La muerte de Jaime: un antes y un después para las #Mafin y los De la Reina en Sueños de libertad

Jaime Berenguer (Jesús Olmedo) llegó a Sueños de libertad provocando muchas dudas y bastantes temores. Era el marido pródigo que regresaba para recuperar el tiempo perdido junto a su esposa hasta el punto de renunciar a su amado mar para asentarse en plena Castilla La Mancha y ampliar la familia. Dicho así, parecía de lo más romántico. Sin embargo, a casi nadie le hicieron ilusión esos planes.

¿Por qué? Porque esa esposa a la que tanto quería y con la que quería compartir toda su vida ya no era la misma que lo despidió en el puerto. Marta de la Reina es ahora otra mujer. Ahora es una mujer empoderada y enamorada. Empoderada porque, a pesar de todas las zancadillas, ha logrado afianzarse en la empresa familiar. Enamorada de quien quizá sea la mujer de su vida: Fina.

Ante este panorama, Jaime tenía varias opciones. Obcecarse en recuperar a su mujer a cualquier precio (es decir, lo que haría su cuñado Jesús). Deprimirse por haber sido sustituido por una mujer (es decir, lo que haría María). O asumir la situación y adaptarse a ella.

Y fue su apuesta por esa tercera opción la que lo consolidó como uno de los personajes más queridos de la serie. Jaime demostró una gran generosidad y, sobre todo, un gran respeto por Marta. Él la quería tanto que quería que fuese feliz aunque no fuese con él. Y así el perfecto matrimonio se convirtió en la mejor pareja, donde ambos se querían, se respetaban y se daban su espacio.

Precisamente por ese cariño nos dolió tanto su enfermedad, su sufrimiento y su despedida. Eso sí, recogió todo el cariño que había sembrado. Murió junto a la mujer que amaba y contó, hasta el último momento, con los cuidados de Luz, que fue su compañera, su amante, su confidente, su doctora y, sobre todo, su amiga.

Pero si Jaime fue determinante en la consolidación de #Mafin, si su silencio contribuyó a aumentar la agonía matrimonial de Begoña o el sentimiento de culpabilidad de Andrés, su fallecimiento da lugar a acontecimientos inesperados que provocarán más de un cataclismo en los De la Reina.

Una nueva etapa para las #Mafin

Antes de que el final de Jaime se precipitase, Marta y Fina tenían un gran proyecto de futuro. Irse los tres a Barcelona, donde él podría disfrutar de sus últimos días frente al mar y ellas podrían empezar una nueva vida como pareja puertas adentro y como compañeras que comparten casa puertas afuera. La muerte de Jaime no alteró sus planes.

Marta quiere y necesita ser libre. Necesita poder respirar lejos de esa casa donde todo son discusiones, intrigas y secretos. Quiere ser feliz junto a la mujer que le ha devuelto la sonrisa. Necesita alejarse de ese padre que la mira como si fuera un bicho raro solo por amar a quien, según las convenciones sociales, no debe.

Pero la charla que Jaime tuvo con su suegro donde le hacía ver que si él como marido pudo seguir queriendo a Marta, ¿cómo no lo va a hacer su propio padre? Si su marido fue capaz de entender que se enamorase de otra persona, ¿cómo no lo va a entender su padre que, supuestamente, es quien más desea que sea feliz?

Es cierto que Damián aún no termina de dar su brazo a torcer, pero ya ha dado pasos importantes. Se ha deshecho de las fotos que podían llevar a su hija y a su nuera a la cárcel. Ha comprendido que Fina debe estar cerca de Marta por lo que ya no exigirá su exilio catalán.

Y, sobre todo y por encima de todo, le ha dado su sitio a Marta en la empresa. Sinceramente no sé si nos alegramos más por el reconocimiento al buen hacer empresarial de Marta o por el despido más que procedente de Jesús.

Eso sí, sabemos que Jesús enrabietado es aún más peligroso de lo normal así que deberemos estar atentos porque, sin duda, no se quedará quieto mientras que una "desviada", como él no se cansa de decir, le roba todo cuanto es suyo. Es indignante que él alerte de que su hermana puede llevar a la empresa y a la familia a la desgracia si se descubre su secreto cuando él acumula secretos bastante más oscuros.

Pero, además de estar atentos a las próximas maldades de Jesús para recuperar su estatus, habrá que ver cómo repercute la nueva posición de Marta en su relación con Fina. Ahora está siendo su mejor apoyo para superar el duelo por la muerte de Jaime, pero ¿cómo influirán en ellas las nuevas responsabilidades de Marta? Ahora que media familia conoce su relación, ¿podrán ser algo más libres o tendrán que andar aún con más cuidado?

La desesperación de María

En el caso de María, ha sido la gran damnificada por la muerte de Jaime. Fue a pedirle el último favor de que guardara silencio, pero el médico quería irse con la conciencia tranquila y le contó Andrés la farsa del embarazo y del aborto.

¿El resultado? Andrés ha montado en cólera y María no deja de llorar. Es comprensible que él se sienta molesto por la mentira de su mujer, pero debería bajar un poco la intensidad de su enfado teniendo en cuenta que el primero que engañó en ese matrimonio fue él. Por mucho que simpaticemos con su romance con Begoña y por mucho que María resulte un tanto intensa de más, lo cierto es que Andrés mintió a su mujer desde el primer día.

En cuanto a María, comprendiendo su dolor por saber que su marido no la quiere, debería comprender que quien ha faltado a su compromiso ha sido Andrés y dejar de atacar únicamente a Begoña. Tal vez su cuñada debería haber mantenido las distancias con Andrés, pero tampoco es la arpía que piensa María.

Salvando todas las distancias, este triángulo es muy parecido al de Jaime, Marta y Fina con la diferencia de que María no es capaz de comprender y asumir que su marido ama a otra mujer.

Ahora que la verdad del embarazo ha salido a la luz y Andrés conoce el lado oscuro de su mujer, ¿hay esperanza para ese matrimonio? ¿aceptará María ser una esposa de apariencias? ¿Será la gran oportunidad de Andrés y Begoña (con permiso de Jesús)?

La herencia de Luz

Si bien Jaime provocó una gran crisis entre sus cuñados, a Luz le hizo el mejor de los regalos. Aunque sea una falsificación, ese papel que le ha dejado en herencia es un ejemplo más de su generosidad y bonhomía.

A pesar de las reticencias iniciales, Jaime comprendió que su compañera de trabajo era una gran doctora y también era consciente del peligro que corría sin un papel oficial que certificase sus conocimientos y habilidades. Tal vez el título de Medicina sea falso, pero el cariño entre Jaime y Luz ha sido una gran verdad.

Los espectadores recibimos a Jaime con cierta animadversión porque lo vimos como una amenaza para las #Mafin, pero el tiempo ha demostrado que aquella primera impresión estaba equivocada. Ha cometido errores, como todos en esa casa y en esa empresa, pero, al lado de las fechorías de Jesús o Damián, casi podríamos decir que Jaime ha sido todo un señor y una de las mejores personas del entorno De la Reina.

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