NÚMERO DE SERIE
Llega 'The New Pope': La extravagancia entra en el Vaticano
John Malkovichsustituye a Jude Law, pero este reaparece de forma fantasmal. La serie de Sorrentino sigue siendo valiente y diferente, y visualmente preciosa. Impecable. [Opinión vistos los nueve episodios de los que se compone esta entrega]
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Parece un guiño a la canción de los Smiths, 'Girlfriend in a coma'. "Un Papa en coma". Lo recalca el cantante Marilyn Manson que cuenta con un cameo haciendo de sí mismo, como también la actriz Sharon Stone. 'The New Pope' anuncia desde su título la llegada de un nuevo pontífice. Por las promos y adelantos de HBO sabíamos que sería John Malkovich, pero hasta que ese momento llega pasan algunas otras cosas.
Por de pronto, el guionista y director, Paolo Sorrentino, no se deshace del todo de la figura de Pio XIII. Nueve meses después, el que fuera Lenny Belardo en 'The Young Pope' sigue siendo igual de joven y guapo, pero, tras el ataque al corazón que sufrió y a pesar de permanecer inmóvil en la cama de un hospital, de vez en cuando reaparece de forma fantasmal. Tanto es así, que cuando Jude Law "resucita" de su letargo (nadie lo dudaba), cambia de nuevo la intro y su música. Un detalle ingenioso, pocas veces vistos en una ficción televisiva.
Recordemos que en la original'The Young Pope', emitida en 2016, sonaba el electrizante 'Watchtower', de Bob Dylan que popularizó Jimi Hendrix y remasterizó Devlin. Lenny Belardo recorría los pasillos del Vaticano a través de sus cuadros. Ahora, son un grupo de novicias las que toman el relevo, desmelenándose mientras bailan sensualmente a los pies de una cruz de neón. Una declaración de intenciones de Sorrentino, como tantas otras en una serie llena de simbolismos (la tentación siempre está ahí, también en la Santa Sede).
Al inicio de cada episodio suena la marchosa 'Good Time Girl', de Sofi Tukker, los bailes de las monjas cambian, y cuando despierta de su letargo Pio XIII recuperan a Jude Law para el opening, pero esta vez en la playa del Lido, con un bañador turbo Speedo blanco luminoso y rodeado de jóvenes en bikini que beben cócteles sorprendidas por su encanto.
No era para menos que Jude Law siguiera presente. Antes de que llegase 'Fleabag', Belardo fue el cura más sexy, sarcástico y molón de la tele. Y eso que era un tipo conservador, que llegaba a intimidar con su presencia, alguien que exigía devoción y atención. El Papa Pio XIII demostró que un solo hombre podía enfrentarse a una Iglesia vulnerable. Persiste su figura para compararlo con el nuevo Papa, que nada tiene que ver.
Gran parte de 'The New Pope' se centra en la elección del relevo, como hemos podido ver también en el filme 'Los dos papas'. Y también con musicón incorporado. Surgen imágenes que parecen instalaciones de ARCO o pinturas renacentistas. La iglesia necesita un nuevo líder. La primera elección es Viglietti, alguien que parece manipulable pero que es un grano en el culo (paradójicamente), pues Francisco II (tiene su guasa) quiere abrir las puertas del Vaticano a los más necesitados, a los pobres y refugiados.
El maquiavélico Voiello y su verruga en 3D (ojo, que Silvio Orlando cuenta con un cura gemelo en esta entrega) no pueden consentir esa apertura y eligen a un Papa más dócil. Sir John Brannox cuenta con el savoir-faire de Malkovich, que borda al intelectual inglés, un tipo sofisticado que vive en una especie de Downton Abbey (en realidad es el castillo de Woburn Abbey en Bedfordshire), viste trajes de terciopelo y lleva los ojos maquillados, que habla tumbado y toca el arpa, un ser extravagante que sirve de contrapunto.
Ya lo dice la jefa de marketing, Sofía (Cecile de France), que el nuevo Papa Juan Pablo III es seductor y persuasivo. En efecto, tanto es así que es capaz de mantener dos audiencias que encajan a la perfección con el toque pop de la serie. Recibe al cantante Marilyn Manson, con unos primeros planos que dan miedo, y a Sharon Stone, a la que hace descruzar las piernas evitando la mirada, pues el instinto básico sigue siendo una tentación de lo más terrenal. De eso habla de nuevo 'The New Pope', del lado oscuro del Vaticano. Sin perder la elegancia, expone las contradicciones de ser sacerdote. El cardenal Assente, aquel que en la primera entrega le confirmaba al entonces Papa Pio XIII (Jude Law) que era homosexual, en esta temporada tiene sus más y sus menos con el monseñor Gutiérrez, interpretado de forma deliciosa por Javier Cámara (se nos rompe el alma cuando llora).
Curas que han sufrido abusos, curas que pecan, curas al que les puede la ambición. Los entresijos siguen desconcertando, especialmente por la puesta en escena, detallista, impecable, preciosa. En eso Sorrentino es le rey. Luego hay subtramas que interesan menos, por excesivas. Otras que irritan, necesarias, como los casos de corrupción. Las más conmueven, las que hablan de la pérdida de la fe, de la vulnerabilidad. Sin embargo, nunca se pierde la sonrisa tonta viendo 'The New Pope', sigue siendo un referente televisivo, valiente y diferente. Y contiene algunas imágenes del año televisivo como el tatuaje de una monja empoderada o Jude Law saliendo del mar a lo James Bond y siendo transportado por los fieles cual estrella del rock.
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