POLIFACÉTICOS
Mario Casas, Daniel Guzmán o Paz Vega: Actores españoles que se han pasado a la dirección
Hoy recordamos cómo muchos actores, en algún punto de sus carreras, deciden pasar de un lado al otro de la cámara. Y no solo en EEUU, aquí lo han hecho gente tan variada como Mario Casas, Ana Belén o Daniel Guzmán.
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Aunque no lo parezca, la pared invisible que separa a los actores de los directores, se derriba de forma más habitual de lo que parece. Al otro lado del charco, por ejemplo, Greta Gerwig comenzó como intérprete antes de ponerse detrás de la cámara en películas como Mujercitas o Barbie, tenemos casos de quienes se mantienen a ambos lados, como Clint Eastwood y su dilatada carrera en ambas profesiones (a veces, incluso dirigiéndose a sí mismo), y si queremos citar un debut reciente está el de Anna Kendrick con El asesino del juego de citas.
En España también va siendo cada vez más común que conocidos actores se atrevan a cambiar de posición en el rodaje y a ser ellos quienes dirijan sus propias historias. El ejemplo más paradigmático quizás sería el de los Javis: antes de hacer películas y series como La llamada, Paquita Salas o Veneno, Javier Calvo se hizo popular encarnando a Fer en Física o Química y Javier Ambrossi tuvo papeles menores en series como Amar es para siempre o Ciega a citas. Pero hay muchos más ejemplos.
Paz Vega
Tras despuntar en España con la serie 7 vidas y películas como Lucía y el sexo o El otro lado de la cama, Paz Vega se lanzó a por el sueño americano y participó en EEUU cintas como Spanglish o Spirit. Pero ya de vuelta aquí ha debutado este mismo año como directora con Rita, una historia de violencia de género contada a través de los ojos de una niña.
Verónica Echegui
Otra actriz que ha trabajado entre Hollywood y España es Verónica Echegui, con trabajos destacados como Yo soy la Juani, Réquiem por un asesino o la serie Trust. En 2020 dirigió el cortometraje Tótem loba, una obra con perspectiva feminista por la que ganó el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción al año siguiente, marcando un prometedor inicio para su carrera detrás de la cámara.
Raúl Arévalo
También muy prometedor fue el debut en largometraje de Raúl Arévalo, quien venía de triunfar como actor en La isla mínima dos años antes de dirigir, en 2016, Tarde para la ira. Y, como Echegui, también ganó el premio Goya, en su caso nada menos que el de Mejor Película por este intenso y visceral thriller. Desde entonces, todavía se hace esperar su segundo film, aunque dirigió un episodio de la serie Apagón.
Daniel Guzmán
Comenzó su carrera televisiva en Hermanos de leche, pasó por Colegio Mayor y fue hijo del Fary en Menudo es mi padre, aunque el papel por el que todo el mundo recordará a Daniel Guzmán es el de Roberto de Aquí no hay quien viva, que interpretó durante 76 episodios. En 2003, justo el año de estreno de la mítica comedia de Desengaño 21, realizó un cortometraje llamado Sueños por el que ganó el Goya a Mejor Cortometraje de Ficción y más de una década después, en 2015, ganó el Goya a Mejor Director Novel por A cambio de nada, cinta por la que también recibió premio Miguel Herrán y dio uno de los discursos más emotivos de la historia de estos galardones.
Icíar Bollaín
En el caso de Icíar Bollaín, al llevar ya una carrera tan dilatada como realizadora, casi nos olvidamos que sus comienzos fueron delante de la cámara como actriz, por ejemplo, en El sur a las órdenes de Víctor Erice. Debutó como directora en 1995 con Hola, ¿estás sola?, una comedia dramática sobre dos jóvenes en busca de libertad, y desde entonces ha dirigido películas como Te doy mis ojos, También la lluvia o Maixabel, consolidándose como una de las directoras más influyentes de España.
Mario Casas
Por su parte, la carrera de Mario Casas comenzó en series juveniles como SMS, Sin miedo a soñar o El Barco, donde se explotaba su sex appeal, así como en películas como Fuga de cerebros o Tres metros sobre el cielo. Con los años, ha ido cambiando de registro constantemente (sus colaboraciones con Álex de la Iglesia, por ejemplo, son muy celebradas o la cinta El fotógrafo de Mauthausen), y el año pasado debutó como director con Mi soledad tiene alas donde uno de los intérpretes era su hermano, Óscar Casas.
Juan Diego Botto
Juan Diego Botto, conocido como actor por su trabajo en Martín (Hache) o La celestina, y quien también ha trabajado en Hollywood por ejemplo en El escuadrón suicida, debutó como director en 2022 con En los márgenes, un drama que aborda la crisis de los desahucios en España, y que recibió elogios por su sensibilidad. Tuvo la suerte de contar con su compañera y amiga Penélope Cruz como protagonista.
Ana Belén
Y cerramos con el caso de Ana Belén, cuya faceta más conocida es la de cantante, aunque también es un rostro destacado de la industria audiovisual (no en vano tiene un Goya Honorífico), pero más como actriz con papeles tan recordados como los de las películas La pasión turca, Demonios en el jardín o la versión de La casa de Bernarda Alba de Mario Camus, así como series como Fortunata y Jacinta o obras teatrales como Medea. Sin embargo, no es tan recordado que Ana Belén hizo una única película como directora con Cómo ser mujer y no morir en el intento en 1991, una comedia basada en el libro de Carmen Rico-Godoy. A pesar de que la película recibió buenas críticas por su ingenio y crítica social, no siguió desarrollando esta faceta.
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