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10 motivos por los que sucumbir de nuevo a 'Pasión de Gavilanes'
Vuelve 'Pasión de Gavilanes' a Nova. Vuelve la telenovela que marcó, sigue marcando y, sin duda, marcará a varias generaciones. Por ello os contamos los 10 motivos por los que volverás a sucumbir a su inolvidable historia.
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Si buscamos en el diccionario la palabra 'fenómeno', comprobamos que significa "cosa extraordinaria y sobresaliente". Justo la mejor definición para 'Pasión de Gavilanes' que fue extraordinaria y sobresaliente hace casi 20 años y lo sigue siendo cada vez que nos animamos a revivirla. Y este verano Nova vuelve a invitarnos a sucumbir de nuevo a esta 'Pasión de Gavilanes'.
La ternura de Juan y Norma
Las relaciones entre los Reyes y las Elizondo eran impensables en un principio dadas las circunstancias en las que se produce su encuentro. Ellos estaban cegados por el dolor, el odio, el rencor y la sed de venganza. Ellas no estaban para fijarse en unos mugrosos obreros.
Sin embargo, en las emociones y los sentimientos todo es posible. Y eso es lo que sucede entre Juan (Mario Cimarro) y Norma (Danna García). Por mucho que el mayor de los Reyes quiera odiar a las hijas del hombre que provocó la muerte de su hermana, no tiene corazón para ver sufrir a una mujer y permanecer impasible. Pronto es consciente de que Norma es profundamente infeliz al lado del infeliz de su marido.
Precisamente es Norma quien nos permite descubrir que detrás del rudo, tosco y terco Juan hay un hombre tierno, cariñoso y apasionado. Justo lo que necesitaba Norma para reconciliarse con el amor y darse una nueva oportunidad para ser feliz.
Todos sabemos que esta relación no va a ser fácil. Todos sabemos que vamos a ser testigos de momentos de gran pasión, pero también de gran tensión.
El odio/amor de Franco y Sarita
Si el primer encuentro de Juan y Norma ya nos da pistas de lo que está por venir, en el caso de Franco y Sara nos van a poner las cosas bastante más difíciles.
Digamos que cuando Franco (Michel Brown) ve a Sarita (Nataha Klauss) tiene sus ojos puestos en otra dirección. Digamos que cuando Sarita ve a Franco no baja la mirada para ver a uno de sus empleados.
Así que si Juan y Norma van a recorrer un largo camino juntos y separados, Franco y Sarita nos van a hacer esperar un largo tiempo para que vuelvan a mirarse y esta vez sí se vean mutuamente. Franco va a descubrir que Sarita no huele a caballo y Sarita va a descubrir que Franco no es el arribista que ella pensaba.
La intensidad de Óscar y Jimena
Pero si hay una pareja que vive intensa y apasionadamente su relación es la de Óscar (Juan Alfonso Baptista) y Jimena (Paola Rey). Son los primeros que se ponen el mundo por montera y dan el triple salto mortal al matrimonio con el consiguiente terremoto emocional para todos cuantos los rodean.
Para unos es una traición al recuerdo de Libia. Para otros es un capricho de niña rica de Jimena. Y también puede haber algunos que duden de si Óscar se enamora de Jimena o de la cuenta corriente de Jimena. El tiempo ya se encargará de aclarar todas las dudas.
La intransigencia de doña Gabriela
Y mientras las tres parejas protagonistas intentan seguir adelante con sus respectivas relaciones con mayor o menor fortuna, sobre ellos se cierne la sombra todopoderosa y omnisciente de doña Gabriela (Kristina Lilley), la gran matriarca, la gran señora, la respetable viuda, que no puede ni pensar en la posibilidad de que sus hijas se "enreden" con esos pobres (en el sentido de "humilde, de poco valor") que han osado atravesar sus dominios.
Pero la miopía de Gabriela no solo afecta a los Reyes. También es completamente miope en lo que se refiere a su yerno favorito, por quien será capaz de hacer lo que ni siquiera se plantea por sus hijas: ignorar el qué dirán pasando de ser la viuda Elizondo a ser la señora Escandón.
El problema está en que esa decisión va a provocarle un dolor de cabeza mayor que el escándalo social. Gabriela no quiere a los Reyes en su casa. En una casa en la que ella misma acabará siendo una prisionera e, ironías del destino, su liberación va a estar en manos de esos enemigos a los que tanto ha defenestrado.
La inteligencia emocional de don Martín
Si Gabriela tarda mucho en ponerse las gafas (o las lentillas) para ver la realidad tal cual es, su padre, don Martín (Jorge Vao), comprende a la perfección todas las situaciones con o sin sus gafas perfectamente graduadas.
Don Martín ve desde el principio la calaña de Fernando (Fer-nan-di-to para él). Don Martín ve desde el principio el buen fondo de los hermanos Reyes (sus muchachos para él). Don Martín ve desde el principio que el bar Alcalá no es un antro de pecado sino un espacio donde divertirse sin hacer daño a nadie.
