BETTY VE TELENOVELAS
'Mujer': Bahar, Sarp, Arif, Sirin y Ceyda, 5 personajes clave ante su momento clave
Desde que conocimos a Bahar y su familia han sido muchos los acontecimientos que hemos vivido con ellos. Han sido muchas las lágrimas derramadas y algunas las sonrisas esbozadas. Han sido muchos los momentos duros, complicados y dolorosos y algunos los instantes alegres, felices y esperanzadores. Ahora para muchos de esos personajes ha llegado un momento clave. Ha llegado la hora de tomar decisiones, asumir las consecuencias y enfrentar su nueva realidad.
Publicidad
Bahar, de viuda a ¿divorciada?
Que Bahar (Özge Özpirinçi) no ha tenido una vida fácil está fuera de toda duda. En los últimos tiempos ha vivido más acontecimientos traumatizantes que la mayor parte de la gente en toda su vida.
Se quedó viuda con dos hijos pequeños; afrontó graves problemas económicos; se enteró de que su marido la engañaba con su hermana; sufrió una enfermedad casi mortal; descubrió que su esposo estaba vivo, casado con otra y con dos hijos; tuvo que huir de madrugada de su casa con lo puesto; estuvo retenida en contra de su voluntad…
Pero Bahar ha demostrado que es una mujer fuerte, valiente y decidida. Salió delante de todas esas vicisitudes y sigue en pie con la mirada puesta en el futuro y pensando única y exclusivamente en el bienestar y la felicidad es sus hijos.
Y va a necesitar toda esa fuerza, valentía y decisión para asumir su nueva situación. Ha perdonado a Sarp como padre, pero no es capaz de hacerlo como marido, lo que, a efectos prácticos, supone ser un matrimonio separado, pero más o menos avenido que comparte la educación y el cuidado de sus hijos.
Bahar tiene claro su planning como madre. Ella y Sarp son los padres de Nisan y Doruk y harán lo posible para que estén bien.
La duda está en sus planes como mujer. ¿Seguirá siendo incapaz de perdonar a su marido? ¿Cómo llevará que su pasado y su casi futuro sentimental compartan presente en el mismo edificio con ella en el piso del medio?
Sarp, vuelta al pasado con matices
Si Bahar ha vivido cambios, Sarp (Caner Cindoruk) ha escalado y descendido el Himalaya a velocidad récord. Podría decirse que tocó el cielo con las manos cuando supo que Bahar y sus hijos estaban vivos, pero después se dio de bruces contra el suelo cuando comprobó que, al igual que hizo él con Piril, ella también había seguido con su vida en su ausencia. Aunque a Sarp le cueste y le duela asumirlo, no pueden volver al mismo punto en el que estaban cuando se subió a aquel ferry aquel fatídico día que todo lo cambió.
Ahora mismo Sarp está viviendo un cierto momento de calma y de relativa felicidad. Es feliz cosiendo camisas para ayudar a Enver. Se alegra de poder regalar un lavavajillas. No puede parar de sonreír cuando va por sus hijos al colegio. Y hasta es capaz de irse a vivir a una pocilga con el mejor ánimo.
¿Por qué? Porque se ha liberado de la armadura de Alp y vuelve a respirar como Sarp. Ha recuperado su identidad y, en cierta medida, su vida. Sarp vuelve a estar con sus hijos y vuelve a estar relativamente cerca de Bahar. El problema es que su mujer, como él la sigue llamando y considerando, no parece dispuesta a recortar esa distancia de seguridad que ha marcado.
Y, aunque Sarp culpe de todos sus males a Arif, justo es decir que el dueño del café se ha echado a un lado y es Bahar quien ha decidido marcar las posiciones de cada uno.
Va a ser interesante ver a Sarp compartir escalera con Arif. Y va a ser interesante ver como se readapta al mundo de los asalariados que hacen cuentas para llegar a fin de mes. Y va a ser interesante ver cómo encaja a Ali y Omer en su nueva vida. Ya ha dejado claro que sus hijos mayores podrán visitarlo cuando quieran y él ha prometido verlos todos los días, pero, ¿qué pasa con los pequeños? ¿llegará el día en que los gemelos abandonen el casi palacio de su abuelo para pasar la noche con su padre en los apartamentos El Palacio?
