NO PERDERÁ SABOR
Trucos para que el pollo no te quede tan seco
El pollo es uno de los alimentos más consumidos en todos los hogares. Este tipo de carne tiene tendencia a quedarse seca y ser poco jugosa. En el vídeo te damos unos trucos para que la pechuga conserve su frescura.
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Son muchos los beneficios que engloba el consumo de pollo. Esta carne aporta proteínas, grasas y minerales saludables para el organismo. En ocasiones, puede que las propiedades nutricionales que tiene se pierdan por el estado de la pechuga. En el vídeo te explicamos algunos trucos para que la pechuga no se reseque.
Este tipo de ave de carne blanca es un alimento presente en el día a día de cualquier hogar. Su carne baja en grasa y calorías la convierten en una fuente de vitaminas y nutrientes. Entre los beneficios que aporta se encuentran el aumento de los niveles de serotonina en el cerebro, mejorando el estado físico y mental, y en la lucha contra la pérdida de peso.
La agudeza visual también se ve afectada positivamente por el consumo de este tipo de carne, ya que entre sus propiedades se incluyen el retinol y derivados de la vitamina A. El consumo de pollo en España, además de por su bajo coste y su fácil cocinado, es uno de los más altos de la Unión Europea. Aunque según el Instituto Nacional de Estadística en los últimos años, se ha producido un descenso de compra.
Puede contener bacterias como la salmonela
A la hora de consumir pollo es muy importante que esté perfectamente cocinado y tengamos especialmente cuidado al manipularlo. Si el consumo de este tipo de carne se hace poco cocido o contaminado, es posible que se corra el riesgo de padecer una enfermedad transmitida por los alimentos, como es el caso de la salmonelosis.
Esta enfermedad bacteriana afecta al aparato intestinal. En la mayoría de los casos es una patología leve que en pocos días desaparece, pero puede causar si no se trata con un especialista, una infección más severa a largo plazo.
Es importante para evitar este tipo de infecciones, así como cualquier intoxicación, seguir una serie de pautas a la hora de cocinar pollo. Antes y después de manipular la carne debemos lavarnos las manos una media de veinte segundos. Otra de las recomendaciones es no lavar el pollo crudo ni colocar verduras frescas encima. De esta manera evitaremos riesgos innecesarios y mantendremos el producto en buen estado.
No obstante, a la hora de refrigerar o congelar la pechuga es posible que se reseque y pierda sabor en su cocinado. En el vídeo te dejamos unos consejos de cómo manipular este alimento para que no pierda su frescura.
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