BETTY VE TELENOVELAS
Engin Akyürek cumple 41 años, mientras Sancar vive dolorosas despedidas y esperanzadores encuentros en 'La hija del embajador' en Nova
Engin Akyürek, uno de los actores turcos de referencia en nuestro país cumple 41 años este 12 de octubre y lo hace justo cuando Sancar, el personaje que interpreta en 'La hija del embajador' en Nova, está viviendo un momento de intensos cambios.
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Desde que Engin Akyürek apareció en nuestras pantallas por primera vez como el Kerim de 'Fatmagül', hemos sido testigos de su talento para interpretar papeles muy diferentes.
Fue el atormentado Kerim, pero también el heroico capitán Omar Demir en 'Amor de contrabando' y ahora el temperamental Sancar Efeoglu en 'La hija del embajador'.
Un reencuentro esperanzador
Y la casualidad ha querido que este conocido actor celebre su 41 cumpleaños justo cuando el personaje de Sancar se enfrenta a un momento clave. En un par de capítulos ha tenido que decir adiós a la mujer de su vida, Nare (Neslihan Atagül), a su mejor amigo, Gediz (Uraz Kaygılaroğlu) y, justo después, se ha encontrado con una misteriosa mujer, Mavi.
Aunque por ahora es pronto para saber qué deparará el destino (y los guionistas) a la relación de Sancar y Mavi, los aficionados a las series turcas hemos disfrutado de un esperado y ansiado reencuentro: el de Engin Akyürek y Tuba Büyüküstün. Juntos nos conquistaron como el capitán y la signorina de ‘Amor de contrabando’ (‘Kara para Ask’) y, vistos los primeros cruces de miradas en ‘La hija del embajador’, es más que evidente que la química de entonces sigue vigente.
Pero al margen de lo que supone que esta pareja de intérpretes vuelva a coincidir, para la serie también supone una nueva e importante fase.
Ahora mismo Sancar está devastado por las despedidas de personas que han sido claves en su vida. No solo ha visto como la mujer que amaba se iba sin mirar atrás, sino que también ha tenido que enterrar al que, pese a sus últimas diferencias, ha sido su mejor amigo (con permiso de Kavruk).
Sancar se ha aferrado a su hija para superar su dolor. Oculta sus lágrimas detrás de la sonrisa con la que da los buenos días a Melek. Y reconstruye con sus propias manos la cabaña en la que quemó los mejores y los peores momentos de su vida para regalarle un nuevo hogar, un nuevo refugio, a su pequeña. Sin embargo, esa obra no es solo para cumplir el deseo de Melek.
Con cada madera, con cada punta, con cada maceta, con cada capa de pintura, Sancar va dejando atrás el pasado para ir reconstruyendo su vida. Para ir reconstruyéndose a sí mismo. Para ir resurgiendo de las cenizas que lo han consumido en los últimos tiempos.
Por eso es mucho más que una casualidad que su primer encuentro con Mavi haya sido en esa cabaña. Ese renacer a una nueva vida también lleva aparejada abrir la puerta a la esperanza de un nuevo amor.
Y, aunque sabemos de dónde viene Sancar y a dónde nos gustaría que fuera, Mavi es todavía un misterio por descubrir. ¿De dónde ha salido? ¿Por qué tuvo que refugiarse en la cabaña? ¿Por qué salió huyendo?
La decisión de Nare
Mavi no lo tendrá fácil para acercarse a Sancar porque al ya complicado carácter del hijo del campesino se une la decepción que ha sufrido por la decisión de Nare de irse dejando todo atrás.
Y es que desde que lo conocemos Sancar ha vivido una constante montaña rusa en la que Nare iba a los mandos. Su inesperado regreso después de años desaparecida supuso reabrir viejas heridas que también supusieron despertar una ira que Sancar había conseguido mantener adormecida.
Después, cuando la verdad de Nare salió a la luz, la culpa golpeó con toda su dureza a Sancar, que comprendió que su orgullo, su soberbia y su terquedad tal vez mantuviesen su particular interpretación del honor a buen recaudo, pero lo alejaron de la felicidad.
A continuación, llegó el momento del perdón. Porque, aunque Nare tenía motivos sobrados para no volver a mirar nunca más a la cara al padre de su hija, en el corazón nadie manda y el ave de colores no podía evitar buscar refugio en el nido añorado.
