NO AL DESPERDICIO
Ni verduras, ni fruta, ni pan: cómo dejar de desperdiciar comida
Hay que poner todo lo que esté en nuestras manos para evitar que millones de kilos de comida terminen en la basura cada año.
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El Consejo de Ministros ha aprobado un proyecto de ley para parar el desperdicio alimentario, un asunto preocupante en nuestro país. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, más de 1.367 millones de kilos de comida acabaron en la basura en 2020.
Para evitar que esta cifra siga aumentando, el Gobierno propone reducir el desperdicio alimentario en toda la cadena de producción. Por ejemplo, obligará a los bares y restaurantes a ofrecer envases reutilizables para que los clientes se puedan llevar la comida a casa y fomentará que las tiendas vendan productos 'feos' o que caduquen pronto.
Por eso, te animamos a que compres estos artículos que están igual de buenos y que, además, puedes darles una segunda oportunidad para hacer nuevas recetas. En este artículo te sugerimos algunas.
¿Qué hacer con la fruta que se va a pochar?
La primera idea que se nos viene a la cabeza es hacer mermelada. Una receta fácil y buenísima.
Otra opción son los helados, ideales para la época de verano. Solo tienes que aprovechar la fruta o frutas que más te gusten. Una que admite varias combinaciones es la fresa. Por ejemplo, con plátano.
Coge unas diez fresas y un plátano de esos que tienes en casa desde hace días y que ya empieza a estar bastante maduro. Corta las frutas y ponlas en la batidora o machácalas tu misma en un bol. Cuando estén bien mezcladas, ponle un yogur griego para darle más cremosidad y continua removiendo hasta que quede una masa uniforme.
Si te apetece, puedes incorporar el zumo de una naranja antes de poner el yogur.
Prueba cómo ha quedado la mezcla y si es necesario echarle un poco de azúcar o edulcorante. Eso a tu gusto.
A continuación, coge un recipiente -rectangular, si lo tienes-, pon la masa y al congelador.
Una segunda opción que combina muy bien con la fresa son diferentes frutos rojos como arándanos, moras o grosellas. El proceso de elaboración es el mismo que hemos contado.
¿Cómo aprovechar la verdura que se ha quedado fea?
Si ves que no vas a utilizar la verdura los próximos días, lo primero que puedes hacer es cortarla (a dados, en rodajas, bastones…) y meterla en el congelador para poder usarla más adelante.
También hay la posibilidad de convertirlas en un riquísimo caldo. Puedes usar cebolla, puerro, apio, tomate,zanahoria y ajos. Para prepararlo, corta las verduras y, en una olla, pon primero un poco de aceite de oliva. Cuando esté caliente, échale los ajos y el puerro hasta que se doren. A continuación, incorpora el resto de verduras y agua y espera hasta que hierva. Deja pasar unos 20-30 minutos y ya estará listo para colar. Como consejo, haz una buena cantidad y congélalo, así tendrás para unos cuantos días.
¿Qué puedo hacer con el pan duro?
Si abres el cajón del pan y ves que hay algunos trozos que se han quedado duros, no los tires, los puedes aprovechar.
Puedes hacer picatostes, ideales para añadir a un gazpacho o a una ensalada. Hacerlos es muy sencillo. Corta el pan en dados y ponlos a freír en una sartén con aceite de oliva y tírale una pizca de sal. Ve removiendo de vez en cuando para que se tuesten igual por todos los lados.
Otra opción todavía más sencilla es rallar el pan para rebozados: pollo, lomo, croquetas…
Y, por último, una receta un poco más elaborada: la sopa de pan. Estos son los ingredientes: pan, caldo de pollo o de verduras, salsa de tomate, dos dientes de ajo, un pimiento verde y dos cebollas.
Pica la cebolla y los pimientos verdes muy finos. En una sartén con aceite de oliva caliente, pon primero la cebolla y cuando esté dorada, el pimiento. Al cabo de un rato, añade dos cucharadas de salsa de tomate y mézclalo bien. Lo siguiente es poner el pan y el caldo (puede ser de pollo o de verduras). Finalmente, te recomendamos que lo pases todo por la batidora.
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