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'Inocentes': 5 razones por las que esta atípica historia te atrapará

Ha llegado 'Inocentes' ('Masumlar Apartmanı') y con ella nos encontramos con una historia completamente diferente. Es cierto que tiene su parte convencional de chico conoce a chica, pero quienes los rodean resultan sorprendentes.

El inesperado reencuentro de Han con Inci tras un tenso enfrentamiento con Safiye

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La pareja protagonista de 'Inocentes' es muy interesante, pero todo cuanto sucede en el edificio en el que habita la familia de Han resulta apasionante, inquietante y hasta algo perturbador. Pero lo más importante es que nos abre las puertas a un mundo desconocido: el del trastorno obsesivo compulsivo y las consecuencias que supone para quien lo sufre y también para quienes rodean a quien lo padece.

Han, el dios griego

Birkan Sokullu es Han
Birkan Sokullu es Han | antena3

Desde un punto de vista bastante frívolo, podemos decir que a ninguna le importaría tener un accidente de tráfico (leve) con alguien como Han y que, desde luego, no tendríamos mayor problema en acompañarle durante su convalecencia en el hospital. El atractivo y encanto del personaje que interpreta Birkan Sokullu está fuera de toda duda.

Desde un punto de vista más profundo, Han es uno de los personajes que más sufren de toda esta historia y que tiene que ponerse una coraza de fortaleza y paciencia para tolerar su complicado día a día. No solo tiene que hacer frente a los problemas laborales, sino que además tiene que ejercer de cabeza de familia de facto en una familia demasiado compleja.

Han trata con cariño a sus hermanas, intenta sobrellevar como puede sus problemas y ayudarlas a hacerlos más llevaderos, pero hay demasiados momentos en los que la situación lo sobrepasa. Y eso que parece que solo sabe una parte de cuanto sucede. ¿Conoce la existencia del misterioso y apestoso piso superior?

Han vive por y para el trabajo y su familia. De ahí que se haya convertido en un gruñón adicto al trabajo y probablemente también por todo ello haya perdido su sonrisa y, desde luego, no tenga demasiados momentos de felicidad en su vida.

Inci, el ángel

Farah Zeynep es Inci
Farah Zeynep es Inci | antena3

Por eso la aparición de Inci (Farah Zeynep Abdullah) ha sido tan especial. Ha llegado como un torbellino que en una sola noche parece haber transformado a Han en otro hombre. Han no solo descansó durante una noche del olor a lejía, de la limpieza compulsiva de alimentos y de las discusiones, sino que, además, volvió a sonreír. Volvió a ilusionarse. Volvió a sentirse un hombre normal con una vida normal.

Porque Inci es lo opuesto a sus hermanas. Es cierto que ella le causó un problema inicial, consecuencia de su temeridad (si conduces, ignora el teléfono); pero después se desvivió por atenderlo, ayudarlo y cuidarlo. Parafraseando la conocida canción, le hizo la noche agradable.

Y eso que tampoco estaba pasando por su mejor momento. Venía de dejar literalmente plantado a su novio rodilla en el suelo y anillo en mano. Su cabeza seguro que era un torbellino que analizaba una y otra vez los pros y los contras de casarse o no con Huygar, pero, aún así, no dejó solo a Han.

De hecho, esa noche y las palabras de ese desconocido la ayudaron a tomar la decisión que llevaba bastante tiempo tomada, aunque nunca llegaba a ser trasladada a su destinatario. Los acontecimientos de esa noche le dieron a Inci la fuerza para decirle a Huygar lo que sentía, lo que quería y, sobre todo, lo que no quería.

Tal vez no les importe

Por lo tanto, Han e Inci han tenido ya su primera cita (cena y película). La experiencia, a juzgar por sus pensamientos y sentimientos a la mañana siguiente, fue bastante positiva. Y, de hecho, a los espectadores no tenían embobados viéndolos conversar, reírse, contarse pequeñas confidencias…

La luz del sol los separó por la indecisión de ambos. Aunque ambos lo querían, ninguno se atrevió el dar el decisivo paso de avanzar un poco más. Era algo simple, sencillo, cotidiano, que hacemos todos varias veces al día: intercambiarse los números de teléfono.

Pero Han e Inci no son personas convencionales. Ambos cargan con una mochila demasiado pesada que les impide reaccionar de la misma forma que el resto de nosotros. Inci no quería irse. Han no quería que se fuera.

Sin embargo, la pregunta fatídica los detuvo. ¿Y después qué? ¿Irá Inci con su bolso desordenado, su envoltorio de chocolatina, su pelo revuelto y su energía desbordante a la casa de las locas? ¿Tendría paciencia para esperar la cena lavada, desinfectada y revisada cuatro minuciosas veces?