Pero la leyenda de la hija del embajador y el hijo del campesino nunca fue un cuento de hadas por lo que tampoco cabía esperar un feliz desenlace con la pareja comiendo perdices. Los sucesivos acontecimientos convirtieron a esta leyenda en una tragedia y Nare, mujer inteligente ante todo, prefirió irse antes de que el drama tuviese consecuencias irreversibles. Porque cada vez que el ave de colores se posaba en el hombro del hijo del campesino, la vida, el destino o su entorno se encargaban de alejarlos sin remedio.
Y, al final, Nare dijo basta. Dijo basta a las manipulaciones de su padre. Dijo basta a las presiones presuntamente bienintencionadas de Gediz. Dijo basta a un amor por Sancar que le ha provocado más lágrimas que sonrisas. Finalmente, el ave de colores decidió volar libre e intentar recomponer sus alas rotas una vez más.
Aunque también hay que tener presente que tal vez este no era el destino de Nare, pero la precipitada salida de la serie de Neslihan Atagül provocó una improvisación que desembocó en la huida de este personaje, aunque cueste mucho trabajo comprender que, además de dejar atrás a Sancar, también abandonase a Melek.
La esperanza Melek
Fuese como fuese, aunque las lágrimas de Melek nos llegan al alma, quizá el dejar a su hija con su padre haya sido la última gran prueba de amor de Nare hacia Sancar. Porque Nare, mejor que nadie, sabía que Sancar es mejor persona con Melek en su vida. Sancar es menos violento, menos irascible, menos intransigente, menos furibundo, menos temperamental, cuando su hija está delante. Solo Melek consigue que la ciclogénesis explosiva que es el carácter de Sancar se convierta en una ligera brisa de verano.
Porque, aunque el regreso de Nare fue como un tsunami emocional para Sancar, el auténtico terremoto fue saberse padre.
Y es Melek quien consigue que Sancar muestre su mejor lado. El del hombre cariñoso capaz de esforzarle por hacerle una trenza a su hija. El del hombre tierno que juega con una casa de muñecas. El del hombre comprensivo que esconde su dolor para no lastimar a su hija.
La lealtad de un amigo
Sancar no solo ha tenido que decir adiós a Nare. También ha tenido que despedirse de Gediz. Es cierto que su relación se hizo añicos el mismo día que Nare regresó porque Gediz quedó deslumbrado del ave de colores y eso es algo que Sancar nunca perdonó.
Si con Nare vivió una montaña rusa, con Gediz fue una tempestad. La evidente incapacidad de Sancar de gestionar sus emociones le ha causado un buen número de problemas. Igual que Nare no pudo evitar perdonar a Sancar, aunque su mente le decía que era un error; Gediz tampoco pudo evitar enamorarse.
Porque el amor no fue el gran pecado que cometió Gediz. Su gran traición fue intentar forzar la situación a su favor. Su gran traición fue maniobrar para intentar provocar que Nare lo eligiera a él. Y, aunque su amistad pendió de un hilo en más de una ocasión, nunca terminó de romperse del todo.
Sancar, en definitiva, es capaz de despertar toda nuestra rabia con pésimas decisiones y horribles actuaciones. ¿Cerrarle la puerta en las narices a la mujer de su vida porque tenía “antecedentes”? ¿Obligar a su esposa y a la mujer que quería a vivir bajo el mismo techo? ¿Condenar al ostracismo a su mejor amigo por enamorarse de su amada?
Pero, al mismo tiempo, también es capaz de enternecernos cuando lo vemos aferrarse a su hija como ese salvavidas que lo mantiene a flote en medio de toda la marejada que es su vida.
Sancar es una muestra más del talento de Engin Akyürek, que con este nuevo personaje demuestra que no teme los retos interpretativos porque el protagonista de 'La hija del embajador' oscila entre el héroe y el antihéroe. Es el gran patriarca que protege a su familia por encima de todo, pero también es el macho alfa con una concepción demasiado arcaica de la masculinidad.
Y precisamente ahí está su atractivo como personaje. Que vive en una continua evolución porque el Sancar que se casó con Menekse en el primer capítulo no es el mismo Sancar que ha enterrado a Gediz. Ahora estamos a punto de conocer al Sancar post Nare. ¿Cómo será? ¿Recuperaremos al Sancar agresivo y violento de los primeros tiempos? ¿Su responsabilidad como padre templará su carácter? ¿Habrá aprendido de sus errores y será capaz de mantener una relación sana con una nueva pareja?
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