ORIGINAL DE ATRESPLAYER
Campos de concentración LGTBI en Fuerteventura: 'Las noches de Tefía', una historia real que necesitaba ser contada
Atresplayer estrena este domingo 'Las noches de Tefía', una serie que cuenta las vivencias de un grupo de homosexuales que fueron torturados durante el franquismo.
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Reeducación sexual. Ese era el objetivo de la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, un campo de concentración de los años del franquismo ubicado en la isla de Fuerteventura al que se enviaba a personas LGTBI, así como a otros detenidos bajo la Ley de Vagos y Maleantes, instaurada en 1954. Aunque su nombre pareciera indicar lo contrario, no se trataba de ningún tipo de plantación, sino una cantera en la que se realizaban trabajos forzados y, si bien no se les asesinaba como en los campos de concentración nazis, no eran pocos los presos que morían extenuados, privados de comida o apaleados y, si no, terminaban su estancia allí con secuelas psicológicas de por vida. Se pretendía que aquella experiencia extrema les llevase a abandonar las conductas que, bajo la mirada del régimen, eran reprobables.
Aquella triste realidad, la de hombres homosexuales y personas trans que vivieron ese infierno, es la que recupera laserie 'Las noches de Tefía' (que se estrena este domingo, 25 de junio,en Atresplayer) en un ejercicio de memoria histórica. Tefía estuvo operativo desde los años 50 hasta mediados de los 60, aunque su existencia, como la de otros campos de concentración, es muy desconocida.
De hecho, Miguel del Arco, creador de la serie y dramaturgo de obras como 'Jauría', es nieto de otro preso de un campo de concentración, el de Albatera en Alicante, una de las razones por las que quiso contar esta historia. "Esta serie de lo que se trata es de que tenemos que estar de acuerdo en defender unos mínimos, los derechos humanos, los derechos democráticos, y parece que ahora mismo nos está costando", decía el autor en la rueda de prensa de presentación del proyecto, señalando que "se desconoce que hubo muchos campos de concentración, no solamente durante la Guerra Civil, sino durante toda la dictadura".
Pero en 'Las noches de Tefía' no hay solo sufrimiento. El título hace referencia a una ilusión que mantiene con vida a sus protagonistas: después de las extenuantes jornadas de trabajo y las palizas, realidad retratada en blanco y negro, cada noche sueñan con ser estrellas de su propio cabaret, El Tindaya, e imaginan las brillantes ropas que llevarían, las canciones que cantarían y los bailarines que les acompañarían; todo esto, claro, a color. Es su vía de escape, una vida que no van a vivir, pero que les correspondería por derecho propio. Es lo que son y lo que merecen, contrapuesto a la dura realidad que les toca vivir.
Destaca en el reparto Patrick Criado dando vida a La Vespa, un tipo duro de cara a sus verdugos pero que dedica cuidados, chistes y pluma festiva a sus compañeros, siendo el alma máter del barracón en el que están recluidos. Junto a él, Marcos Ruiz es Airam, apodado como La Bambi, el último chico en llegar al lugar y cuya historia seguiremos también en la actualidad, interpretado de mayor por Jorge Perugorría. También, Miquel Fernández como Charli, Raúl Prieto como Boncho, Mingo Álvila como La Rata o Javier Ruesga como La Sissi encarnan a este grupo de repudiados que se dan apoyo mutuo en los abrasadores días que pasan bajo el sol de Canarias. Frente a ellos, a Roberto Álamo o Israel Elejalde les toca poner el rostro de quienes llevaban las riendas del lugar con mano férrea. En la vida real, fue un carmelita castrense, Prudencio de la Fuente, quien dirigió el campo de concentración de Tefía.
Aunque propone una historia original, Miguel del Arco se ha basado para dar forma a la serie en la documentación que existe sobre Tefía y otros centros similares que hubo durante el franquismo. Uno de los textos que más le llamaron la atención fue 'Viaje al centro de la infamia', novela de Miguel Ángel Sosa Machín que recoge el testigo de uno de los pocos supervivientes de Tefía que habló de lo allí ocurrido, Juan Curbelo Oramas.
Con ella pretende hacernos recordar una realidad que para muchos sonará lejana, pero que para otros supone una herida todavía abierta: en una España en la que determinados partidos políticos y grupos de poder pretenden hacernos retornar al blanco y negro, reivindicar el dolor y la desgracia vivida por las personas LGTBI que fueron torturadas en Tefía es lo menos que podemos hacer. Recordar para no dar un paso atrás.
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