CON MICHELLE YEOH Y KE HUY QUAN
'Chino Americano', la nueva serie de Disney+ que mezcla el drama de instituto con mitología y artes marciales
Disney+ ha estrenado 'Chino Americano', una serie que sigue a un chaval intentando ser aceptado en el instituto mientras los dioses y monstruos dan patadas y volteretas alrededor.
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El coraje y la cobardía son las fuerzas antagónicas que, por encima de todo, libran una cruenta batalla en 'Chino Americano' ('American Born Chinese'), por encima incluso de sus protagonistas. La serie, adaptación para Disney+ de un celebrado cómic, aúna en su historia dos narrativas muy diferentes entre sí pero complementarias: por un lado seguimos el día a día en el instituto de Jin Wang (Ben Wang) y, por otro, tenemos toda una mitología de dioses y artes marciales que avanza frente al tedio de las clases.
Así, lo que propone la serie, compuesta por ocho episodios y estrenada ayer en la plataforma, es darle una vuelta de tuerca, mediante la fusión, a dos géneros muy tradicionales, el coming-of-age de marginados y las historias de superhéroes y acción. A priori son dos mundos totalmente separados, pero irremediablemente están destinados a colisionar. Además vuelve a reunir a Michelle Yeoh y Ke Huy Quantras 'Todo a la vez en todas partes'.
Con una paleta de colores totalmente teñida de marrones y ocres, la serie nos transporta mentalmente a clásicos televisivos ochenteros y noventeros, especialmente a 'Freaks and Geeks', a pesar de ambientarse en la era TikTok, y con esta estética nos instalará en ese tipo de mundo donde nunca pasa nada extraordinario. Jin es, sobre todo, un chaval que lo único que quiere es pasar desapercibido, intentar juntarse con los chicos populares y que no le conozcan solamente por su origen étnico. No quiere ser el cliché asiático de una sitcom de antaño, con el que a veces le comparan. Pero, a la vez, anhela ser más valiente para, por ejemplo, decir lo que piensa ante los abusones o invitar a salir a una chica. Y es ahí donde entra en juego Wei-Chen (Jimmy Liu), otro estudiante chino que la directora le encomienda ayudar y que resultará la llave a la ansiada valentía... y más.
Y es que Wei-Chen es, en realidad, el hijo de Sun Wukong, la legendaria figura de la literatura china conocida como el Rey Mono. Aunque se hace pasar por un estudiante cualquiera de este instituto californiano, Wei-Chen tiene una misión más trascendental que aprobar el examen de ciencias: sigue una revelación para buscar un texto sagrado que podría ayudar a los suyos a acabar con una amenaza tiránica y cree que Jin, de algún modo, puede ser la clave para lograr su misión. Y así es como ambas partes de la historia encuentran una visagra: 'Chino Americano' no pierde el día a día de un nerd de instituto que busca integrarse, pero introduce peleas bien coreografiadas y efectos especiales, propiciando un entretenimiento divertido, si bien no siempre del todo equilibrado.
Se agradece que aun siendo muy importante en la historia que Jin es hijo de inmigrantes, su desarrollo como personaje y su conflicto no se reduzca a eso, si bien está presente, sino que se introduzcan otros temas para tocar: desde la ya mencionada batalla entre coraje y cobardía al conflicto entre padres e hijos, sobre todo en lo relacionado a estar a la altura de las expectativas de los progenitores, y también habla sobre cómo tratamos a los demás mientras tratamos de sobrevivir en un ambiente hostil como es el instituto.
Sin embargo, la adaptación televisiva no se percibe como un relato valiente, como sí se aplaudió del cómic de Gene Luen Yang, limando la conversación sobre la asimilación de la identidad cultural para, quizás, hacer el producto más mainstream y digerible. En ese sentido, la voluntad de hacer accesible 'Chino Americano' también le resta interés, siendo una serie bastante amena pero en cierto modo olvidable. Es, quizás, el peligro de querer forjar una nueva saga que encandile a una audiencia masiva: caer, sin querer, en el terreno de lo anodino. Con todo, la ficción merece un visionado: si somos proclives a este tipo de historias, no tendremos sensación de tiempo perdido.
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