SEGÚN ALGUNOS ESTUDIOS
¿Es verdad que las personas delgadas tienen más frío?
Diferentes estudios han encontrado evidencias al respecto. La circulación sanguínea o un IMC más o menos elevado pueden ser determinantes a la hora de constatar que las personas delgadas son propensas a sentir más el frío. Te explicamos por qué razones podría avalarse la teoría.
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Cuando llega el frío, ir vestida con mil capas se convierte -para algunas- en el método más factible para intentar sobrevivir a las bajas temperaturas. Especialmente si eres una persona de complexión delgada, pues tienes más números de padecerlo. Pero, ¿hasta qué punto es esto verdad? Esta frase tan repetida podría dejar de ser un mito.
A pesar de que no existe una teoría que avale al cien por cien este asunto, son múltiples los estudios que han encontrado alguna que otra evidencia al respecto, razones que, si se unen, podrían dar forma a una respuesta bastante sólida.
En concreto, podemos destacar hasta cuatro motivos que explicarían por qué tener un cuerpo fino puede ser sinónimo de sentir más frío. No son evidencias absolutas, cada persona es un mundo y no debe cumplirse necesariamente con lo pautado. Otros factores como la temperatura ambiente o la ropa que usamos también pueden ser determinantes.
Por qué las personas delgadas tienden a tener más frío
Menor aislamiento térmico
Según un estudio publicado en 2002 en la revista International Journal of Biometeorology, tener mayor o menor aislamiento térmico corporal puede determinar el hecho de sentir más el frío.
En la investigación, se determinó que nuestra grasa corporal proporciona un aislamiento térmico relevante, algo que nos ayuda a mantener caliente el cuerpo, especialmente en aquellas situaciones en las que la temperatura es fría. Por ende, constató que las personas con menor grasa corporal pueden ser más propensas a padecer frío.
Menos masa muscular
Las personas con menos masa muscular también pueden padecer más frío. Un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolismestableció en 2003 que carecer de masa muscular puede provocar que nuestra capacidad de generar calor sea menor y, por ello, tengamos más frío. Los músculos del cuerpo humano generan calor cuando se contraen, pero si la masa muscular es reducida, no podemos generar tanto calor y el frío es mucho más evidente.
Además, el estudió también constató que la situación puede tener solución, por ejemplo, ganando masa muscular con ejercicios de resistencia. Con más músculo, el cuerpo sería más efectivo a la hora de generar calor.
Metabolismo más rápido
Fue la revista Journal of Applied Physiology en 2006 la responsable de determinar que aquellas personas con un metabolismo rápido pueden sentir más el frío. Tener un metabolismo rápido significa que nuestro cuerpo quema calorías y produce calor a una mayor velocidad.
El estudio constató que esta condición es más frecuente en las personas delgadas, las que tienen un menor índice de masa corporal (IMC) y, por lo tanto, demostrando que pueden ser más propensas al frío que las que tienen un IMC superior.
Circulación sanguínea menos eficiente
Relacionado con esta última razón, en la revistaClinical Hemorheology and Microcirculation en 2008 se determinó que tener un cuerpo de complexión delgada también puede tener implicaciones sobre la circulación sanguínea. En concreto, demostró que puede ser menos eficiente que la de aquellas personas con un IMC más alto.
Esto se traduce en que a las personas delgadas les costaría más bombear la sangre hacia las extremidades, motivo por el cual suelen sentir las manos y los pies fríos. De todas formas, tener un IMC alto tampoco es sinónimo de salud plena, pues el mismo estudio determinó que la obesidad puede afectar a la circulación sanguínea, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
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