BETTY VE TELENOVELAS
Jesús de la Reina, el villano de villanos de Sueños de libertad
A lo largo de 200 capítulos los espectadores de Sueños de libertad hemos descubierto grandes secretos y hemos asistido a la transformación de algunos personajes, pero hay algo que se mantiene inalterable desde el primer día. Jesús de la Reina es el gran villano.
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La primera vez que lo vimos Jesús de la Reinacorría a través de un monte escopeta en mano detrás de su esposa y su hija. No necesitamos más para incluirlo en la lista de personajes odiados. Sin embargo, entonces no éramos conscientes de cuántas iban a ser las razones que lo consolidarían como el villano de villanos de esta serie.
Eso sí, justo es reconocer también que, a pesar de todos los motivos que da para detestarlo, Jesús de la Reina se ha convertido también en un personaje imprescindible. Lo odiamos, pero también tiene una capacidad hipnótica para atraparnos ante la pantalla. Como espectadores nos debatimos entre el deseo de que todo le salga mal y la ansiedad por saber qué nueva ocurrencia se va a sacar del sombrero para dejarlos (y dejarnos) descolocados.
Y en ese amor-odio es fundamental el impresionante trabajo actoral que realiza Alain Hernández, que le regala a este personaje cada mirada, cada gesto, cada sonrisa, cada lágrima. A Alain Hernández nos lo creemos siempre. De Jesús de la Reina siempre desconfiamos porque los ha traicionado a todos.
El marido de Begoña
Jesús es el marido de Begoña (Natalia Sánchez) y desde el principio nos causó cierta desconfianza. ¿Cómo íbamos a ver con buenos ojos a un hombre que engaña a su casi recién estrenada esposa con su secretaria? A pesar de sus constantes palabras de amor, Jesús nos causaba mucha inquietud como marido. Y el tiempo nos dio la razón.
Esa inquietud se convirtió en preocupación cuando supimos lo que le había sucedido a Clotilde. No fue víctima de un admirador obsesionado. Fue asesinada por su propio marido tras descubrir que pensaba fugarse con otro.
Conocer esa historia nos puso los pelos de punta porque comprendimos el gran peligro que corría Begoña. Y teníamos razón en angustiarnos porque Jesús estuvo a punto de matarla. Pero Jesús no se conformó con pegarle un tiro, también la violó e intentó enloquecerla con drogas. Para Jesús todo vale con tal de mantener la imagen de matrimonio ejemplar.
De sus actos como marido podemos extraer varias conclusiones. La primera, no sabe querer. La segunda, no tolera el rechazo. Clotilde iba a dejarlo por Valentín y lo pagó con su vida. Begoña quiere dejarlo por Andrés y lo está pagando como madre.
Y cuanto más lo conocemos, más pensamos que Jesús no quiere a Begoña a su lado por amor. Quiere condenarla a estar junto a él solo para que no se vaya con su hermano. Porque Jesús más que ganar, lo que quiere es no perder. Por ahora se ha salido con la suya. Begoña y Andrés se han alejado, pero ella sigue a años luz de su marido. ¿Qué nueva estrategia utilizará para recuperar a su mujer?
El hijo de Damián
También hay mucho que decir de Jesús como hijo. Y en ese papel también demuestra esa dualidad que tanto nos fascina. Por un lado, es digno heredero de su padre en el establecimiento de prioridades. Al igual que Damián (Nancho Novo), Jesús tampoco tiene límites como empresario. Todo vale con tal de mantener el estatus de Perfumerías De la Reina.
De hecho, Jesús se ha revelado como el mejor alumno de su padre. Estafó a sus primos con el balneario como Damián chantajeó a Gervasio para hacerse con sus acciones. E hizo su gran jugada maestra al amenazar con asociarse con Floral para garantizar su regreso a la empresa de la que había sido expulsado.
Eso sí, a pesar de sus desacuerdos, Jesús siempre contó con la ayuda y el silencio de su padre. Damián fue su gran cómplice para ocultar el crimen de Valentín y Clotilde así como el disparo a Begoña, pero ¿volvería a hacerlo o ha cerrado el grifo de apoyo paterno a los crímenes de su hijo?
El primo de los Merino
Lo que Jesús no aprendió de Damián fue a mantener las formas con la familia. Damián fue el causante del suicidio de Gervasio, pero intentó mostrar su mejor cara a Digna y sus hijos. Sin embargo, Jesús no tiene ese don y desde que culpó a Valentín del asesinato de Clotilde, trató a sus primos con el látigo.
Los Merino no eran culpables de nada, pero eran la mejor diana para que Jesús desahogase el odio que sentía por el hombre que le arrebató a su mujer. Matar a Valentín no fue suficiente para Jesús. Necesitaba lanzar contra alguien la rabia que tenía atravesada en el corazón y Joaquín y Luis fueron los destinatarios.
Jesús estaba acostumbrado a tener a sus primos bajo la suela del zapato y ahora las circunstancias han cambiado. ¿Serán los Merino capaces de devolver toda la inquina que recibieron de su primo y vengar la memoria de su hermano?
El hermano de Marta y Andrés
Jesús también tiene una relación complicada con sus hermanos. Al margen de un posible complejo de príncipe destronado que pueda arrastrar desde la infancia, lo cierto es que en su mente Marta (Marta Belmonte) y Andrés (Dani Tatay) son sus grandes enemigos. Ella le ha arrebatado su sillón en la empresa y él le ha quitado el amor de su mujer.
Dicho así, parece lógico que Jesús odie a su hermanos, pero él también pone de su parte en esa fractura fraternal. Intentó chantajear a Marta con unas fotos que revelaban su relación con Fina y sus malos tratos a Begoña la encaminaron directa a los brazos de Andrés.
A Jesús le amargan las derrotas y ya ha empezado su reconquista. No ha dudado ni un segundo en utilizar a Julia para separar a Andrés de Begoña y no pierde oportunidad de reivindicarse como el mejor director posible de Perfumerías De la Reina. ¿Recuperará todo lo perdido? ¿Seguirá liderando el lado oscuro?
En definitiva, sobran razones para que todos odien a Jesús y, al mismo tiempo, él los odia a todos. Para nosotros también es el villano de la historia, pero, sin duda, es imprescindible porque es el personaje que, directa o indirectamente, mueve todos los hilos, coloca todas las piezas y echa la sal necesaria para que sea un gusto ver cada tarde Sueños de libertad.
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