Aunque era el mayor de la familia y todos se desviven por cuidarlo y atenderlo, al final es don Martín (y "las pelotas del marrano") quien cuida y atiende a las mujeres de su familia. No solo es cómplice de sus nietas en sus relaciones con los Reyes, sino que se niega casi hasta el final a dejar sola a su hija a merced de las alimañas que Gabriela considera amistades.
La sensualidad de Rosario
Los Reyes no solo tienen abierto el frente Elizondo. Otra de sus preocupaciones también tiene nombre de mujer: Rosario Montes (Zharick León), el gran amor de Franco. Aunque, tal vez, habría que hablar de su obsesión juvenil porque cuando conocemos a Franco él está completa y absolutamente obnubilado por la cantante. Y justo es reconocer que es comprensible. Rosario no sólo entretiene a los clientes del bar Alcalá con cada mirada o cada movimiento de melena o de cadera, también seduce a la cámara en cada secuencia.
Pero Rosario no solo es el primer amor de Franco. Rosario Montes tiene entidad propia como personaje. No solo por ser el rostro al que siempre asociaremos a ese himno que dice "¿quién es ese hombre?", sino también porque cuenta con una historia intensa y apasionante. La ambición le llevó a rechazar a Franco y, cuando quiso rectificar, nunca terminamos de tener claro si fue por amor o por ver su orgullo herido al ser sustituida por otra mujer.
La ambición de Fernando Escandón
En una hipotética enciclopedia telenovelera, la definición de villano debería ir acompañada indiscutiblemente por una fotografía de Juan Pablo Shuk caracterizado como Fernando Escandón. Reúne absolutamente todas las cualidades del mejor de los villanos: mentiroso, ambicioso, ruin, miserable, rencoroso, egoísta y todos los adjetivos calificativos negativos que puedan ocurrírsenos.
Cuando crees que Fernando ya ha llegado a su tope de maldad, cuando crees que no es capaz de ingeniar un plan peor que el anterior, cuando crees que ya ha sido derrotado, Fernando se saca un nuevo as de la manga, idea una nueva artimaña y pone de nuevo patas arriba el mundo de los Reyes y las Elizondo.
Si ‘Fiera inquieta’ es la banda sonora indiscutible de esta telenovela, tal vez habría que plantearse que 'Rata de dos patas' de Paquita la del Barrio sea la canción que acompañe lo pasos de Fernando Escandón porque es una de las mejores definiciones de lo que representa este personaje.
Eso sí, Fernando Escandón y toda su maldad es una pieza imprescindible e insustituible de esta historia.
El veneno de Dínora
Una de las grandes habilidades de Fernando ha sido saber asociarse con las personas adecuadas en el momento oportuno. Supo ganarse la confianza de Gabriela hasta el punto de priorizar a su yerno por encima de sus hijas. Vio la oportunidad que suponía aliarse con Armando. Y, por supuesto, intuyó desde el principio que sus intereses confluían perfectamente con los de Dínora Rosales (Lorena Meritano).
Quienes ya la conocemos sabemos que la describe mejor el nombre de Víbora, pero hay que reconocerle que tiene claros sus objetivos y pone toda la carne en el asador para conseguirlos sin importarle el precio a pagar o las consecuencias que provoquen sus actos.
La lealtad de Eva
Y en contrapunto a ese nido de víboras que rodea a los Reyes y las Elizondo, tenemos la calma, la paz, la serenidad y la absoluta lealtad de Eva. La conocemos como el ama de llaves de la hacienda, pero poco a poco vamos descubriendo que es mucho más. Es una segunda madre para las Elizondo y es también la mejor cómplice para que los Reyes descubran la verdad.
El misterio de Ruth
Pero uno de los aspectos más interesantes de Eva lo vamos a descubrir mucho más adelante cuando entre en escena Ruth. Si a nosotros nos impactó su aparición, a los Reyes les dio un vuelco el corazón. Su parecido con Libia hace que se remuevan muchos sentimientos y, sobre todo, que surjan muchas preguntas, que, con el tiempo, tendrán una respuesta bastante lógica.
En definitiva, 'Pasión de Gavilanes' es una de esas historias que siempre te apetece revivir tanto por esos personajes favoritos con los que siempre has empatizado como por esos personajes odiosos que siempre has aborrecido.
Pero, sobre todo, porque cada vez que la revives siempre hay un detalle que descubras y que habías pasado por alto con anterioridad. Siempre hay un personaje del que descubres algo que no habías visto antes. Siempre hay una secuencia en la que descubres algo en lo que no te habías fijado antes.
'Pasión de Gavilanes' no es solo la historia de las pasiones de sus personajes. Es sobre todo una historia que ha hecho historia por la pasión que siempre despierta entre la audiencia.
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