NÚMERO DE SERIE
'Breaking Bad' se convierte en un género en sí mismo tras una temporada sublime
Cuando una serie lo tiene todo, y digo todo, es imposible no caer a sus pies. Es lo que nos ha pasado a todos con la cuarta temporada de 'Breaking Bad'. Se cierra ahora una temporada fabulosa, repleta de giros y tensión hasta el límite, con unos actores excepcionales y una dirección única en televisión. No es exagerado decir que el bagaje dramático de la serie constituye un género propio, un nuevo concepto de entender la televisión de calidad en toda su extensión. Las puertas del olimpo se han abierto para recibir a 'Breaking Bad' y situarla en un lugar privilegiado.
Cuidado: ¡¡CONTIENE SPOILERS!!
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Si ya en la Season Premiere nos quedamos helados ante la maldad de Gus Fring, en el capítulo final nos hemos quedado sin palabras frente a la transformación psicótica de Walter White, que interpreta de forma única el gran Bryan Cranston. El que fuese en los primeros episodios un profesor químico de clase media, afectado de cáncer, y que empieza a cocinar metanfetamina, es ahora un adicto al crimen y al tráfico de drogas a gran escala. Esta extraordinaria transformación del personaje protagonista es lo que ha fascinado tanto, su capacidad infinita para crecer dentro de la que ya es una de las mejores series de la historia.
En el lado contrario se encuentra Jesse Pinkman (Aaron Paul). Mientras que la ética de Walter White salía esfumada junto con la metanfetamina, el eterno aprendiz ha recorrido un intenso viaje en el que se ha visto frente a sí mismo, y ha dejado de ser un simple drogadicto para empezar a ser un adulto, que actúa como tal y que piensa en los demás. Este cruce de caminos divergentes ha hecho que las escenas entre Jesse y Walter sean un espectáculo interpretativo del más alto nivel.
Ha sido una temporada repleta de acción, de suspense, de capítulos que nos ha tenido en un sinvivir. Pero además ha acompañado una fuerte carga dramática en todos los personajes secundarios, especialmente en Skyler, que con su colaboración en la tapadera del lavado de coches ha mostrado otra cara, aunque sin dejar nunca esa falsa doble moral que la hace mirar al otro lado cuando ve los fajos de billetes amontonados en el sótano de su casa. Y qué se puede decir de Saul Goodman, un personaje cada vez más trabajado y auténtico.
Gus Fring, el mejor malo para el mejor final
Gus empezó cortándole el cuello a uno de sus ayudantes frente a los ojos atónitos de Walter y Jesse. Desde ahí el señor White no ha cesado ni un solo día en pensar cómo matar al gerente de Pollos Hermanos. Tras varios intentos fallidos y con Hank, su cuñado de la DEA, moviéndose alrededor, Walter White consigue lo que quiere, que Gus muera. Para lograrlo no duda en envenenar a un niño al que Jesse quiere con todas sus fuerzas. Cómo es lógico Pinkman no sabe nada y confía en la honradez de su compañero. Un motivo más que se acumula para la gran bomba que explotará en cuanto todo salga a la luz.
La brutal escena de la muerte de Gus, con Héctor Salamanca del cartel mexicano como bomba suicida, cierra el círculo que empezó en los primeros capítulos de la serie. Ahora ni Walter ni Jesse tienen un laboratorio donde cocinar, ni tampoco saben a quién venderán o qué pasara cuando todo el mundo se entere de que ha muerto el máximo traficante de drogas de la ciudad y que era, en apariencia, un ciudadano ejemplar.
Podría hablar de todo lo que ha ocurrido en 'Breaking Bad' durante los 13 capítulos que ha durado la cuarta temporada y no pararía nunca. La serie siempre ha sido original y única en su género, pero lo de ahora son palabras mayores. El drama creado por Vince Gilligan ha superado todo los límites y es más, ha logrado que se supere a sí misma y alcance un nivel que pocas series en la historia han conseguido.
El año que viene comenzará la que será la quinta y última temporada. Y aunque desconocemos qué puede pasar, sí sabemos que la ambición de Walter no tiene fin y que Jesse tratará de huir del que ha sido maestro. Mientras llega lo nuevo de 'Breaking Bad' soñaremos una y otra vez con la sublime temporada que acaba de terminar.
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