el problema, sino que afecta a todo lo demás, tanto en la relación como en la vida de la persona.
- Falta de confianza: la confianza forma parte de la base de una relación. Si no tenemos confianza, es imposible sentirnos seguros en esa relación. Muchas veces llegamos ya sintiéndonos desconfiados en la relación y otras veces esa confianza se pierde por alguna traición dentro de la relación.
- Discusiones frecuentes: ¿cuánto es el límite de discusiones al día en una relación sana? Pues depende. Lo que está claro es que la forma de discutir o más bien debatir temas es muy importante. Muchas parejas tienen la sensación de que ya a la mínima se gritan o hay problemas. Esta situación genera mucha distancia y desgaste.
- Mala comunicación: esta problemática es muy frecuente. Algunos ejemplos serían: no saber trasladar nuestras necesidades, no saber transmitir nuestras emociones, pretender que el otro conozca lo que queremos por telepatía o simplemente llegar al punto de evitar las conversaciones con la pareja.
- Problemas en las relaciones sexuales: este también es un tema muy frecuente en terapia de pareja. Muchas veces damos por hecho el área de las relaciones sexuales o le quitamos importancia, sin embargo, la pasión es una pata fundamental en la relación y que si no está bien gestionada puede ocasionar mucho daño y problemas de autoestima.
- No saber cuál es el problema: sentir que en nuestra relación nos falta algo, también es un problema. Incluso a veces, se trata de una sensación, pero no sabemos identificar qué es exactamente lo que ocurre.
- Pérdida de conexión: sentirnos lejos de nuestra pareja, que seguimos juntos por compromiso pero que hemos perdido intimidad también es una situación que genera mucho sufrimiento. ¿Puede recuperarse esa conexión? Habría que conocer el caso y trabajar en ello.
- Malos hábitos: este diría que es el top 1 de los motivos de consulta en terapia de pareja (o por lo menos en mi consulta). Muchas parejas empiezan a tener problemas cuando no saben organizarse de forma equitativa en las tareas domésticas o en la convivencia en las relaciones familiares o con la familia política.
Al principio podemos ceder en ciertas cosas sin pensar en el daño que nos puede hacer sostener una situación que nos genera malestar durante mucho tiempo, pero eso acaba explotando. Por ejemplo: decidir encargarnos del 80% de las tareas del hogar puede no ser un problema al principio, pero ¿qué pasará a la larga?, ¿qué pasará en épocas de estrés o cuando nazcan los hijos y esas tareas se multipliquen?
Terapia de pareja: Cómo hacer que funcione
Finalmente, los requisitos necesarios para que la terapia de pareja funcione son los siguientes:
- Que ambas partes remen hacia el mismo destino: que tengan el mismo objetivo y que además este objetivo sea realista. Por ejemplo: una meta no puede ser cambiar algo que la persona implicada no quiere cambiar.
- Compromiso ante las pautas y cambios: el psicólogo no va a realizar las pautas por sus pacientes, deben de ser ellos mismos quienes lo lleven a cabo. Es muy importante tomarse la terapia en serio: ser constante con las citas, aplicar los recursos aprendidos, etc.
- Implicación por parte de ambas partes: si una de las partes no se implica, ya es suficiente para que no funcione. Esto tiene mucho que ver con los dos puntos anteriores.
- Que el deterioro no sea extremo: que no lleguen demasiado tarde porque hay parejas que llegan después de numerosos años de malestar y ya no hay nada que rescatar.
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