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¿Tienes bicarbonato en casa? Descubre todos los usos de limpieza
Conocer los múltiples usos de limpieza que le puedes dar al bicarbonato puede sacarte de más de un apuro. Te explicamos algunos de ellos.
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El bicarbonato de sodio es un compuesto que, tradicionalmente, se ha utilizado para aliviar los síntomas de ardor de estómago, aligerar las digestiones y evitar los gases tras una comida copiosa. Sin embargo, su acción efervescente y su poder abrasivo y desengrasante lo convierte en un producto de limpieza multiusos.
No te pierdas los consejos que desde NovaMás te proporcionamos para que saques el máximo partido a este producto fácil de encontrar a un precio económico -en supermercados o farmacias- y de usar -existen diferentes dosificaciones: pues los hay en sobres o envases-.
Aplicaciones de limpieza del bicarbonato de sodio
Se puede utilizar de forma exclusiva o bien mezclándolo con otros productos como vinagre, zumo de limón o agua y jabón, para reforzar su acción limpiadora.
Limpieza de tejidos
Elimina el mal olor de la ropa que recoge humedad -por ejemplo los albornoces, los bañadores o los gorros de natación-. Solo se debe incorporar 50 ml de bicarbonato en el cajetín de la lavadora en el que se vierte el detergente habitual. Para obtener resultados excelentes, no utilizar suavizantes en estos lavados, si se quiere conseguir que los tejidos queden esponjosos, solo hace falta incorporar una cucharada de vinagre.
Uno de los usos más populares del bicarbonato es su poder para quitar las manchas amarillas de cuellos, puños y axilas de camisas de ropa blanca o colchones. Para conseguirlo en las prendas, lo más aconsejable es hacer una pasta de bicarbonato y vinagre e impregnar el tejido en la zona manchada. Dejar actuar durante unos 20 minutos y después lavar con normalidad -en la lavadora o a mano- con agua y jabón.
Para eliminar las manchas del colchón solo es necesario verter un poco de bicarbonato sobre la mancha, dejar reposar el producto, frotar enérgicamente con un cepillo de cerdas suaves para, posteriormente, aspirar los restos del producto.
Limpieza de superficies
Abrillantar azulejos del baño, vitrocerámica o suelo es relativamente sencillo con el bicarbonato y se obtienen resultados resplandecientes. El modo de conseguirlo es esparcir bicarbonato en toda la zona a limpiar con la ayuda de una esponja. Después retirarla con un paño húmedo y repetir la operación si se desea. Para un resultado óptimo se puede elaborar una pasta con agua, dejarla reposar y retirarla tras unos minutos con un paño húmedo.
Sirve para desinfectar el fregadero de todas las bacterias y microorganismos que se pueden acumular. Solo se tiene que verter 5 cucharadas de bicarbonato y un buen chorro de vinagre. Pasar una esponja por todo el fregadero y dejar actuar durante unos minutos. Después solo se tiene que abrir el grifo y dejar correr el agua.
El bicarbonato también elimina el moho de las juntas de la bañera, la mampara de la ducha e, incluso, de la ropa. La mejor manera de conseguirlo es hacer una mezcla de agua y media taza de bicarbonato e introducirla en un dosificador de espray. Una vez preparado, solo tienes que rociar la zona a limpiar, dejar actuar 10 minutos y frotar con una esponja o un cepillo. Después solo hay que aclarar con agua.
También es un producto apto para eliminar la cal del agua acumulada en grifería, mamparas y espejos. La manera de preparar el producto es mezclar tres tazas de vinagre, una de agua caliente, una cucharadita de zumo de limón y dos cucharadas de bicarbonato en un espray. Ppulveriza sobre la zona a limpiar y dejar actuar la mezcla unos 10 minutos. Posteriormente, solo debes aclarar con un paño húmedo que no deje restos.
Limpieza de electrodomésticos
Una de las propiedades más conocidas del bicarbonato es su poder desengrasante. Por ello es muy común utilizarlo para limpiar y desodorizar microondas y horno. Solo es necesario espolvorear el producto por la zona a limpiar y añadir un poco de vinagre.
Para conseguir resultados óptimos es recomendable que dejes reposar la mezcla durante toda la noche. Al día siguiente la comida incrustada desaparecerán fácilmente al pasar un paño húmedo para recoger la suciedad y los restos de producto.
Esta técnica también la puedes utilizar para limpiar los culos de las sartenes. Debes seguir el mismo procedimiento y una vez esparcida la pasta taparla con un papel de cocina. Al día siguiente solo tienes que frotar con el mismo papel y, si el resultado no es del todo satisfactorio, puedes acabar de frotar con un estropajo metálico. ¡Conseguirás que queden brillantes!
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