BETTY VE TELENOVELAS
Mert Ramazan Demir celebra su 27 cumpleaños triunfando en España como Ferit en Una nueva vida
Mert Ramazan Demir se ha convertido en el último actor turco en conquistar al público español gracias a su personaje de Ferit en Una nueva vida (Yalı Çapkını), la serie que emite cada domingo Antena 3.
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Mert Ramazan Demir, este joven intérprete turco se une a una cada vez más amplia lista junto a nombres como Engin Akyrek, Caner Cindoruk, Onur Tuna, Yiğit Koçak, Buğra Gülsoy y otros muchos que, poco a poco, se han convertido en habituales de nuestras pantallas.
El actor celebra su 27 cumpleaños conquistando a la audiencia cada domingo interpretando a Ferit Korhan, a quien, sinceramente, aún no tenemos muy claro cómo definir. ¿Quién es Ferit? ¿Un niño malcriado que no acepta el no? ¿Un joven inmaduro que no sabe gestionar sus emociones? ¿Un hombre inseguro que oculta sus miedos tras una fachada de falsa despreocupación?
¿Por qué tenemos todas esas dudas? Pues porque Ferit es capaz de comportarse como todo un príncipe azul de cuento y, a los minutos, actuar como el más impresentable de los hombres del que solo querríamos alejarnos lo más rápido posible y lo más lejos posible.
Aprovechar la oportunidad
El primer ejemplo de la tendencia a la rebeldía y a actuar sin pensar en las consecuencias de Ferit lo tenemos justo en su boda con Seyran (Afra Saraçoğlu). Si hacemos memoria, el rico heredero había aceptado a regañadientes casarse con quien su familia (y concretamente su estirada y remilgada tía Ifakat) determinase.
Hasta ahí todo parecía indicar que había hecho propósito de enmienda y que estaba dispuesto a asumir los cánones de comportamiento de su ilustre y tradicional familia. Sin embargo, la inestable personalidad de Ferit tenía que hacer saltar por los aires los planes establecidos y una mera anécdota para salirse con la suya. Es decir, aprovechó el traspié de Suna con el té para proponer otra candidata a novia.
Nuestro lado romántico nos dice que su decisión fue provocada por el flechazo que sintió la primera vez que vio a Seyran en la tienda de pistachos. Nuestro lado más oscuro nos insinúa que se tomó su matrimonio como una broma más y decidió divertirse a costa de la chica de provincias.
Según ha ido pasando el tiempo la balanza se inclina cada vez más por la primera opción, pero hay detalles que siguen creándonos demasiadas dudas.
Un matrimonio de tres
El primer gran "detalle" que nos hace dudar del compromiso real de Ferit con Seyran es Pelin, la ex novia, la amiga, la amante.
Aunque nos resultó un tanto indignante que invitara a Pelin a su habitación en plena noche de bodas, también hay que reconocerle que puso las cartas sobre la mesa desde el primer momento. Ferit puede ser un juerguista y un irresponsable, pero no es un mentiroso y desde el principio dejó claro a Seyran que Pelin era parte de su vida.
Sin embargo, lo que nos cuesta entender es que Ferit no sea consciente de que las circunstancias han cambiado y que su relación con Pelin no puede ser la que era si, de verdad, pretende construir un futuro con Seyran.
Es muy loable que quiera proteger a Pelin de Sertar, pero su buen gesto, una vez más, nos provoca demasiadas dudas. ¿Quiere alejar a Pelin de Sertar porque es una mala opción como novio o porque no quiere que tenga otro novio? Si es lo primero, bien por Ferit. Si es lo segundo, mal por Ferit. ¿Cuál es la verdadera?
Y, por supuesto, lo que ha estado totalmente fuera de lugar es llevar a Pelin a su casa y a su habitación. ¿De verdad no tenía otro lugar donde esconderla? ¿De verdad no pensó en alojarla en otra de las múltiples habitaciones de la mansión? ¿De verdad no comprende la humillación que ha supuesto para Seyran?
Doble rasero
Pero lo peor es que Ferit intenta darle normalidad a una situaciónque no lo es en absoluto y, al mismo tiempo, pone el grito en el cielo por una situación que es absolutamente normal.
Ferit defiende a capa y espada la presencia de su amante en la habitación de su mujer, pero monta en cólera cada vez que su mujer se reúne con Efe. Y eso que siempre lo ha hecho en lugares públicos y con testigos.
Por eso nos resulta tan complicado entender a Ferit. Es capaz de darlo todo por proteger a Pelin, pero no puede ceder ni medio milímetro para complacer a Seyran en su deseo de trabajar y ser algo más que una nuera de los Korhan. Él puede pasar la noche en casa de Pelin, pero Seyran no puede ir a una reunión de trabajo.
Y, además, es capaz de alternar esa dualidad entre el mejor de los maridos y el peor de los hombres con apenas minutos de diferencia. El mejor ejemplo lo hemos tenido en el capítulo de este pasado domingo.
Se ganó nuestro aplauso y nuestra simpatía cuando tuvo la habilidad de conseguir que Kazim aceptase que Esme, Suna y Seyran se sentasen a la mesa para desayunar. Sin duda, todos tenemos claro que fue el mejor regalo que pudo hacerle a su mujer. No hay mejor joya que disfrutar de un buen momento en familia, sin discusiones, sin gritos, sin tensión, sin miedo.
Sin embargo, al rato volvió a ser el Ferit patán que no entiende que Seyran no quiera volver a la habitación donde está la amante de su marido. Y, desde luego, su actitud mientras Seyran echaba literalmente de los pelos a Pelin de su casa dejó mucho que desear. La discusión entre dos mujeres por su torpeza no es motivo de risa (aunque para los espectadores haya sido una de las mejores secuencias de toda la serie).
Por lo tanto, en este punto seguimos sin saber a qué atenernos con Ferit. Intuimos que quiere a Seyran y que, de verdad, quiere que su matrimonio funcione. También sabemos que no es mala persona, pero nos sigue intrigando su personalidad. ¿Cuál es el verdadero Ferit? ¿El marido amable que cuida a su esposa? ¿El irresponsable que actúa sin pensar en nadie más que él? ¿El inmaduro que quiere todas las ventajas y ninguna obligación? ¿El hombre inseguro que teme no ser querido?
Tal vez sea una combinación de todos estos aspectos y el tiempo dirá cómo se organizan esos elementos y cuál será el resultado final. En todo caso, nosotros vamos a darle un voto de confianza y cada domingo lo acompañaremos en su camino hacia la madurez, la responsabilidad y la estabilidad.
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