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El truco con la puerta de la lavadora que muchos ignoran y podría ahorrarte cientos de euros
Sigue este sencillo truco para evitar que tu lavadora se rompa antes de tiempo y ahorrarte reparaciones costosas, además evitarás los malos olores en la ropa y te asegurarás de que salga siempre impecable.
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Hay un gesto muy simple que puedes hacer con tu lavadora para evitar reparaciones muy costosas y además alargar la vida de este electrodoméstico. Dejar la puerta de la lavadora entreabierta después de cada lavado puede marcar una gran diferencia.
Cerrar la puerta de la lavadora inmediatamente después del lavado es un grave error. Esto se debe a que la humedad acumulada en el tambor favorece la proliferación de moho y bacterias. Esto puede generar esos desagradables malos olores y además dañar los componentes internos del electrodoméstico.
Este problema además de ser molesto, puede derivar en reparaciones con precios muy elevados y en algunos casos incluso a la necesidad de reemplazar el electrodoméstico antes de que sea realmente necesario.
El truco para evitar estos problemas es muy sencillo: al terminar el ciclo de lavado deja la puerta ligeramente abierta para permitir la ventilación. Esto ayuda a que de tiempo al interior de la lavadora a secarse por completo, reduciendo la humedad y previniendo la acumulación de residuos como pelusas en el tambor y las juntas de goma.
También es recomendable limpiar el cajetín del detergente periódicamente para evitar obstrucciones. Con este sencillo truco marcarás la diferencia, no solo ahorrarás dinero en reparaciones, sino que te asegurarás de que tu ropa salga siempre impecable y sin olores indeseados.
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