¿POR QUÉ SE LO CAMBIARON?

Emma Penella, Terele Pávez y Elisa Montés: tres hermanas que rompieron con su pasado familiar ligado a la muerte de Lorca

A veces, los apellidos no solo cargan con la historia familiar, sino también con el peso de la memoria. Emma Penella, Terele Pávez y Elisa Montés tomaron caminos diferentes, pero compartieron un mismo anhelo: liberarse de las sombras de su pasado y redefinir quiénes eran.

Emma Penella, Terele Pávez y Elisa Montés

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Elisa Montés, la icónica actriz española, ha fallecido a sus 89 años. Este triste acontecimiento ha sido el detonante para que muchas personas se sorprendieran al descubrir que la actriz era hermana de dos grandes figuras del cine español: Emma Penella y Terele Pávez. A pesar de su destacado legado en el mundo artístico, las tres actrices decidieron adoptar apellidos diferentes, un hecho que ha despertado curiosidad sobre los motivos detrás de esta decisión.

La elección de un apellido artístico no fue una simple estrategia profesional, sino un gesto cargado de significado, profundamente vinculado a su historia familiar y a su relación con la controvertida figura de su padre, Ramón Ruiz Alonso.

Ruiz Alonso fue un político falangista que, durante la Guerra Civil Española, jugó un papel clave en la detención de Federico García Lorca, hecho que lo vinculó para siempre con uno de los episodios más oscuros de la represión franquista. Este vínculo con el asesinato del poeta llevó a sus hijas a rechazar su apellido y adoptar nuevas identidades artísticas, buscando distanciarse de ese legado.

Emma Penella, nacida como Manuela Ruiz Penella, tomó el apellido de su madre, Magdalena Penella Silva, vinculada a una familia artística de gran renombre. A lo largo de su carrera, Emma es recordada por su papel como Concha en la icónica Aquí no hay quien viva. Además la actriz destacó en películas emblemáticas como El verdugo, dirigida por Luis García Berlanga, una obra maestra del cine español en la que interpretó a Carmen, la hija del verdugo, en una historia que satirizaba el sistema judicial de la dictadura.

Emma Penella, Mariví Bilbao y Gemma Cuervo en Aquí no hay quien viva
Emma Penella, Mariví Bilbao y Gemma Cuervo en Aquí no hay quien viva | Antena 3

Terele Pávez, cuyo nombre real era Teresa Marta Ruiz Penella, también abandonó el apellido de su padre, optando por el apellido de su abuela materna, Pávez. Conocida por su capacidad para interpretar papeles intensos y dramáticos, Terele se convirtió en una de las grandes actrices del cine español, trabajando en películas tan icónicas como Los santos inocentes, y siendo una de las musas del director Álex de la Iglesia, con quien colaboró en cintas como El día de la bestia y Las brujas de Zugarramurdi. En entrevistas pasadas, Terele explicó que tomó la decisión de su nombre por vergüenza, ya que el peso de ser hija del hombre que participó en la captura de Lorca fue un dolor que arrastró durante décadas​.

Terele Pávez en Las brujas de Zugarramurdi
Terele Pávez en Las brujas de Zugarramurdi | Universal Pictures

Por su parte, Elisa Montés, nacida como Elisa Ruiz Penella, eligió como apellido artístico "Montés", inspirado en la famosa zarzuela El Gato Montés compuesta por su abuelo, Manuel Penella. Aunque su carrera no fue tan extensa como la de sus hermanas, dejó una marca en el cine, participando en películas como El regreso de los siete magníficos y otras cintas del cine español y de western. Montés se retiró del mundo de la interpretación relativamente pronto, se casó con Antonio Ozores y fue madre de la también actriz Emma Ozores.

Elisa Montés en Erik, el vikingo
Elisa Montés en Erik, el vikingo | Cordon Press

A pesar de sus diferencias profesionales, las tres hermanas siempre mantuvieron una relación cercana y afectuosa. Su decisión de cambiar de apellido no fue un acto de distanciamiento entre ellas, sino una forma de rechazar el pasado político de su familia y forjar su propio legado en el mundo del arte. Ramón Ruiz Alonso, su padre, pasó sus últimos años en el exilio en Estados Unidos, donde falleció en 1978, sin haber logrado reconciliarse completamente con su pasado ni con la historia. El nombre de sus hijas, al igual que su apellido artístico, nunca apareció en su lápida, un símbolo del rechazo hacia su figura.

La historia de Emma Penella, Terele Pávez y Elisa Montés no es solo la de tres grandes actrices que marcaron el cine español, sino también la de una familia que, a través del arte, buscó liberarse de las sombras del pasado y reivindicar su identidad en un contexto profundamente complejo.

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