Cómo cerrar una bolsa de patatas fritas evitando que se reblandezcan

A todos nos ha podido pasar alguna vez el hecho de abrir una bolsa de patatas fritas y no llegar a acabarla. Normalmente, solemos guardarla cerrándola con una pinza, para evitar que el contenido se eche a perder. En este vídeo te enseñamos cómo hacerlo si no tenemos ningún objeto para ayudarnos a cerrarla a mano.

Es habitual que las patatas, o cualquier otro ‘snack’ que hayamos abierto, se queden rancias y blandas al no cerrar la bolsa correctamente. Aunque todos los productos tienen una vida útil, en el caso de estos tentempiés, su vida es relativamente corta.

El por qué nuestra comida se queda rancia es debido a la oxidación, un fenómeno por el cual los aceites y las grasas de los alimentos se deterioran. Esto da lugar a la aparición de sabores y olores indeseables. Además, este proceso se acelera debido a tres factores: el oxígeno, el calor y la luz.

Los alimentos interactúan con la atmósfera que les rodea, y se produce una transferencia de humedad a la parte más seca. Es decir, unas patatas fritas han de estar expuestas a poca humedad, ya que, de lo contrario, irán absorbiéndola y se volverán blandas. También es de especial importancia evitar la luz directa del sol y otras fuentes de calor, ya que así vamos a prevenir la oxidación.

A pesar de todo, es posible alargar esta vida útil y mantener nuestros alimentos frescos. Por tanto, es indispensable que intentemos cerrar las bolsas abiertas de la forma más hermética posible. Lo habitual es intentar doblar la parte vacía para dejar el contenido compacto en el fondo, e intentar cerrarla con una pinza u otros objetos.

Sin embargo, habrá ocasiones en las que no encontremos nada por casa que nos ayude a mantener la bolsa cerrada. En este vídeo te enseñamos cómo hacerlo de forma fácil y sin ayuda de pinzas.

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