NÚMERO DE SERIE
'Jessica Jones': 7 claves de la serie más feminista
La antiheroína de Netfix ha dejado atrás a su némesis, pero, tal vez, el mayor enemigo sea ella misma, pues tendrá que averiguar quién es realmente. En la segunda temporada de 'Jessica Jones', ellas mandan. Éstas son las siete claves de uno de los fenómenos televisivos de empoderamiento femenino.
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SERIE FEMINISTA
"El poder femenino de nuestra serie es notable", decía la productora Melissa Rosenberg sobre la segunda temporada de 'Jessica Jones'. Desde que la ficción de Netflix se estrenara a finales de 2015, ella y su protagonista, Krysten Ritter, han contado con mayor tiempo para profundizar en el personaje, enriqueciéndole con historias paralelas protagonizadas por Trish (Rachael Taylor), la mejor amiga de Jess, y la abogada lesbiana Hogarth (Carrie-Anne Moss). Todas han destacado que el ambiente en el rodaje, la energía, eran diferentes.
ANTI-HEROÍNA
La encontrarás de nuevo en el bar (sin necesidad de que lo regente Luke Cage), bebiendo whisky barato, rompiendo vasos de tres en tres, con sus vaqueros, sus botas y su chaqueta de motera. Porque Jessica Jones, la anti-heroína, huye del disfraz de superhéroe. "Si me pongo ese disfraz se me marcará el chumino", apuntaba soez, sin pelos en la lengua, en la primera temporada. Ahora, asustada, continúa huyendo de sí misma y hace suyo un lema de otro personaje: "Un mayor poder acarrea una mayor enfermedad mental".
ABUSOS SEXUALES
La segunda temporada se había escrito y rodado antes de que estallara el escándalo por acoso sexual de Harvey Weinstein. Los abusos sexuales a los que Killgrave sometió a Jessica Jones resuenan todavía y toman ahora un cariz de máxima actualidad. A este trauma se añade el drama secreto de Trish (relacionado con su ambigua madre, interpretada por Rebecca De Mornay). "Nuestra serie es un ejemplo de cómo [Hollywood] puede y debe funcionar", decía Rosenberg. "Con todo lo que está pasando en el mundo no es tan difícil hacerlo bien, como lo hemos estado haciendo nosotras siempre".
AMISTAD FEMENINA
No necesitan hablar de hombres, o, al menos, ése no es el tema principal de sus conversaciones. El estrés postraumático que sufre Jess lleva a su mejor amiga Trish a animarla a que investigue sobre su pasado, a que se enfrente a sus fantasmas. Ella misma es su gran mal. La temporada se centra en su corazón, es un thriller más psicológico, pero también emocional. La serie profundiza en el caos del personaje, herido antes incluso de que apareciera Killgrave y ambas mujeres tendrán que afrontar juntas los nuevos retos.
EMPODERAMIENTO LABORAL
"Los hombres y el poder… es una enfermedad contagiosa", se escuchaba ya en la primera temporada. Ahora asistimos a una poderosa secuencia en la que la abogada Hogarth anima a sus jóvenes socias diciéndoles: “Sólo mujeres en el poder, mujeres del derecho”. Mientras, Jess, como fan de 'Anatomía de Grey' que es (en la primera temporada se hace pasar por una enfermera y dice que viene del Seattle Grace), visitará otro hospital más siniestro gracias a su perspicacia. La investigadora bucea en su pasado personal mientras se niega a asociarse en lo laboral con Pryce Cheng. Cuando ella rechaza su posible fusión, él le asegura: "No acepto un no por respuesta". A lo que la heroína le espeta: "Todo un violador".
SEXO SIN ATADURAS
Si en la primera temporada, el policía Will (que ahora resurge tras ser paciente del doctor Kozlov) le practicaba un cunnilingus a Trish, ahora Jess es capaz de enrollarse con un desconocido cuando éste le piropea su trasero. Hogarth, la abogada lesbiana que le era infiel a su mujer con su secretaria y que metía mano a su juvenil novia, está muy dolida y perdida al comienzo de la segunda temporada. Adopta la aptitud masculina de encontrar consuelo en los brazos de varias prostitutas, protagonizando una escena bastante inusual, bien regada de champán y rayas de cocaína.
VIOLENCIA, LA JUSTA
"Todos nacemos siendo héroes, pero si se lo permites, la vida te obligará a ser el villano". Jess mató a su némesis en la primera temporada, algo que le sigue atormentando, y ayudó a salvar Nueva York junto a The Defenders, pero a regañadientes. Ella insiste en que no es una asesina, matar va en contra de lo que ella es realmente. Pero, ¿podrá evitarlo o se convertirá en el monstruo que ha evitado siempre ser?
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