La respuesta inicial sería un claro no, pero ¿y si no le importara?

Y todos esperamos que no le importe y que aprovechen esa segunda oportunidad que la vida que les ha brindado. Aunque ya sabemos mucho de ellos, intuimos que hay cosas que aún no conocemos. Intuimos que Han también tiene algún tipo de trastorno aunque aún no ha quedado del todo claro ¿el orden? ¿el contacto físico?

En cuanto a Inci, su sonrisa no logra esconder cierta melancolía. ¿Es por la falta de su madre? ¿Por el abandono de su padre? ¿Se siente demasiado presionada ella también como cabeza de familia de facto?

Como decía, Han e Inci tienen una segunda oportunidad para dar ese paso adelante que se negaron en la puerta del hospital.

La casa de las locas

Eso sí, van a tener que superar toda la obstrucción que va a oponer Safiye (Ezgi Mola), quien, sin duda, ha sido la gran protagonista del primer capítulo de 'Inocentes'. Los protagonistas nos gustan y nos interesan, pero Safiye consigue captar toda nuestra atención e impide que seamos capaces hasta de pestañear.

En un primer momento nos provoca rechazo por sus gritos y falta de empatía con su hermana Gulben. Después nos intriga conocer qué problema tiene con la lavadora ¿en Turquía también tienen horas punta, valle y llanas? A continuación, nos sorprende vestida con una versión casera de EPI llevando una bolsa de basura como si de una bomba atómica se tratara. Cuando abre la puerta del piso misterioso logra que abramos los ojos como platos.

A partir de ahí, ya empezamos a comprender que lejos de odiarla o criticarla, tal vez lo que debamos hacer es compadecerla o, al menos, intentar comprenderla. Su lavado de tomate nos deja claro que padece un evidente trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y que, sin duda, es ella quien más sufre con esa enfermedad, aunque a su familia tampoco se lo pone nada fácil.

Hasta llega un punto en que llegamos a ponernos de su lado y deseamos abrazarla cuando recuerda las palabras de su madre y la forma que tenía que tratarla. ¿Cómo no trastornarse si tu propia madre te dice que estás sucia cuando tienes la regla?

A estas alturas ya podemos decir que Safiye es uno de los personajes centrales de esta historia. No solo por su propia idiosincrasia marcada por el número cuatro, el lavado de manos, el consumo de lejía y jabón y demás, sino, sobre todo, por su interacción con los demás.

A Gulben ya la ha adscrito a su equipo de limpieza 24 horas, aunque parece que aún conserva cierta libertad de raciocinio. Neriman está en el punto de mira, pero por ahora parece esquivar los envites de su hermana mayor escudada en Han y su padre, que no parecen dispuestos a permitir que nadie le destroce la vida a la pequeña de la familia. El padre parece haber dejado el peso del día a día en manos de su hijo aunque intenta imponer su autoridad cuando observa que la situación se desborda. Eso sí, también tiene claro que Han y Neriman deberían salir de esa casa en cuanto tuviesen ocasión para poder ser felices lejos de esa asfixiante atmósfera.

En cuanto a los nuevos vecinos, ya ha dejado claro que no los quiere en su edificio. Necesita expandir su imperio de bolsas de basura y ambientadores de pino y la familia de Inci se interpone en su territorio. ¿Qué pasará cuando descubra que Inci es la mujer con la que pasó la noche su hermano? ¿Cómo actuará cuando comprenda que es una amenaza real? ¿Cómo gestionará que Han intente vivir su vida lejos de sus “manías” y del olor a lejía y desinfectante?

Por encima de mi cadáver

En cuanto a Inci, tampoco tiene una familia de cuento. Su hermano parece un claro cómplice que la ayuda, pero la actitud de su abuelo es contradictoria. Sin duda, la quiere, pero hay detalles que aún se nos escapan. ¿Por qué no quiere que su nieto vea a su padre? ¿Cómo es posible que no sepa de la existencia o, al menos, de la relación de Inci con Huygar?

Y no perdamos de vista a Huygar. Lo poco que hemos visto ya nos ha dejado claro varios aspectos de su personalidad que no avanzan nada bueno. Tiene un grave problema a la hora de escuchar a los demás y le cuesta comprender que su voluntad no es la voluntad de los demás. ¿Cómo puede pensar que Inci es su prometida cuando salió corriendo después de su proposición?

En definitiva, por ahora apenas hemos abierto la puerta de la vida de estos personajes, pero ya tenemos indicios suficientes para intuir que bajo la superficie que empezamos a arañar hay muchos más problemas, secretos y trastornos por descubrir.

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