Pero, sobre todo, la gran incógnita está en descubrir si Sarp conseguirá hacerse perdonar como marido para recuperar al 100% su identidad, su vida y su felicidad.
Arif, a la espera
Sarp va a tener que adaptarse a vivir en el territorio de su enemigo mientras que Arif, que parte con la ventaja estratégica de conocer el terreno, tendrá que aprender a compartir espacio con el hombre que se interpuso en sus planes con su resurrección.
Hasta ahora Arif se ha mantenido en un segundo plano. Entendió perfectamente la angustiosa mirada de Nisan y dejó espacio al Sarp padre. Y asumió con dignidad la decisión de Bahar de poner punto y final a su relación.
Pero algunas de las virtudes de Arif son el silencio, la discreción y la paciencia. Arif no da grandes discursos, ni hace grandes aspavientos, ni provoca fuertes emociones, pero siempre está donde hace falta cuando hace falta y para hacer lo que haga falta. Entre Arif y Bahar no hubo un flechazo con violines y fuegos artificiales, pero sí hubo una relación fraguada a fuego lento.
Hay que tener en cuenta el detalle de que Arif cree erróneamente que Bahar ha vuelto al 100% con Sarp. ¿Cómo reaccionará cuando vea que viven separados por una placa de cemento?
Sirin recupera su objetivo inicial
Sarp se las promete muy felices en su nueva vida, pero tiene una sombra amenazante en su espalda dispuesta a arruinarle todos sus planes.
Sarp es consciente de las amenazas a su felicidad. Por un lado, está Piril, pero la madre de Ali y Omer aún conserva algo de dignidad y conciencia, aunque esté destrozada al corroborar que la familia de cuento que había creado era solo un espejismo. Por otro lado, está Arif, pero el camarero no tiene problemas en decirle a la cara lo que considere oportuno.
El gran problema de Sarp, y el de todos los personajes de esta serie, viene de muy atrás y se llama Sirin, quien definitivamente, y por mucho que Hatice lo desee, no cambia.
Parecía que Emre podía ser el antídoto a su maldad casi congénita, pero no ha sido más que otra pieza para su colección. Eso sí, justo es reconocerle, que al menos ante él ha admitido sin tapujos que es una mentirosa. Y ejerció como tal. Poco tardó en mentirle sobre su relación con su cuñado. La verdad es que a Sirin hay que aplaudirle su capacidad creativa. Tiene un don para lanzar una mentira tras otra, recordarlas todas y apenas caer en contradicciones.
Probablemente a Sirin sí le gustara Emre y hasta es posible que pudieran llegar a tener una relación. Es más, quizá hasta se lo planteara seriamente con tal de molestar a Ceyda. Porque, sinceramente, Sirin solo es feliz cuando hace infeliz a otra persona.
Y ahí está en quid de la cuestión. Entre amargarle la vida a Ceyda y destrozársela a Bahar, Sirin no tiene dudas. Sarp es el mejor instrumento para hacerle daño a su hermana y ha regresado de entre los muertos, donde ella misma lo envió, para cumplir su misión, porque ¿Sirin de verdad está interesada en Sarp o solo le interesa alejarlo de Bahar de la peor manera posible?
Ceyda, ante la revelación de su secreto
Sirin ha visto en Arda la mejor excusa para poner punto y final a su relación con Emre, pero la revelación de la identidad del padre del hijo de Ceyda tiene otras consecuencias.
Evidentemente el más afectado con la noticia es Emre. Parecía un buen hombre, pero esa percepción ha cambiado. Que se fijase en Sirin sin escuchar las recomendaciones y consejos de los demás ya daba indicios, pero su comportamiento con Ceyda ha estado totalmente fuera de lugar.
Ceyda tendrá todos los defectos del mundo, pero ha hecho todo lo necesario para mantener a su hijo. Ceyda tiene muy clara cuál es su prioridad, pero ahora está por ver qué actitud adopta Emre y la repercusión que esa decisión tenga en la vida de la vecina de Bahar.
Estos cinco personajes han vivido a lo largo de este tiempo momentos buenos, malos y regulares. Ahora mismo están en una especie de transición entre lo ya experimentado y lo que está por venir. Empieza una nueva etapa en la que todo puede pasar.
Publicidad