NO SOLO ESTÁ EN LA ZANAHORIA
Vitamina A, todo lo que tienes que saber… y olvidar
En Egipto, hacia el año 1500 a.c, se describió por primera vez el tratamiento de la ceguera nocturna. Ellos no sabían por qué, pero recomendaba el consumo de hígado. Muchos años después descubrieron que estaba asociado con un déficit de Vitamina A.
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A veces no somos conscientes de lo afortunados que somos en el primer mundo. Aún hay muchísimos problemas de ceguera en niños por culpa de los déficits de vitamina A. Por suerte, la biotecnología ha venido a solucionarlo, se ha creado un arroz transgénico que se llama arroz dorado, diseñado para tener más cantidad de betacarotenos, los precursores de la Vit A. Así, en países donde su dieta está basada en arroz, pueden cultivar este alimento con suplemento de betacarotenos. En Filipinas hace muy poco que lo han aprobado. Salvará miles de vidas y evitará millones de cegueras.
¿Tan importante es la Vitamina A?
A lo largo de toda nuestra vida necesitaremos solo 85 gramos de vitamina A. Sorprende que algo en tan pequeña cantidad, sea tan vital para nosotros.
Un poco de historia de las vitaminas
Todas fueron descubiertas entre 1900 y 1950. Antes de llamarse vitaminas, se llamaban 'factor -y la letra que tocara por orden de descubrimiento' en ese caso Factor A, por ser la primera.
El término “vitamina” proviene de un bioquímico, Casimir Funk, que en 1912 que trabajó con el arroz y la enfermedad del beri-beri, llevando al descubrimiento de otra vitamina. Les puso ese nombre por la parte de vita (de vital) y amina, por ese grupo químico que parecía común en ellas, aunque luego se supo que no todas lo tienen. De hecho, las vitaminas no se parecen entre ellas, ni tienen las mismas funciones, comparten que debemos ingerirlas en la dieta y que se fueron descubriendo en relación con las enfermedades que causan su carencia.
Se descubrieron 13 vitaminas en menos de 50 años. En general, se hacían ensayos en ratas con diferentes tipos de dietas y comprobaban qué alimentos suponían una diferenciación evidente en su crecimiento. Posteriormente aislaban el factor determinante. De ahí lo de llamarlo “factor”.
¿Y con la vitamina A?
En el caso concreto de la vitamina A, los investigadores vieron que las ratas dejaban de crecer si solo se les suministraba manteca de cerdo como forma de grasa en la dieta. En cambio, los que tomaban mantequilla (en otras investigaciones era leche), sí crecían. Empezaron a buscar qué diferenciaba una grasa de la otra y encontraron que otros alimentos como el huevo o el aceite de hígado de bacalao contenía ese mismo factor alimenticio vital. Era soluble en grasa, insoluble en agua y estaba en productos animales.
Lo que habían encontrado era el retinol, que es la forma principal de vitamina A. Tanto en la leche como en la mantequilla está presente en la grasa. Si quitamos la grasa (como en la leche desnatada) podemos perder un poco de esta vitamina, sin dramas, porque la adquirimos en otros alimentos, no hay mayor problema, pero por eso podéis ver que en ocasiones la leche desnatada viene fortificada con vitaminas A y D.
Precursores de vitamina A
“Pero, ¿no estaba en la zanahoria?”, os preguntaréis. Claro que sí, en los vegetales están los carotenos que son los precursores de vitamina A. Así que con la vitamina A no hay ningún problema si no consumes carne en tu dieta habitual. El cuerpo utiliza los betacarotenos, la provitamina A y los transforma según lo necesita. Si no se utilizan, se acumulan en el tejido y las grasas hasta que se eliminan. Pero no está únicamente en las hortalizas naranjas, algunos betacarotenos se enmascaran con pigmentos verdes de clorofila como ocurre con los grelos.
¿Tomando más vitamina A vemos mejor?
Dejemos una cosa clara, que falta de vitamina A traiga problemas visuales, no implica que tomando un exceso veamos mejor. Además, la vitamina A influye, además de en la visión donde su déficit provoca xeroftalmia (no vemos con poca luz), interviene en la función inmunológica, en la piel, en los dientes, en el desarrollo embrionario y la reproducción, en los hueso y más.
Se nos ha quedado en la mente lo de “toma zanahorias para ver mejor” cuando fue una estratagema de los británicos en la II Guerra Mundial para no confesar que tenían un nuevo radar de intercepción y contaron a los periódicos que el motivo era porque los pilotos comían zanahorias y así veían mejor por la noche. Con las vitaminas va así: si no las tomas, algo irá mal. Si las tomas bien, todo funcionará bien. Si las tomas de más, no funcionará mejor.
¿Y si nos pasamos de Vitamina A?
Las necesidades de vitamina A varían a lo largo de la vida, pero no es necesario suplementar, con la alimentación es suficiente. De hecho, cuidado con pasarse. Hay medicamentos como los destinados a la psoriasis o algunos adelgazantes que influyen directamente ya sea por acumulación o malabsorción de esta vitamina. Si hay exceso podemos sufrir mareos, náuseas, dolores de cabeza. Salvo en enfermedades concretas, no hay problemas en España con déficit de vitamina A en la población general
Ahora ya tienes la información, en tu mano está la decisión.
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