AVERÍGUALO
El truco casero para comprobar si una pieza es de oro
Con este método casero es muy fácil averiguar si esos elementos que se componen de oro están verdaderamente formados en su totalidad por el metal precioso.
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En alguna ocasión hemos podido escuchar a alguien decir que le han dicho que su joya no era de oro, ya sea por medio de algún experto o en un establecimiento destinado a ello. Este metal precioso ha sido el favorito de muchos, tanto para lucir, como para regalar en ocasiones y a personas especiales.
Todos tenemos entre nuestros bienes alguna pieza que, sea por herencia, como un autoregalo o como obsequio de alguien y que desconocemos si está compuesto en su totalidad por oro. En la actualidad existen numerosas técnicas que hacen que las joyas tengan una apariencia concreta, con los baños de oro, plata o simplemente por las formas de coloración y acabado que hacen difícil saber a simple vista si nos encontramos ante una joya o si se trata de bisutería.
Para averiguar si estamos en lo cierto, o si en realidad el valor de la pieza es menor al que pensamos, podemos hacer un truco casero que revele el materialde fabricación del anillo o el elemento que queramos comprobar y así salir de dudas rápidamente.
Es muy sencillo, para realizarlo solo necesitamos unos ingredientes que pueden estar presentes en nuestras cocinas o que se pueden adquirir en numerosas tiendas.
Bicarbonato
Lo primero que tenemos que tener es un poco de bicarbonato. Este producto es conocido por ser el mejor aliado de la plata, ya que su uso hace que esta vuelva a su estado brillante, acabando con el color negruzco que aparece con el paso del tiempo.
Limón
El segundo ingrediente es el limón, sus propiedades y contenidos en vitaminas y ácidos hacen que esta fruta sea un bien preciado que sirve para numerosas cosas más allá de su función como un comestible.
Paño o pañuelo
Lo tercero que nos hace falta es un paño de tela o un pañuelo de papel blanco que permita ver fácilmente si el oro es auténtico.
Los pasos que debemos seguir son los siguientes. En primer lugar hay que mezclar una cucharadita de bicarbonato con unas gotas de limón. A continuación, removemos bien consiguiendo una mezcla homogénea e introducimos en ella la pieza que queremos comprobar.
Una vez cubierta y empapada completamente en la solución, cogemos con cuidado la pieza y la limpiamos y secamos con el paño. Será en ese momento cuando con la fricción descubramos si se trata de oro o no.
Si vemos que el trapo o papel que estamos usando se tiñe de un tono oscuro significa que la joya no es de oro puro. En cambio, si este permanece blanco querrá decir que efectivamente estamos ante una pieza de oro. Un truco rápido, fácil y casero que ayuda a conocer la composición del artículo.
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