Por Betty M. Martínez
'Mujer', ¿y ahora qué?
Los fieles espectadores de 'Mujer' ya hemos aprendido la lección de que en esta serie todo acontecimiento, suceso, emoción o sentimiento que nos parezca insuperable es perfectamente superable por el siguiente. Es más, en ‘Mujer’ todo es susceptible de evolucionar en la dirección menos esperada y, a veces, menos deseada. Los últimos giros de guion son el mejor ejemplo de que esta historia consigue mantener a la audiencia en un estado de incertidumbre constante.
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Bahar, la matriarca del clan
A estas alturas ya sabemos que Bahar es toda una madre coraje. Vimos sus esfuerzos por salir adelante sola con sus hijos. Era el perfecto ejemplo de lo que ahora se denomina superwoman, pero que no deja de ser una definición evolucionada de la tradicional matriarca. Bahar es una de esas mujeres que son el eje central de su hogar. Son las raíces y el tronco del que se alimentan y en el que se apoyan todas las ramas.
Con el diagnóstico de su enfermedad, Bahar se vio obligada a buscar el cobijo y la sombra de otro árbol sólido y robusto: Hatice, su madre. Porque Hatice, pese a sus más y sus menos con Bahar por las decisiones y actos del pasado, también ha intentado mantener unida a su familia. También ha sido el péndulo que ha mantenido el equilibrio entre su marido, sus hijas y sus nietos. Y no lo ha tenido fácil. Mientras que Hatice se esforzaba por actuar de argamasa, Sirin siempre ha tenido más vocación de disolvente.
Ahora, con la desaparición de Hatice, Bahar vuelve al puesto de gran matriarca de la familia. Le corresponde ese estatus, no solo por ser la primogénita, sino, sobre todo, por madurez, responsabilidad y sentido de familia.
Y su familia va a necesitar su fortaleza. Enver ha perdido su bastón de apoyo y va a necesitar el cariño, la compañía y la comprensión de todos cuantos lo quieren. Y hasta Sirin va a necesitar a su hermana ahora que ha perdido a su mayor apoyo y referente. Aunque, como ya sabemos, con Sirin nunca se sabe.
Pero, además de ser la fuerte de la familia, Bahar va a tener que lidiar con su situación sentimental. Porque Bahar, no lo olvidemos, además de madre, hija y hermana, también es mujer. Y si sus sentimientos ya eran confusos, ¿qué pasará en el nuevo escenario que se ha presentado?
Arif y Sarp, cara y cruz
Arif carga ahora con la pesada carga de la responsabilidad del accidente. Ha tomado la decisión de autoflagelarse con el mayor castigo que puede recibir: alejarse de Bahar. Arif no quiere el perdón de Bahar porque considera que ese es el mayor castigo que puede recibir. Y Bahar ha aceptado su decisión.
Pero, además de su dolor sentimental y de las secuelas emocionales, Arif también deberá enfrentar las consecuencias legales y económicas de lo sucedido. Y si algo parece claro es que el dueño del café no buscará ni excusas ni resquicios legales ni triquiñuelas procesales. Arif dará la cara y pagará lo que tenga que pagar y como lo tenga que pagar. Eso sí, si evita que Kismet actúe por libre y tome decisiones que solo le corresponden a él.
Por otro lado, mientras que Arif levanta un muro infranqueable entre él y Bahar, Sarp puede recibir la redención gracias a la primera buena acción que ha hecho su cuñada. Sirin ha confesado su obsesión hacia él y una buena parte de sus maquinaciones. Y, aunque su revelación no ha conseguido el objetivo que ella buscaba, pueden servir para que Sarp salga del hospital con su familia, mujer incluida.
Eso sí, sigue teniendo en tareas pendientes el encaje en esa familia de toda la vida de la familia de nueva creación. Nisan y Doruk han recuperado a su padre, pero parece Ali y Omer han tenido que pagar el precio. Tampoco podemos perder de vista a Piril, que, tras perder a Suat, tal vez busque el apoyo de quien fuera su marido. Y justo es reconocer que Piril fue prácticamente la única que se preocupó por el estado de Sarp después del accidente.
Además, en medio de todo esto habrá que ver si Sarp recupera todos los bienes que le fueron incautados por la avaricia y la codicia de su ex suegro.
Enver y Sirin, ante el nido vacío
Si Bahar va a necesitar todas sus fuerzas para superar la muerte de Hatice, Enver y Sirin tampoco lo van a tener fácil. Ya fuimos testigos del enorme esfuerzo que ambos tuvieron que hacer para entrar en una casa tan llena de recuerdos como vacía.
No hay ninguna duda de que todos se volcarán en ayudar y apoyar a Enver, pero en el caso de Sirin todo es una incógnita. Ha sido el mayor quebradero de cabeza de absolutamente todos los personajes de esta serie y eso va a ser difícil de olvidar a la hora de cumplir la última voluntad de Hatice.
Eso sí, la muerte de Hatice ha logrado lo que parecía imposible. Que por una vez los espectadores quisiéramos abrazar a Sirin en vez de abofetearla, como suele ser habitual. Por una vez nos creímos su dolor, empatizamos con ella y no la responsabilizamos de todos los males de la humanidad.
La duda está en si esa nueva Sirin va a ser perenne o caduca. Aparentemente ha hecho acto de contrición y propósito de enmienda. Ha confesado la verdad, ha pedido perdón y hasta ha buscado el consuelo del abrazo de su hermana mayor. Es cierto que seguía el ejemplo de sus sobrinos para recibir el bien haciendo el bien, pero en el caso de Sirin el karma tiene demasiada memoria.
Porque Sirin tiene demasiados cadáveres en el armario. Jale ha sido muy hábil usando el estado de Enver para manipularla. Casi podría decirse que le ha hecho un Sirin a Sirin, pero ¿será más fuerte el amor de hija que el rencor de hermana? Ahora mismo todos están en shock por los últimos acontecimientos, pero ¿qué pasará cuando la situación se calme?
Sirin ya volvió a mostrar sus uñas de villana con sus gritos a los niños en la cafetería del hospital, así que solo cabe esperar su reacción cuando vea que Bahar se aleja de Arif y se acerca a Sarp.
Ceyda, una más en la familia
Sirin es siempre una incógnita, pero Ceyda es transparente y se ha convertido en una pieza fundamental de la familia. Es la mejor confidente para Bahar. Es una hija más para Enver. Y es la mejor de las tías para Nisan y Doruk. Ceyda siempre está cuando se la necesita. En lo bueno y en lo malo. En las risas y en las lágrimas.
Su familia la va a necesitar, pero ella también los va a necesitar a ellos porque Emre parece haber llegado para quedarse y aun no sabemos si alegrarnos o preocuparnos por ello. Sería una buena noticia si ayudase a Ceyda para hacerse cargo de Arda. Sería una mala noticia si insiste en pensar que Ceyda no está capacitada para cuidar de un niño y él sí (sobre todo vistos los resultados de su cuidado).
En definitiva, una vez más hemos comprobado que en ‘Mujer’ todo es susceptible de empeorar, pero ¿habremos llegado ya al punto de inflexión a partir del cual empecemos a vivir nuevos momentos o aún estamos en la fase de los disgustos? En resumen, ¿y ahora qué?
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