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'La Marquesa', los 6 momentos más inesperados del reality de Tamara Falcó
Los seis episodios de 'La Marquesa' llegan a Netflix para mostrarnos a la hija de Isabel Preysler como escritora, modelo, comentarista televisiva y, sobre todo, chef entusiasta.
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"¿Que si soy caprichosa?" (silencio) "Sí". Tamara Falcó se ríe tras su respuesta. No pretende esconderse bajo una máscara. Ella es así. Se ha hecho mayor a golpe de portada en el Hola. Ha crecido bajo nuestra lupa. Un programa de cocina le dio una inmensa popularidad por sí misma. Así es 'La Marquesa'.
Netflix quiere que conozcamos algo más de Tamara, quiere que entendamos a Tamy. Y ella mira a cámara como si estuviera en 'Modern Family' o en 'The Office', porque 'La Marquesa' es una sitcom con momentos inesperados, hilarantes y Tamara busca nuestra complicidad. En efecto, es caprichosa cuando se empeña en que su novio Íñigo le regale una manta para la moto. Lo que demuestra también su tenacidad, cuando insiste en ello varias veces, y como se parece a Isabel Preysler, a su madre, necesita ser autoexigente, no defraudar, estar a la altura cuando (otro capricho) pretende abrir en El Rincón, su 'Downton Abbey' particular, un restaurante efímero. Lo cual es una auténtica locura. Íñigo e Isabel acompañan a la marquesa en su toma de decisiones. Y luego ella, sola, coge aviones, se deja seducir por la cámara en sesiones de moda, firma su propio libro y comparte algunos recuerdos de su infancia. Estos son los momentos más inesperados de'La Marquesa'.
"Estás en la edad del pavo" (Isabel Preysler)
Isabel Preysler protagoniza algunos de los mejores momentos del reality como cuando acompaña a su hija a comprar una cocina para su futuro restaurante nada menos que a Nueva York. Isabel no entiende que quiera abrirlo en El Rincón, la mansión que heredó de su padre, tan lejos de Jorge Juan, una de las zonas nobles de la capital. Tamara cree que su madre no confía en ella y recuerda cómo en un viaje a Grecia, Isabel le dijo que tuviera cuidado para no romper las piedras que llevaban ahí siglos. Luego Isabel le tira un dardo sin inmutarse cuando ven vestidos de novia, dudando que vaya a tomar una decisión tan importante: "Estás en la edad del pavo". Recordemos que el reality comienza con el 40 cumpleaños de Tamara Falcó.
"Como unas locas en Studio 54" (Carolina Herrera)
Aprovechan para ir al desfile de Carolina Herrera en la Gran Manzana. Tamara elige uno de los ocho estilismos (hasta ella se sorprende del número) para asistir al front row. A ella, dice, le gusta la moda desde siempre, como cuando le pidió a su madre dos vestidos para hacer la comunión. La diseñadora Carolina Herrera, amiga íntima de Isabel, le rebela a Tamy que ellas iban juntas al popular Studio 54, y lo hacían "como unas locas". Nos quedamos con las ganas de que profundicen pero la imaginación vuela. La primera en sorprenderse de que Isabel Preysler se desmelenase en algún momento de su juventud es su propia su hija.
"Íñigo es muy hetero" (Juan Avellaneda)
Poder observar a la Preysler en su día a día tiene mucho morbo, pero mucho más conocer al novio de la protagonista, Íñigo Onieva, un empresario que le echa un cable en su proyecto. Tamara confiesa que son muy diferentes, que se pelean a menudo. Pero lo dice enamorada, como el que confía de pleno en que los polos opuestos se atraen. Tamy recuerda que Íñigo llegó cuando "me había encontrado a mí misma". Su amigo, el diseñador Juan Avellaneda, le dijo que Iñigo era "muy hetero". Tamara se ríe sin parar sin saber muy bien qué quiere decir con aquello. Lo que sí tiene claro es que se ve en el futuro casada con él y con hijos.
"Me enseñaron a leer mis guardaespaldas" (Tamara Falcó)
Tamara teme que no vaya nadie a la firma de su libro de recetas en pleno centro de Madrid. Mario Vargas Llosa le anima: "Todo el mundo va a ir a tu firma de libros: sales por televisión". Tamy le confiesa que aprendió a leer muy rápido. Entre pistolas y libros. "Me enseñaron a leer mis guardaespaldas porque pasaba mucho tiempo con ellos". Antes ha acompañado al premio Nobel a una librería neoyorquina y se recrean en primeras y carísimas primeras ediciones de grandes novelas. Tamy reconoce que Mario le recuerda a Iñigo porque "ambos son curiosos y nada perezosos".
"El Papa me regañó por arrodillarme" (Tamara Falcó)
La visita al Papa Francisco en el Vaticano nos regala un momento épico, cuando Tamy se arrodilla llevando una Virgen que le piensa regalar y él le bufa para que se levante del suelo. Es un poema ver a Tamara imitándole. La Virgen no puede estar por debajo del Papa. Tamara, que pretendía que le bendijese ¡87 rosarios!, se lleva en cambio un buen rapapolvo. Ella se lo toma a guasa, como casi todo. Como cuando hacen un Zoom en una "macrofiesta del rosario", un concepto surrealista en cualquier caso. El grupo, eufórico, grita: "¡Viva el Papa!". A lo que añade Tamara entre risas: "¡Y viva España!".
"Digo lo que pienso" (Tamara Falcó)
Tamara Falcó es tertuliana en 'El Hormiguero', de Antena 3. Susana Uribarri le acompaña al plató mientras hablan del blanqueamiento de dientes. Tamy reconoce que en el programa se entera de las novedades y que llega con la adrenalina "por las nubes". El presentador Pablo Motos hace un repaso de los temas antes del espacio. Susana Uribarri le dejó claro que les interesa su opinión, su frescura. "Digo lo que pienso", presume ella de la intervención en el espacio. Y es esto lo que también engancha del reality, que Tamara dice lo que piensa, sin dobleces, lo cual ya es mucho.
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